No hay crimen que el ejército ruso no haya cometido en su invasión de un país soberano e independiente como Ucrania. En mayo pasado, la ONU anunció la creación de una investigación sobre crímenes de guerra en Ucrania tras cientos de testimonios de violaciones, civiles maniatados con el tiro en la nuca, fosas en Bucha, bombardeos indiscriminados a escuelas, hospitales, maternidades, refugios para niños. Provocar terror y daño en la población civil es un objetivo desde el Kremlin.
Los ucranios temen en sus carnes las fechas especiales para ellos y las significativas para los rusos que puedan ser utilizadas para nuevos bombardeos o bien otro tipo de acciones.
El 24 de agosto, Día de la Independencia, la población ya estaba previamente alertada por el gobierno de Kiev de que tuviesen precaución y se mantuvieran alerta ante el ejército ruso.
Mientras Zelenski condecoraba con la Orden de la Libertad a Boris Johnson, todavía primer ministro británico y suspirante a dirigir la OTAN, un misil ruso destruyó un tren en la Estación de Chaplyne, cercana a la ciudad de Dnipro, en el este del país una zona de constantes bombardeos.
Han quedado destruidos varios vagones de un tren con cientos de civiles dentro: las víctimas mortales, en datos preliminares, son 25 y más de una treintena de heridos.
Los trenes son la vía fundamental para movilizarse de una ciudad a otra por parte de la población, también permite el trasiego de la ayuda humanitaria y la comida.
Anthony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, condenó el ataque desde su cuenta de Twitter @SecBlinken señalando que “no existe tal crimen de guerra que los ocupantes rusos aún no hayan cometido en el territorio de Ucrania”.
Y siguió: “El ataque con misiles de Rusia en una estación de tren llena de civiles en Ucrania se ajusta a un patrón de atrocidades. Continuaremos, junto con socios de todo el mundo, apoyando a Ucrania y buscando la rendición de cuentas de los funcionarios rusos”.
Horas antes, otro cohete cayó en una zona residencial matando a un niño de 11 años de edad, en la zona de Dnipropetrovsk, en el distrito de Sinelnykove, sembrando el pánico entre los residentes.
A la fecha, más de 40 países han denunciado a Rusia ante la Corte Penal Internacional exigiendo la investigación por crímenes de guerra, genocidio y crímenes de lesa humanidad. Varias ONG´s recaban información sobre el uso de bombas de racimo en la población ucrania. Es menester que esta invasión no quede impune.
A COLACIÓN
Serhii Pohoreltsev, embajador de Ucrania en España, criticó la lentitud del gobierno del socialista, Pedro Sánchez, en entregar la ayuda prometida a las tropas ucranias.
El mandatario Sánchez que participó por vídeo –previamente grabado– en el encuentro internacional sobre Crimea, reiteró que España está comprometida “hasta el final” con Ucrania porque está en juego la defensa de los valores de la libertad y la democracia.
Tras las críticas, el Ministerio de Defensa, dio a conocer que mandará cuanto antes más material militar en el que incluye municiones, vehículos acorazados, misiles, vestuario y combustible.
España enviará uniformes y equipamiento complementario para climas fríos con 30 mil uniformes de campaña, 15 mil 600 chaquetones, 15 mil trajes de intemperie y varias miles de prendas de vestuario y abrigo complementarias.
Desde Kiev piden además que España se sume a no conceder visados para ningún ruso a fin de evitar su entrada en el país; lo aplican Estonia, Letonia y Finlandia. La lista de países podría crecer en los próximos días.
@claudialunapale
