“Corcholatas’ independientes

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Casi todos los partidos políticos ya traen “corcholatas” para la sucesión presidencial. Y cómo no, el proceso electoral correspondiente iniciará el próximo año (tentativamente en la primera semana de septiembre). O sea, prácticamente estamos en la antesala.

Y obvio, los partidos hacen cuentas alegres a su favor.

Ah, pero se están olvidando de las candidaturas independientes, figura que permitiría competir a personajes que no resulten favorecidos con la postulación de su partido; previa renuncia a la militancia correspondiente.

El senador Ricardo Monreal Ávila podría ser uno de ellos.

Porque si bien el Presidente de la República y jefe político de Morena, Andrés Manuel López Obrador, ya lo incluyó en la lista de “corcholatas” del partido guinda, una cosa es la mención y otra, es la postulación; empezando por incluirlo de manera formal en el proceso interno llegado el momento procesal.

Incluso, Morena puede incluirlo en la selección interna, pero si no hay ‘piso parejo’ Ricardo Monreal estaría en su derecho de tomar otra decisión como, por ejemplo, dimitir a las filas morenistas para abanderar a otro partido o lanzarse como candidato independiente. De entrada, el senador ha mostrado desacuerdo con el método de selección por encuesta.

En los partidos del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM) nadie ha levantado la mano abiertamente, quizá porque planeen seguir en la línea de Morena; a su costa ambos aliados por lo menos pueden obtener numerosos cargos de elección popular como ocurrió en los comicios concurrentes de 2018, que solos jamás hubiesen conseguido.

Pero como en política nada está escrito, nadie asegura que ambos partidos continúen aliados con Morena; algún desacuerdo relevante podría provocar el rompimiento con AMLO. Y si ello sucede, hasta el güerito Manuel Velasco Coello alzaría la mano para la sucesión presidencial.

Suena descabellado. Sin embargo, en política todo puede suceder.

Aún así, el rompimiento se antoja difícil, pues PT y Verde están muy comprometidos con el jefe político de Morena, cuya marca les reditúa bastante políticamente. Es más factible el desprendimiento de cuadros de ambos partidos para buscar la Presidencia de México quizá por la vía independiente, con el propósito, no de ganar, sino de dividir.

En los procesos electorales siempre hay quienes aplican el “divide y vencerás”, o por lo menos restan votos.

En el PAN puede haber descontento interno, pero quien sabe si alguna “corcholata” azul planee renunciar a la militancia para apuntarse como independiente. Ya vieron el ejemplo de la malograda experiencia de Margarita Zavala, quien finalmente aceptó nuevamente la postulación panista a diputada federal en las elecciones 2021.

Y es que conforme a la normatividad vigente, las candidaturas independientes compiten en condiciones francamente inequitativas respecto de los partidos políticos. De entrada, el procedimiento para conseguir la postulación por dicha vía, es harto complejo.

El PRD ni “corcholatas” propias tiene como para hablar de desprendimientos. Aunque nunca falta algún valiente.

¿Y en Movimiento Ciudadano? Trae a Luis Donaldo Colosio Riojas, presidente municipal de Monterey, y a Samuel García Sepúlveda, gobernador de Nuevo León, como prospectos para la candidatura a la Presidencia de la República.

Pero ¿qué tal si Luis Donaldo decide lanzarse como independiente?

En el Revolucionario Institucional las “corcholatas” cargan con todo el peso del desprestigio de su partido, que ni por la vía independiente tendían jalón. Algunas, incluso, desde los cargos públicos y de elección popular que han ejercido, contribuyeron a la debacle priista.

Por supuesto, la candidatura independiente no fue confeccionada para acomodo de desprendimientos partidistas, sino como una opción para la ciudadanía que no se identifica con los partidos políticos.

Sin embargo, las condiciones, las circunstancias, las coyunturas políticas, han convertido a la candidatura independiente en la ‘opción’ de cualquier ciudadano, ciudadana, así sean exmilitantes de partidos políticos; negarles la posibilidad de competir por esta vía sería violatorio de derechos humanos, incluidos sus derechos político electorales.

El exgobernador oaxaqueño Ulises Ruiz Ortiz es un desprendimiento priista, nada más que con la particularidad de no haber renunciado al PRI, sino expulsado por pretender la democratización interna, empezando por el establecimiento de la elección directa de dirigentes y candidaturas a cargos de elección popular.

Claro, la dirigencia nacional encabezada por Alejandro Moreno lo expulsó argumentando una serie de conductas por parte del oaxaqueño contrarias a los documentos básicos del PRI.

Ulises Ruiz Ortiz es el único, al parecer, que hasta el momento ha levantado la mano para buscar la candidatura independiente para la sucesión presidencial. Y lo más importante: El único que viene conformando una estructura en el país para cuando lleguen los tiempos; un movimiento llamado “Por la Segunda Independencia de México”.

Como estratega electoral sabe que el éxito de las elecciones depende fundamentalmente de la estructura. Y la que él construye es sui géneris, porque se basa en candidaturas por la vía independiente a los distintos cargos a disputarse en las elecciones concurrentes de 2024.

En fin. Falta ver cuántos ciudadanos y ciudadanas, se apuntan por la vía independiente para la sucesión presidencial llegado el momento del proceso electoral.

¿Y EN LA REFORMA? 

También falta ver la suerte de la figura de la candidatura independiente con la reforma electoral en puerta: Le ponen más candados, la fortalecen y hacen más viable, o de plano la desaparecen.

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