Al ser dejado de lado por Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard en sus acuerdo de alto nivel para garantizar la unidad de Morena y no afectar la posición de este partido en la sucesión presidencial de 2024, el presidente Andrés Manuel López Obrador inició su marginación política.
Se diluye así la posibilidad de que AMLO dicte línea o establezca un Maximato en el siguiente sexenio, afirman analistas.
Según lo explicó Ebrard él reconoció finalmente la candidatura presidencial de Sheinbaum mientras que exigió de ella respetar su segundo lugar en la contienda interna, para obtener posiciones en las candidaturas al Congreso y otras elecciones en curso, y en el posible reparto de nombramientos del Gobierno Federal en caso de que ella salga ganadora en 2024.
Fue en síntesis un reparto a priori del pastel electoral y del poder en 2024. Y en ello ya no se tomó en cuenta la opinión de AMLO.
Hoy sólo falta una confirmación y rectificación de Claudia Sheinbaum en esta narrativa de hechos realizada por Marcelo Ebrard. Mientras más tempo pase, el silencio predominante de parte de la candidata de la 4T estaría confirmando lo dicho unilateralmente por el excanciller.
¿Está realmente AMLO fuera ya de su sucesión?
Su propia reacción al anuncio de Ebrard de quedarse en Morena y del reparto convenido con Claudia, indican que el presidente López Obrador está de acuerdo en no haber sido llamado a estas negociaciones.
Claro que el tabasqueño sabe de los alcances que para él tienen esos acuerdos. De lo que significa que lo marginaran de ellos.
ESE “ENTENDIMIENTO” GARANTIZA EL TRIUNFO DE SHEINBAUM: MONREAL
Quien reapareció ayer en medios para sancionar estos acuerdos Sheinbaum-Marcelo fue el zacatecano Ricardo Monreal.
Reconoció que al final Ebrard entendió que no había las condiciones para continuar y que debía ceder y bajarse de la expectativa de ir a una candidatura presidencial fuera de Morena. Según Ricardo -que sabe de operación electoral-, continuar con el reclamo y salida de Marcelo le hubiera costado quizá a Claudia Sheinbaum la pérdida de unos 10 puntos o más en la elección del 2024.
Si Ebrard se hubiera registrado por MC le habría significado al partido de Dante Delgado arrancar con 20 puntos -7 que tiene MC, y el resto lo que le aportaría el excanciller de entre votantes que jalaría de Morena-. Por eso Dante lo esperó tanto.
MC A PUNTO DE PERDER LA GUBERNATURA DE NUEVO LEÓN
Quien debería bajarle a su algarabía electoral es Samuel García pues sus ambiciones de candidato presidencial de MC, pueden hacerlo perder hasta lo que no tiene.
Y es que García ni va a ganar la Presidencia, y sí puede quedarse sin la gubernatura de Nuevo León.
El caso es que para inscribirse como aspirante presidencial de MC García a cometido toda clase de imprudencias. Primero, ya anda en campaña y todavía no inicia su licencia de 6 meses como gober de NL que comienza según lo aprobado por el Congreso estatal el 2 de diciembre. Y eso puede derivar en que los legisladores de oposición de PAN, PRI y PRD que lo traen en la mira, podrían iniciarle un recurso ante el Tribunal Electoral para determinar que el gobernador no pudo esperarse y que realmente se separó antes y entonces eso les daría facultades para convocar a nuevas elecciones de Gobernador lo que automáticamente dejaría sin la gubernatura a Samuel y a MC.
La otra es que esa oposición como lo ordenó la Corte, designe a un nuevo Gobernador sustituto que sin duda será un panista o un priísta para que se apodere por la vía legislativa de la gubernatura de Nuevo León, iniciando de inmediato una auditoría y una revisión de todo lo hecho por el gobernador de MC, a fin de fincarle proceso penal, tal como Samuel García lo hizo con su antecesor “El Bronco”.
O sea, ¿de que se ríe Samuel y por qué anda tan entrón y contento si además de todas estas posibilidades tiene que recabar en un mes en 17 estados del país 500 mil firmas de apoyo para amarrar legalmente la candidatura presidencial de MC?
Es como para que Dante Delgado lo llame a su privado y lo regrese a despachar a su oficina de Monterrey.
LOS CIUDADANOS NO VALORAN A SUS SENADORES: RIVERA
En una encuesta realizada por el Instituto Belisario Domínguez y rescatada por Ana Lilia Rivera, presidenta del Senado, el mayor desafío que enfrenta hoy su legislatura es el de la incomprensión y desconocimiento de la ciudadanía respecto de lo que significa la tarea legislativa.
Cargados de trabajo hasta el tope y sin posibilidades de respiro alguno, los senadores de todas las fracciones se enfrentan al hecho de que el 54 por ciento de los mexicanos no confía en ellos y ellas mientras que tienen un 47 por ciento que los aprueba mucho o poco.
“Hay mucha gente -y eso lo comento como una parte de la experiencia que tenemos-, que piensa que los senadores solamente acudimos a la gente cuando necesitamos el voto, que los políticos solamente nos acercamos cuando queremos el voto. Y que una vez que llegamos a los espacios de representación, no regresamos con ellos… muy poco analizan el trabajo realmente que hace un legislador. Hay una gran desinformación de la ciudadanía en general, de la división de poderes”, se dolió.
“No valoran el trabajo que hemos realizado… a pesar de que no descansamos un solo día, (y de que) hemos aprobado más de 60 reformas a la Constitución”, agregó.
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