Las interpretaciones y declaraciones presidenciales toda vez son más temerarias y agresivas. El pasado 11 de octubre AMLO abrió una puerta ya difícil de cerrar, sin pudor reveló que hay directivos de medios de comunicación que le han ofrecido sacudirse a algunos periodistas incómodos a su gobierno.
Incluso este martes el mandatario en un tono de baja monta señaló que: “ah saben qué, pregúntenle cuánto destinan, eeeeh, a pagar chayotes, jajajaja”. Y fue más allá: “y no es sólo el chayote, es que los tienen a su disposición, los tienen como empleados a muchos. Jueces que están al servicio de organizaciones crimínales o de delincuentes de cuello blanco o de potentados. Ya lo hemos visto muchas veces”.
Una vez más, sin fundamentos, sin pruebas, sin consistencia, tanto para hablar de periodistas, de concesionarios o jueces, generalizó sin exhibir con detalle las irregularidades y los oscuros convenios. Argumentar que no hay censura es una mentira si recordamos que ya son más de 74 los profesionales de la comunicación asesinados y muchos despedidos de sus empleos o cómo ocurrió con Ciro Gómez Leyva que han sufrido atentados contra su vida.
AMLO ataca consistentemente a líderes de opinión o a medios que son críticos o no afines a sus disposiciones, pero no se atreve a denunciarlos, únicamente lanza la diatriba del desprestigio. El Ejecutivo ha dicho: “Hay veces que vienen algunos dueños de medios de información, muy importantes por su poder económico y para buscar ¿no? Que se les dé un trato privilegiado.
Insinúan que, si tenemos un periodista incómodo, un conductor de radio, de televisión, un columnista que no nos agrade, con una simple señal con un gesto bastaría para que se deshicieran de él, que lo corrieran”.
En una rápida revisión se observa cómo medios de información han ajustado sus contenidos y a colaboradores. Usando la bajeza de términos, no solo no reciben chayote, sino que se les castiga o premia con presupuestos para campañas políticas o encuestas amañadas. Cómo se ha solicitado una y otra vez, resulta urgente y necesario que el presidente dé a conocer a los personajes que negocian estabilidad a cambio de operar la guillotina contra profesionales de la información.
Ahí tenemos su sección “quién es quién en las mentiras” en donde se establece un paredón público para denunciar a todos aquellos que según el gobierno no cumplen con la ética profesional.
Varios colegas viven en el exilio ante la amenaza no de perder el empleo, sino la vida, y algunos que en la
mañanera le han solicitado abiertamente al presidente protección, a las horas aparecen asesinados.
Descubrir atropellos, abusos, sobornos, extorsiones o corrupción de funcionarios públicos no representa ni un acto de traición ni mucho menos de cerrar filas con “conservadores” o “neoliberales”.
Lo importante de todo esto es que Presidente de la República ha empeñado su palabra y compromiso de que la remoción de periodistas no será tolerada. Y también de este lado de las teclas es menester señalar a quienes con el arropamiento del poder practican la censura o el cierre de espacios.
Respetar a la libre expresión y a la crítica sería, fundamentada y con respeto es un acto propio de bien nacidos. Pero todo esto resulta en una tarea cotidiana, obligada y de riesgo que recibe una respuesta simplista y nuevamente hueca de información: “yo tengo otros datos”.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2, izzi 135 y mexiquense radio.
@cramospadilla