Que no quede huella…

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De las reglas no escritas de todos los tiempos en la política mexicana, hay una que los expertos en puntos de vista identifican como la estrategia Bronco -merced a las recientes referencias bibliográficas-, la cual establece que en toda operación política lo importante es “que no quede huella”.

Cuando parecía que ya lo habíamos superado, nos reencontramos con esta coincidencia que tristemente parece que la traemos tatuado en la piel.

Va una anécdota. Hace algunos ayeres en las andadas reporteriles un político norteño dedicado a la operación político electoral, para más señas uno de los que participó en el famoso episodio conocido como “el ratón loco”, admitió en corto que una de las claves de la operación partidista era no dejar huella, nada por escrito, ni por equivocación, ni siquiera la lista del mandado.

De esa manera, decía, te podrán acusar de lo que sea, pero no tendrán pruebas para demostrarlo.

Y la oscura anécdota parece que no pierde vigencia. Y se sigue repitiendo.

 

Las listas negras

Las famosas corcholatas andan como el llanero solitito, sin nadie que les eche un lazo, salvo sus abonados. Es como hacer campaña en el desierto, se pelean contra adversarios imaginarios hasta aburrir a sus seguidores o a los abonados de la corcholata de enfrente.

A lo mejor por eso a alguien se le ocurrió armar para la mañanera una lista de posibles precandidatos opositores, en la que los asesores oficiales metieron nombres de chile dulce y de manteca en un ejercicio de adivinación, esperando que de ahí salga el candidato opositor. Y si no, pues aprovechan para descalificarlos a todos.

 

Masiosare al 2024

La lista que dieron a conocer en la mañanera con los nombres de los presuntos precandidatos del “bloque conservador a la Presidencia”, contra lo esperado puso de buen humor a las redes sociales.

El más socorrido con una abrumadora bolsa de likes fue el comediante ´Chumel´ Torres, quien aceptó de buena gana el reto de ser precandidato siempre y cuando lo lancen como abanderado de Morena y sus aliados. En una de esas tiene más arrastre que las corcholatas oficiales.

Entrados en gastos el carismático Chumel reveló que de ganar la presidencia no viviría en Palacio Nacional sino en Polanco, se mudaría al Castillo de Chapultepec, pa´ no desentonar.

Y de su virtual gabinete a quien no invitaría sería a Fernández Noroña, por mal fajado, dirían las tías.

 

Columómetro de Aquiles Baeza

1.- Dicen que Alejandra Frausto andaba como chinampina en la inauguración del Festival Internacional Cervantino, que cumple 50 años. Y no sólo porque se codeó con el góber de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez -por cierto uno de los fuertes prospectos presidenciales del bloque opositor-, sino porque doña Alejandra se reveló como hija adoptiva de la tierra de José Alfredo Jiménez.

Aunque es chilanga, el padre de doña Ale nació en el Bajío, por eso reclama que le reconozcan su derecho de sangre para jugar como corcholata de Morena a la gubernatura.

Ya se vio, pero no la tiene fácil porque además de quienes esperan el pago a sus lealtades a la 4T, hace unos días doña Elena Poniatowska se quejó de que el gobierno no se ha hecho nada o casi nada por la cultura y eso no le ayuda a la secretaria del ramo.

2.- En la inauguración de Festival Internacional Cervantino, Ale Frausto aprovechó para cumplir con la cuota oficial de agradecimientos a #YaSabenQuién. Pero qué creen, ni un solo aplauso.

3.- Algo extraño ocurre con las corcholatas, que a la menos provocación hablan de lo que sea, pero cuando les preguntan si es cierto o no lo que se dice de ellos en el libro El rey del cash, escrito por Elena Chávez (Ed. Grijalbo) se quedan callados y miran hacia otro lado como si la virgen les hablara.

4.- Los detractores de Alito Moreno dicen que está convirtiendo al PRI en una franquicia de Morena. Los únicos que creen en el campechano son los del partido en el poder, ver para creer.

5.- Nepotismo a la carta.

La designación del nuevo subsecretario de Comercio, Alejandro Encinas, es lo más cercano a lo que conocemos como la subcultura del nepotismo. Y si no es, pues parece.

Para variar, el ascenso de Encinas supone otra vez privilegiar la lealtad por encima de la preparación. Qué pena.

Por lo pronto, ya se sabe ya se supo que Estados Unidos no se ha desistido de dirimir la disputa energética con México en el marco del T-MEC, ante un panel trilateral. Lo barato puede salirnos muy caro.

6.- La construcción de futuros posibles, es un conversatorio que organiza El Colegio Nacional y que nadie se debe perder.

Coordinado por Julia Carabias, Julio Frenk y Claudio Lomnitz, el conversatorio forma parte del VII Encuentro Libertad por el Saber y se realizará del 16 al 21 de octubre.

Ayer domingo inicio esta serie de mesas de análisis y debate con tres conferencias, la primera a cargo de Alicia Bárcena, con el tema El mundo ante la encrucijada, una visión integral del futuro.

Otro de las mesas de lujo corrió a cargo de Javier Garciadiego, presidente de la Academia Mexicana de Historia, quien expuso El futuro desde distintas miradas, con comentarios de José Sarukhán, Rolando Cordera, Alicia Mastretta y Roger Bartra.

Este encuentro dominical contó con la participación de Gabriela Ortiz, quien dirigió el concierto Imagen y movimiento en obras audiovisuales y mixtas de nuestro tiempo.

A lo largo de la semana podrán disfrutarse de manera presencial otras conferencias como las de Enrique Provencio, El futuro del desarrollo económico; José Ramón Cossío, El futuro de la democracia, en esa mesa participan José Woldenberg y Diego Valadés; Claudio Lomnitz expondrá, Los futuros y la violencia.

Destaca también la conferencia del arqueólogo Leonardo López Luján con el tema El futuro en el pasado.

Otra mesa muy esperada es la de Vicente Quirarte, quien hablará sobre El futuro de la Literatura y la Cultura.

En caso de que no puedan asistir, las conferencias se transmitirán en el espacio de YouTube y Facebook de El Colegio Nacional.