Metro

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Algo está mal, muy mal en el Metro desde que llegó Cuauhtémoc Cárdenas al gobierno del DF hasta hoy con Sheinbaum al frente de la CDMX. Tres eventos han sido significativos: la nula importancia que otorgó Cárdenas al transporte subterráneo sin crecer la red ni interesarse por el mantenimiento; los insistentes señalamientos de fraude, estafa y corrupción en la administración de Ebrard; y, en la 4aT con dos “accidentes” en menos de un año, el choque de trenes en Tacubaya y el incendio en la central de mando bajo la polémica dirección de la Sra. Serranía que se envuelve lo mismo en sus equivocaciones que en sus contradicciones.

Este sistema de transporte, el más eficaz, seguro y limpio no fue ni proyectado ni construido por lo izquierda que tanto critica pero sin aportar soluciones o estrategias. Desde que llegaron al mando de la capital el Metro ha venido a menos, incluyendo la gestión de AMLO que le dio más prioridad a los plantones y a unos segundos pisos de periférico que ordenó la reserva de la información cuándo a diario habla de transparencia.

La única dirección del Metro con notorias mejorías, compra de trenes, remodelación de estaciones, interés por personas con diferentes capacidades, crecimiento cultural con estaciones temáticas y espacio para artistas y jóvenes además de capacitación al personal fue con Jorge Gaviño Ambriz.

Por el actual gobierno hay abandono del Metro está saturado, sucio inseguro y de muy alto riesgo par el usuario. Las mafias del ambulantaje han regresado y los conflictos con el sindicato son visibles.

Hoy se sabe que luego del incendio Sheinbaum y Serranía determinaron “confiscar” toda la información del Sistema en las computadoras. Pero debo decir que si el presidente evade el tema, los miembros del Congreso local han sido lerdos, desinteresados y omisos por cubrir irregularidades que podrían tener efectos negativos en las elecciones. Extraña el extraño silencio de Alejandro Encinas, de Marcelo Ebrard y de Jorge Jiménez Alcaraz, quien podría aportar datos importantes sobre la corrupción que encontró en el Metro es Joel Ortega que fue obligado por Marcelo Ebrard a renunciar como secretario de seguridad pública por el caso News Divine.

El Metro ha impuesto a los contribuyentes a usar métodos alternos de transporte en dos sucesos relevantes e los últimos 10 años: cuando Miguel Ángel Mancera determinó por seguridad de los usuarios cerrar temporalmente la Línea 12 y ahora con la paralización del Sistema por el incendio en el Centro de Control. Esperemos que las causas de la conflagración se den a conocer de manera expedita y creíble y no como la tardanza y opacidad del caso del Colegio Rebsamen en donde casualmente Claudia Sheinbaum supo, con la complicidad de legisladores afines, escurrirse para quedar absuelta.

Conductor del programa Va En Serio mexiquensetv canal 34.2