AMLO está pisando terrenos peligrosos, pantanosos y de alto riesgo a nombre de Mexico con el propósito de autocondecorarse como héroe latinoamericano. Que el Senado de la República califique si el Ejecutivo Federal tiene las atribuciones de defender a dictadores y comprometer la seguridad nacional de nuestro país.
En colaboraciones anteriores expresé la preocupación por las ocurrencias mesiánicas de nuestro presidente y de su operador Ebrard. No le fue suficiente recibir con honores a Evo Morales y ofrecerle asilo, no le bastó honrar al presidente cubano el día de nuestra independencia, ni le ha sido suficiente enviar a El Salvador 120 millones de dólares, a Cuba 150 millones y a Venezuela otros 150 millones, países que pertenecen, por cierto, al llamado Foro de São Paulo.
Una “cooperación sin condiciones, ni políticas, ni económicas, ni financieras” expresó Ebrard y enfatizó “porque somos pueblos hermanos”.
AMLO lanza ahora un desafío “Si se excluye, si no se invita a todos, va a ir una representación del Gobierno de México, pero no iría yo”, así la postura del presidente López Obrador sobre la Cumbre de las Américas. “Me representaría el canciller Marcelo Ebrard” un acto reflejo presidencial que ya es considerado como delirio.
Pues que no vaya porque dicho de frente a dónde se ha presentado (Casa Blanca, ONU, Celac, egogira) ha dejado mal parado a nuestro país. Y si no sale es igual: acusa, señala, ataca y ofende a otros pueblos, gobiernos y naciones (USA, Panama, España, El Vaticano, Austria…).
Presume que al pecho lo condecoraron con la medalla Jose Marti cuando esto representa una vergüenza, un acto indigno para nuestra diplomacia y me explico: el gobierno cubano ha premiado con esa condecoración a dictadores y tiranos va la lista: Sadam Hussein, el norcoreano Kim II Sung, Robert Mugabe, Sam Nujoma, Hugo Chávez, Joao Vieira, Nicolás Maduro, Vladimir Putin y Evo Morales, personajes estos, hay constancia, de la represión contra sus pueblos, la censura política y de expresión, el crecimiento de la pobreza extrema, la desaparición a detención de opositores, injerencias e invasiones a soberanías ajenas.
Y en esa lista ya está el presidente de México quien menosprecia, desprecia e insulta a los médicos nacionales para importar a cubanos como ejemplo de excelencia. La patología presidencial está rebasando límites que tendrían que ser sancionados por el Senado de la República, cuestionados por la oposición y reprobados por la sociedad.
El tabasqueño descansa su popularidad comparándose con Juárez pero anula la
máxima que dicta “el respeto al derecho ajeno es La Paz” cuando se habla de relaciones entre los individuos, pueblos y naciones.
Llega desde Cuba el presidente con su medalla que se gana allá y no aquí recibiendo la noticia del crimen contra dos periodistas más en Veracruz, entidad gobernada por un sujeto aplaudido y respaldado desde Palacio Nacional. Estamos en una etapa no de fragilidad sino de la promoción de conflictos internos y externos sin precedentes.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2 izzi 135
@cramospadilla