La estrategia del movimiento… se parece a la idea de URO

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Soltar a las seis ‘corcholatas’ no puede ser producto de la casualidad, de un simple ejercicio interno, de una mera catarsis de las personas aspirantes a la candidatura presidencial de Morena en coalición con el PVEM y el PT.

Más bien parece parte de toda una estrategia para ganar las elecciones de 2024, independientemente de cualquier situación al margen de la normatividad electoral.

Una estrategia de movilización para tener vivo al ‘movimiento’, como la militancia de Morena llama a este partido político y al activismo político guinda.

Que seis personas llevan a cabo “recorridos de trabajo por el país para informar sobre los logros de la cuarta transformación y promover la democracia”, inyecta adrenalina a las bases morenistas, verdes y petistas.

Máxime cuando la militancia morenista tiene en las venas la operación electoral; al menos estas primeras generaciones guindas fueron diseñadas para eso. Las que vienen viven a la sombra del liderazgo de AMLO, de gobernadores, de gobernadoras.

Y desde que Morena llegó al poder (en 2018) ha sido 100% elecciones. En el partido guinda no esperan a que llegue el proceso electoral para poner manos a la obra, sino que todos los días trabajan con fines electorales.

Por ejemplo: El presidente Andrés Manuel López Obrador con sus conferencias mañaneras; los gobernadores (as) con estrategias similares y algunos con estrategias acordes a su entidad, como el de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, con el programa “Territorios Bienestar” el cual tiene la meta de abatir la pobreza en cien municipios pobres de la entidad, entre los que se encuentra el más pobre del país: San Simón Zahuatlán.

Si lo consigue, habrá ‘matado más de tres pájaros de un tiro’: Abatir la pobreza, demostrar de qué es capaz la Cuarta Transformación en la entidad oaxaqueña, y ensanchar el capital político-electoral con el cual cuenta para ponerlo a disposición de la candidatura presidencial de su partido, Morena.

Y no es al margen de la ley, pues las acciones de gobierno posicionan si son buenas; o hunde, si son malas.

Retomando el tema: Como Morena todos los días trabaja con fines electorales, entonces soltar a las ‘corcholatas’ no es ninguna casualidad. Es más bien causalidad.

Un día, platicando con el exgobernador oaxaqueño Ulises Ruiz Ortiz me comentó una estrategia que podría revitalizar al PRI: El método de la elección directa abierta a la base militante y a la ciudadanía en general para elegir dirigencias del Comité Ejecutivo Nacional y estatales, así como candidaturas a cargos de elección popular incluyendo pluris. Que todo aspirante fuera a precampaña, aunque dentro del proceso electoral.

En ese entonces Ulises Ruiz militaba en el otrora ‘partidazo’, el cual pretendía dirigir. Pero la cúpula priista ni siquiera le permitió participar en el proceso interno bajo el argumento de que no reunió el requisito de un porcentaje de firmas de sectores u organizaciones (algo así).

Todo estaba arreglado para el triunfo del actual dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito”), quien junto con su camarilla intentó expulsarlo hasta que Ulises Ruiz se cansó y abandonó las filas priistas. Ahora camina por la vía independiente y va pisando fuerte, pero su aspiración presidencial es tema aparte.

Bueno, la estrategia de Morena tiene similitud a la planteada por Ulises Ruiz Ortiz no en cuanto al método, sino al propósito del activismo político, de la movilización, de revitalizar y mantener viva a la base militante, de inyectarle adrenalina.

Es justo lo que provocan las seis “corcholatas”: Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard Casaubón, Ricardo Monreal Ávila, Manuel Velasco Coello y Gerardo Fernández Noroña.

Cada una en su gira informativa está metiendo la “Transformación” hasta el tuétano de la militancia, incluso de la ciudadanía en general porque el sui géneris proceso interno para elegir Coordinador, Coordinadora, de la Defensa de la “T”, ha acaparado reflectores para hablar en pro o en contra, pero los ha acaparado.

¿Quién será el genio del movimiento? Del movimiento y de la movilización. No puede ser otro que AMLO, quien actúa como jefe político del partido.

Él adelantó la sucesión presidencial y el proceso interno en Morena desde aquella ‘mañanera’ en que destapó las primeras ‘corcholatas’, lo cual seguramente no fue ocurrencia, sino una acción premeditada.

LA ILUSIÓN DE MARIO DELGADO

El dirigente formal de Morena a nivel nacional, Mario Delgado Carrillo tiene una ilusión: Que este partido gane en 2024 la Presidencia de la República con más de 33 millones de votos para el 2024; 10% más de la votación que obtuvo López Obrador en el 2018.

Pues en esa meta puede ayudar el activismo de las seis ‘corcholatas’ que andan recorriendo el país en busca de la candidatura presidencial…perdón, de la Coordinación de la Defensa de la Transformación, salvo que alguna se rebele, lo cual se ve difícil.