Presidente, Se le acabó el tiempo, ya no hay forma. Sus ocurrencias le han rebasado y su lenguaje de la confrontación lo están colocando a un lado de la historia que necesita este país. Se le agotó el tiempo para destacar. No se quede con la conciencia de abandonar a sus hijos para que estos sean los más perseguidos, usted lo ha orillado a ello. Cámbiele de nombre a su rancho/casa, es su rincón íntimo lo que más respeto merece, ni pretenda que sus nietos lo identifiquen así.
No ha logrado usted la unidad, juramento ser líder de todos los mexicanos y solo le preocupan sus incondicionales a los que compra no convence, los demás millones de compatriotas son sus “cretinos y adversarios”. Usted en cientos de discursos, en miles de palabras calificó, denostó, ofendió a los presidentes en turno y ninguno de ellos le han contestado con bajezas o desprecio. Solo, se auto impuso como presidente legítimo, ganó las elecciones y pretende destruir la cimentación de la democracia por una patología evidente de trascender.
Todos sus actos son para tratar de permanecer vigente usted, el país y sus instituciones son lo de menos. Estrechar lazos y manos de delincuentes no lo fortalecen, lo comprometen.
Asociarse con dictadores y tiranos le dejaran un reclamo permanente por incumplir con la obligación de la defensa de las garantías constitucionales y derechos humanos, defender y apoyar a corruptos muestra su incongruencia discursiva y merma su ética.
La vida, las circunstancias, incluso su esfuerzo le ofertaron seis años para demostrar su fuerza y voluntad de servicio y no ha podido o querido. No está usted para acusar a la Iglesia con nadie ni para enjuiciar a semejantes. Eso no es presidir a una nación. No necesitaba treparse en la imagen biográfica de “sus” héroes nacionales para lucir, lo pudo haber hecho por sí mismo y demostrar que de los buenos se aprende.
En muchos hogares deja un profundo dolor por muertes violentas o fallecimientos ante la falta de medicinas y eso ni se perdona ni se olvida. No supo contener la pobreza le interesó más atacar a los pirrurris que enlazar esfuerzos para atender a los grupos vulnerables. Por servir a extranjeros abrió nuestras fronteras para llenarnos de hambrientos y cerró las puertas a sabios para construir ciencia e investigación.
Ya le quedan meses y no le darán tiempo ni para disculparse porque “sus corcholatas” se encargarán de traicionarlo porque usted primero lo hará. 18 años para pelear 6 y estamos tirando el dinero en obras suntuosas que bien podrían haber sido sustituidas para tener una nación más culta, educada, preparada para competir con el mundo, una refinería en construcción e inundada, un tren que solo da plusvalía a sus propiedades o un aeropuerto de vanguardia cancelando para cambiarlo por un hangar abandonado no nos engrandecen.
México como nación es cuestionada en él plantea, su presidente es mofa en espacios de comediantes, los estadistas no lo consideran en serio, pero por fortuna los mexicanos tenemos clase y categoría, aunque a millones nos cuenten entre diez mil y quince mil en una burda descalificación.
Habla desparpajadamente de clasismo y racismo y a Carlos Alazraki le dice “hitleriano”. Ahora México debe inclinarse por un líder de respeto, de congruencia, sensato y honesto en su decir y hacer, parte de esto se mostró en la marcha del domingo 13.
Está por sonar la alarma en el reloj de la historia y AMLO terminando su gestión continúa con su lenguaje de confrontación, es una realidad. Cierro con sus propias palabras de la mañanera de martes “no estoy de acuerdo con ellos, creo que no tienen vocación democrática, muchos de ellos son simuladores y muchos de ellos son corruptos, clasistas y racistas”.
Así el presidente piensa y habla de los demás, ¡zas! Al mandatario lo destacan
dos palabras “fuchi, caca” todo lo resuelve mandando “al carajo” a sus oponentes y su casa se llama “la chingada”. Nada más ilustrativo.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio.
@cramospadilla