Este miércoles inicia el esperado Proceso Electoral Federal 2023-2023 para las elecciones de Presidente de la República y diputados y senadores al Congreso de la Unión. Inicia de una manera inédita: Con candidaturas presidenciales anticipadas, que no formales.
Y pareciera que hasta el Instituto Nacional (INE) esperó la terminación (o cuando menos los resultados) de los procesos políticos partidistas, que de algún modo merman el lucimiento del arranque del proceso electivo que pinta altamente competitivo y complejo.
Ahora sí, a partir de la sesión de instalación del Consejo General del INE ex profeso del inicio del proceso electoral no hay pretexto para consentir los actos anticipados de precampaña y campaña de partidos políticos y aspirantes a los cargos populares federales.
Ese es uno de los retos de las autoridades electorales: Frenar y sancionar este tipo de actos.
Ya los partidos políticos (con excepción de Movimiento Ciudadano) le marcaron la pauta al INE y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) con los procesos políticos extralegales, ahora corresponde a estas autoridades marcarles el paso para evitar la inequidad de la contienda.
De manera paralela otro reto es la postura del INE y del TEPJF ante la actuación del presidente Andrés Manuel López Obrador respecto del proceso electoral; ante su abierta proclividad a influir en el ánimo ciudadano con impactos mediáticos desde sus conferencias mañaneras.
El reto incluye la postura de la autoridad electoral frente a la tentación de los gobernadores y gobernadoras de las entidades federativas de cualquier filiación política, de beneficiar a su respectivo partido, coalición y candidaturas.
Es más, a ningún actor político conviene transgredir la ley de manera sistemática con acciones consideradas como graves, porque se colocan en riesgo de que el INE niegue el registro de candidaturas o de que el Tribunal Electoral les de revés; incluso, que en su momento anule la elección.
Entre otros tantos retos, el Instituto tiene otro más: Demostrar su eficacia, imparcialidad e independencia, en una nueva composición del Consejo General, donde ya no actúa ninguno de las y los consejeros electorales de la primera integración del 2014, y que ya no preside Lorenzo Córdova, quien al final se vio como enemigo del partido en el gobierno, sino preside una persona considerada afín a la “4-T” o por lo menos no peleada con ésta, Guadalupe Taddei, designada mediante tómbola y que además es la primera mujer en presidirlo.
Este reto incluye una pulcra conducción del desarrollo del proceso electoral para elecciones transparentes y resultados con certeza en la competencia del INE. Porque en este punto, son corresponsables los partidos políticos y candidatos.
EL CONGRESO
Distinto a los procesos electorales anteriores, en este que inicia cobra importancia la elección de las diputaciones y senadurías al Congreso de la Unión.
Porque la persona que gane la Presidencia de la República, ya sea por el resultado de la elección o por decisión jurisdiccional, va a necesitar mayoría calificada afín en ambas cámaras del Congreso para que puedan transitar las reformas constitucionales que requiera su proyecto de nación.
Ya se vio con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien no ha podido concretar algunas de sus iniciativas de reformas a la Carta Magna, que buenas o lesivas, le eran necesarias a él para operar sus planes de transformación.
Evidentemente, la integración de las cámaras de diputados y de senadores también cobra importancia para la oposición (que resulte de las elecciones), pues reuniendo la mayoría calificada en el Congreso de la Unión se convierte en dique o equilibrio frente a quien obtenga la titularidad del Ejecutivo Federal.
En ese contexto, seguramente los partidos políticos se jugarán el todo por el todo, o al menos Morena que va por retener la Presidencia de la República y por ganar la mayoría de ambas cámaras.
PROCESOS LOCALES
En esta semana o en posteriores, según lo marquen las legislaciones locales, también inician los procesos electorales en casi las 32 entidades federativas para elegir cargos populares locales: 8 gubernaturas, la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, diputaciones y/o ayuntamientos.
Procesos electorales concurrentes con el federal, que tornarán políticamente candente el año eminentemente electoral que este miércoles inicia.