Un año después de la invasión de las tropas rusas a Ucrania, lo que se observa en el mundo es que existe una mayor polarización, de acuerdo con lo expresado por Raúl González, experto en análisis militar y geopolítica.
Para el especialista del Instituto para el Desarrollo de la Inteligencia en el ámbito del Terrorismo, Seguridad y Defensa (IDITESDE) esta guerra está poniendo al descubierto una serie de intereses.
Hablé con este experto en inteligencia militar sobre la situación en Ucrania y me comentó que esta guerra al final lo que está poniendo al descubierto es una serie de intereses que van más allá de la guerra en sí y con una competencia a varios niveles.
“La guerra hasta el siglo XIX, principios del XX, se generaba por una serie de intereses basados en la supervivencia y en los recursos y ahora lo que podemos ver es que hay una guerra que va mucho más allá del terreno de esos recursos porque se mueve en el ámbito de la economía. La guerra de Ucrania no es una guerra al uso de lo ya conocido sino que es una guerra proxy de una auténtica competencia económica y no solo económica”, me dijo.
González observa una competencia entre los sistemas de gobierno: “La hay entre las democracias occidentales y las autarquías democráticas como Rusia, China y demás; y, tampoco podemos dejar de lado que, tenemos una auténtica guerra tecnológica”.
¿Cómo esta Rusia un año después? El analista de IDITESDE opina que esta guerra está dejando en evidencia que Rusia, en un momento dado está demostrando su decadencia, y ha pasado de asustar a no asustar a nadie. E incluso, en determinado momento, podría tener problemas en el Cáucaso.
“Una vez que ha declarado que su intención es usar las armas nucleares solo en la situación de que vieran amenazado su territorio; eso ha envalentonado a las naciones occidentales y por otro lado, estamos viendo que el armamento ruso y sus intenciones no lo llevan a ningún lado”.
Respecto de un nuevo orden mundial, para este especialista que ha recibido entrenamiento militar y participado en varias misiones en diversos países, no se basa exclusivamente en una hegemonía exclusiva del poder militar, sino se basa en una hegemonía política y económica. Está poniéndose de manifiesto que hay una lucha entre sistemas: políticos, económicos y la tecnología que habíamos conseguido mediante la globalización comparte parte de los beneficios, pero también es un instrumento.
A COLACIÓN
El presidente chino, Xi Jinping, está planeando su primer viaje a Moscú desde que Rusia comenzó la invasión de Ucrania, para promover conversaciones de paz e instar al Kremlin a evitar el uso de armas nucleares.
Se trata de una reunión con muchas expectativas, en un momento que en Estados Unidos, diversos funcionarios advierten que el gobierno de Jinping estaría planeando darle “apoyo letal” al ejército ruso.
Hay un cruce de información. Porque desde Beijing afirman que la reunión solo tiene la “intención de ayudar a poner fin a la guerra de Ucrania” y disuadir a Putin de utilizar su arsenal nuclear.
Y sucederá en un momento álgido, días después de que Putin retirase a Rusia del acuerdo de armas nucleares, conocido como Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START) o New Start.
Este Tratado fue signado por Estados Unidos y Rusia el 8 de abril de 2010 y entró en vigor, el 5 febrero de 2011 y se habría prorrogado hasta el 4 de febrero de 2026. La salida de Rusia avizora una nueva carrera nuclear.
Como paso previo de la reunión, entre Jinping y Putin, hasta Moscú viajó Wang Yi, director de la Oficina de la Comisión Central de Asuntos Exteriores del Partido Comunista Chino, quien entregó a Putin una propuesta de paz.
Beijing y Moscú tienen una sólida relación diplomática y financiera. De hecho, China ha incrementado sus importaciones de petróleo ruso: a medida que los países occidentales cortaron las conexiones con Moscú, el comercio de China con Rusia alcanzó un nivel récord de 190 mil millones de dólares en 2022, un aumento interanual del 30 por ciento. Solo las compras de gas licuado de petróleo por parte de China se han duplicado durante el último año. La polarización tiene también consecuencias económicas…
@claudialunapale