El golpetazo del impacto de la pandemia de coronavirus en el sector educativo ha sido enorme e incuantificable por los retrasos, deficiencias provocadas en los educandos y su contribución al abandono escolar.
No hay, hasta la fecha, y a más de tres años de distancia de la declaración de pandemia, una evaluación verdaderamente seria y realista de cómo la alerta sanitaria, los confinamientos y el miedo posterior en la población generaron una conmoción emocional en educandos de distintas edades y en diversos países a tal grado que dejaron de estudiar y se ausentaron de las aulas definitivamente.
Hay grupos de educandos que no volverán a recuperarse y no importa si es un país desarrollado que otro subdesarrollado; ningún país ha quedado indemne de esta tendencia.
Esas generaciones de educandos de la era del coronavirus en buena medida han quedado marcados por la pérdida de clases, la falta de concentración; el acostumbrarse a tomar clases online si es que contaban con un dispositivo digital y ha pasar de largo temas de aprendizaje que por una u otra circunstancia no abordaron académicamente hablando.
¿Qué generación ha sufrido el mayor costo? Tenemos la parte más compleja de abordar porque lo mismo se quejará un estudiante de medicina que debió interrumpir prácticas porque estaba confinado y después cuando volvió a las aulas, varios meses o hasta un año después, ese tema había sido dado por visto. Y también se quejarán los padres de pequeños de tres o cuatro años que perdieron tiempo de aprendizaje en lectoescritura y que por su edad no fue posible seguir online; son generaciones que han llegado con cierto retraso para leer y escribir.
En lo personal yo conozco casos aquí en España que abandonaron los estudios a los pocos meses de estar confinados e iniciar las clases online porque se sintieron desmotivados; y no las recuperaron. También de padres que tuvieron serias dificultades para que sus hijos no se vieran discriminados de las clases online porque no tenían un ordenador, una Tablet o un dispositivo móvil en condiciones para que pudieran conectarse seis horas diarias para tomar sus clases por Internet. Porque encima no tenían Internet más que de prepago.
Y algunos casos igualmente paradigmáticos de padres que atravesaron mucha angustia (de hecho, se la transmitieron a sus hijos) tras los desconfinamientos para el retorno de sus hijos al aula. Yo llegué a ver escenas de niñas y niños, lo mismo de primaria que de secundaria, aterrorizados por meterse al aula.
El abandono escolar, la mala preparación académica y el impacto emocional de la pandemia del coronavirus son y serán grandes lastres en varias de las generaciones de educandos.
No en balde han incrementado los suicidios en niños, adolescentes y jóvenes y las enfermedades como la depresión, la angustia, la falta de sueño y otros trastornos alimentarios tienen saturadas las citas médicas en salas de hospitales y consultorios de psicología y psiquiatría. Todo eso guarda una profunda relación con la pandemia.
A COLACIÓN
En España, recientemente se dio a conocer la noticia de que sus alumnos de diez años de edad, que cursan cuarto año de primaria fueron evaluados por su comprensión lectora dentro del Estudio Internacional del Progreso en Comprensión Lectora (PIRLS, por sus siglas en inglés) y el resultado fue mucho peor de lo esperado.
“Los alumnos españoles de 10 años han perdido capacidad de comprensión lectora durante el Covid-19. Si en 2016 lograron 528 puntos en el informe PIRLS, en 2021 han descendido a 521, el equivalente aproximado a un retraso de casi una quinta parte del curso escolar”.
En cuanto a la posición global por listado de países, España se ubica en el baremo de en medio que es justo en el que parecen converger la mayoría de los países encuestados. Pero queda lejos de las posiciones de los niños de Reino Unido.
Este informe ha sido elaborado por la International Association for the Evaluation of Educational Achievement (IEA, por sus siglas en inglés) tras analizar a 400 mil alumnos, 380 mil padres y madres de familia, así como 20 mil profesores en 13 mil colegios; todos, distribuidos en 57 países.
Hasta el momento el gobierno del socialista Pedro Sánchez ha hecho mutis, el país ibérico se encuentra en campaña para la renovación de alcaldías y del gobierno de algunas comunidades autónomas.
De acuerdo con el estudio referido: “España logró un rendimiento de 521 puntos para ubicarse debajo de la media de la Unión Europea que es de 528 puntos”. Pero insisto la afectación ha sido global.