El presidente Joe Biden podría enfrentar serios disgustos durante el tiempo que le resta al frente de la Administración, no solo perderá su agenda legislativa, quedará en vilo la aprobación de los Presupuestos que volverán a paralizar el nuevo año fiscal de la Administración Pública.
De hecho, la cadena CNN adelantó que los republicanos llevarán a cabo una serie de investigaciones: “La retirada caótica de Afganistán, las políticas fronterizas de la Administración Biden; los orígenes de la pandemia así como la búsqueda del FBI en Mar-a-Lago y las decisiones implementadas para detener la expansión del coronavirus”.
Y por supuesto el tema de su hijo, Hunter Biden, que ha aceptado ser adicto al sexo y a las drogas pero que presuntamente estaría relacionado con operaciones de lavado de dinero y con una serie de negocios turbios en Ucrania. La información más reciente lo vincula con una oligarca rusa, Yelena Baturina, involucrado de lleno en negocios inmobiliarios cuyas ganancias no habría declarado en la Hacienda norteamericana.
Los resultados obtenidos demuestran que la pasada batalla electoral se ha librado calle por calle y que los demócratas –más que Biden– siguen movilizándose para no facilitar la hegemonía del trumpismo. El resultado obtenido en el Senado es fiel reflejo de que hay cierto elector que busca el retorno de las políticas centristas.
A Biden no le ha ido tan mal como se pronosticaba es más, otra vez han vuelto a fallar los sondeos. Aquí el claro perdedor es Trump cuyos candidatos a gobernadores, varios de ellos, han salido noqueados en las urnas.
Hay cierto elector que no está contento con Biden pero tampoco quiere la vuelta del trumpismo con su discurso de odio, división y polarización y quizá sea precisamente eso lo que salvó al Partido Demócrata de no sufrir una mayor sangría.
Es más, el periódico británico The Guardian, recuerda que es casi una norma que el presidente de primer mandato sufra una fuerte derrota a mitad de período. Y esgrime que: “Barack Obama perdió 63 escaños en la Cámara de Representantes en 2010, al igual que Bill Clinton perdió 52 en 1994. El propio Trump perdió 40 en 2018”.
Hay en Estados Unidos un sector de la población que está votando en contra de Trump más que a favor de Biden y lo hace primordialmente para salvar a la democracia e impedir que gobierne el discurso del odio.
A COLACIÓN
El presidente norteamericano ha venido gobernando por decreto para no pasar ciertas iniciativas por el Congreso: “Ha signado 77 órdenes ejecutivas en su primer año en el cargo, superando a sus predecesores, el expresidente Donald Trump, quien firmó 58 órdenes ejecutivas al mismo tiempo; el expresidente Barack Obama, que firmó 41; y el expresidente George W. Bush, que firmó 56”, según el Registro Federal.
Hasta el momento, las leyes que Biden ha logrado sacar avante son: La Ley del Plan de Rescate Estadounidense y la extensión de los programas Covid-19 existentes; 2) la Ley de Inversión en Infraestructura y Empleos; 3) la de Proyectos de ley para evitar el cierre del Gobierno y mantener el Gobierno Federal en funcionamiento; 4) la Ley del Día de la Independencia Nacional Juneteente; y 5) la Ley de prevención del trabajo forzoso de los uigures
Está en vilo su agenda migratoria. La impresión en Estados Unidos es que la inmigración está fuera de control y que, tanto las autoridades norteamericanas como las mexicanas, se encuentran rebasadas por la situación. Tan solo en lo que va del año más de dos millones de personas han sido detenidas –en el lado americano– mientras cruzaban la frontera norte de México. Es una cifra récord supera incluso el tope de 2000 cuando fueron detenidas 1.6 millones de personas.
Algunos medios de comunicación como CNN y el Washington Post coinciden en señalar que las fuerzas de seguridad fronterizas están abrumadas por la situación mientras que los poblados cercanos a la línea fronteriza se ven obligados a recibir a miles de personas –casi todos los días– convirtiéndose en un verdadero desafío para la seguridad pública. Por su parte, NBC News, habla de 8 mil cruces ilegales fronterizos diarios en México.
El experto en seguridad nacional, James Jay, explica que los venezolanos han escapado de la expulsión bajo la medida de salud del Título 42 porque Estados Unidos no tiene vínculos diplomáticos con ellos y México se niega a aceptar a sus migrantes. Y sin expulsiones, la Casa Blanca experimenta un efecto llamada.
En 2020, en campaña para las presidenciales, entonces Biden aseguró que resolvería el problema de la inmigración. Cuando llegó a la Casa Blanca mandó al Congreso un proyecto de ley integral para reformar el sistema de inmigración y desde entonces, no se ha movido sigue estancado a pesar de tener a favor la Cámara de Representantes y al Senado. Ahora ya perdió esa ventaja.
También el plan de Biden para ofrecer estatus legal a aproximadamente 11 millones de personas indocumentadas en su país es una propuesta que no logró obtener suficiente apoyo bipartidista para convertirse en ley. Con el viento a su favor, Biden ha tenido una agenda legislativa muy limitada, con el cambio de tornas solo aguarda la parálisis.
@claudialunapale