En la conversación política en boga está la ansiedad de la comentocracia que afirma como dogma que la oposición no existe, que ya está todo decidido por el régimen de un solo hombre, que monta un gran teatro de simulación de un proceso interno que no existe, pero que en realidad es externo, para tratar de engañar a la población de que existe democracia en Morena, pero todo mundo sabe que el presidente de la República, como gran elector, seleccionará a Claudia Sheinbaum como candidata presidencial por Morena.
Por el lado de la oposición, al no haber un gran elector, y ante el horizonte del cumplimiento de la ley que dicta que los procesos internos de selección de candidatos no se deben dar sino hasta el mes de noviembre, existe un gran proceso de lograr un consenso entre los partidos políticos que conforman la Alianza Va por México, que son el Partido Acción Nacional, el Partido Revolucionario Institucional y el Partido de la Revolución Democrática, con la participación de organizaciones de la sociedad civil, principalmente por la llamada Unid@s, y otras organizaciones que se han acercado a los aludidos partidos, para que, con la ayuda de personajes expertos en la materia electoral, se llegue a determinar un método para seleccionar la candidatura presidencial.
Como se puede ver, este segundo proceso, en comparación con el de la simulación de Morena, es mucho más complicado que el primero que fue dictado por López desde su ronco pecho, sin consenso alguno; él dicta y todos obedecen. Mientras el proceso de la opción a Morena (me gusta llamarle así a la oposición), que tiene características democráticas de ciudadanos partidistas y no partidistas comprometidos con las instituciones del Estado mexicano y con el imperio de la ley en nuestra República, en lugar de la voluntad de un caudillo que dicta lo que se le pega la gana, éste involucra a muchas personas por lo que es mucho más complicado llegar a un método que satisfaga a todos.
En fin, lo que quiero transmitir a mis lectores es que la democracia es mucho más complicada que la autocracia. No debemos esperar una eficacia instantánea en la selección de un método para elegir a una candidatura presidencial que requiere el poner de acuerdo a muchas personas y no cuenta con los instrumentos legales e ilegales que utiliza el oficialismo.
Ahora bien, el Instituto Nacional Electoral acaba de resolver que el proceso interno planteado por Morena, a lo que dice que es con la intención de elegir al “coordinador nacional de defensa de la cuarta transformación”, por lo que lo categorizó como “una determinación intra partidista auto organizativa”, acotando el proceso en el sentido de que “no [se debe] hacer llamados de manera directa o explícita a votar a favor o en contra de alguna fuerza política, porque no se trata de una campaña, sino de informar de los logros de la cuarta transformación”.
Con esto, claramente el INE ha entrado en el juego de simulación de Morena, abriendo las puertas para que la opción a Morena también aproveche los tiempos anticipados para designar, digamos, al Coordinador General de la Coalición Va por México. Todavía falta ver, sin embargo, si el Tribunal Electoral avala esta laxa interpretación de la ley.
Si ello fuere ratificado como legal por parte del Tribunal, se podría abrir la posibilidad de que las elecciones primarias que se han planteado por parte de la opción a Morena se pudieren administrar y conducir por el propio INE dando así plena legitimidad a la persona que saliere elegida como Coordinador General de la Coalición, para luego, a su debido tiempo, ser designado por la Coalición Va por México como su abanderado a la presidencia de la República.
El proceso que plantea la Coalición opositora establece la realización de múltiples debates entre los aspirantes, dándole realmente la oportunidad a la ciudadanía de escoger a la mejor persona quien entraría en la carrera con un alto índice de legitimidad en comparación con el dedazo del Tlatoani que dirige a Morena.
Así, que temo decepcionar a los comentócratas, la oposición como opción a Morena está más viva que nunca y va dar la batalla porque ¡Sí hay Tiro!