Hablemos del Ejército Mexicano. 

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Y es que, al ser testigo de la ceremonia donde dos de mis Hermanos de Armas estaban siendo reconocidos por el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, uno por haber alcanzando el grado de General de División y, el segundo por llegar a los 45 años de servicio ininterrumpido dentro del Ejército Mexicano, provocó eso la dilatación del sístole y diástole en mi músculo cardíaco; dicho de otra forma -me emocioné-. Por ello decidí trazar este patrullamiento.

Enrique Martinez López tras 23 meses al frente de la 35 Zona Militar y con una ejemplar cartera de resultados llegó a la cima a la que todo egresado del Heroico Colegio Militar aspira, Enrique recibió de manos del Presidente la tercera estrella.

En esa misma ceremonia Abelardo Garfias Casadero, fue llamado al presidium para que el mismo Ejecutivo Federal pusiera en sus manos (las de Abelardo claro) el documento donde la República Mexicana le estaba reconociendo su tenacidad y entrega.

Y si, sendos reconocimientos provocaron el proyecto literario que ahora, desde nuestro Think Tank, ponemos en la mesa.

Desde siempre quienes rodeamos la mesa de nuestra Logia de Ideas hemos estado convencidos que, el Ejército Mexicano, tal como hoy lo entendemos es, en buena parte, resultado de la imaginación y quehacer del General Joaquin Amaro -antes de él nuestro Ejército caminaba siguiendo instrucciones de Generales formados como “ciudadanos armados” activados entre y durante los movimientos revolucionarios iniciados desde 1913 y 1929.

También se podría ahondar en las explicaciones de lo relacionado a los “rebeldes geográficos” que, respondiendo a los levantamientos y formación de Ejércitos “Constitucionalista” vs Ejército Federal y posterior a esos también un Ejército “convencionista” explotaban su liderazgo incluso caciquil; esos juntaban una bola “” de gente, las armaban, se pegaban el grado de General y pa’ delante. Así, el General Amaro, venido desde la tropa carrancista fue el encargado de generar la Institución Armada hoy bien nombrada Ejército Mexicano-

Pesar, medir, detallar y proyectar el desarrollo profesional de Joaquín Amaro ocuparía escribir e ilustrar una enciclopedia, nosotros, los del Tanque de Ideas, pensamos que, uno de los muchos buenos éxitos del Gral nacido en la localidad de Corrales en Sombrerete Zacatecas fue el “Instituir y profesionalizar” al Ejército Mexicano creando para ello como herramienta la Escuela Superior de Guerra. Claro, durante su misión trans/Gobiernos, el Indio (así conocido por la tropa y oficiales) vaya que arrastró el lápiz y resolvió tácticamente las eventualidades.

Ahora; inspirados en la fibra y entrega de esos dos “botones de muestra” mencionados en los primeros párrafos de este patrullaje, vamos a irnos, no solo al “ser” del Ejército Mexicano deslizaremos la pluma hasta encontrar el “espíritu del ser” de este.

En 1979 SEDENA hizo exégesis en un gran trabajo literario, en ese explicó el origen del “Ejército” generado entre 1821 – 1825.

En ese ejercicio se narra cómo es que esa fuerza armada, (Ejército Trigarante) nacida para afianzar con las armas la Independencia Mexicana, sutilmente fue mutada a un “Ejército Imperial Mexicano” y aunque eso coptó el futuro de esa organización ese Ejército sí alcanzó a “eliminar” la última resistencia española en el islote de San Juan de Ulua.

Más, el trabajo del Estado Mayor de la SEDENA que en esos años (1976-1882) publicó esa obra también dejó saber con detalle el cómo evolucionó el Ejército Mexicano de 1826 a 1829 cuando rechazó el intentó de la Corona Española por “recuperar su colonia”. Y más.

Se trató también la mala organización de un Ejército al punto de sufrir un insultó venido desde Francia en la mal nombrada “guerra de los pasteles” en 1838.

Obligado es mencionar el cómo se vivió el conflicto militar con los Estados Unidos desde 1842 hasta 1850. Acá el desorden político en México detuvo el desarrollo de una buena defensa.

Y si, hay más. La acción militar que desembocó en la llamada “revolución de Ayutla” con la que se alcanzó le salida del “seductor de la patria” pulverizando el “Santanismo” y abriendo la puerta a la guerra por reformar el “marco constitucional” ello entre 1860-63.

Merecería todo un ensayo el hablar del Ejército Mexicano en el periodo 1863-1867… como se conformaron los Ejércitos “liberal y conservador”? Miramón era menos patriota que Leandro Valle?

También ocuparía tiempo analizar cuál era la concepción que Benito Juárez y su círculo rojo tenían de un Ejército Nacional.

Y ya que estamos caminando por supuesto que se tiene que mencionar la era de el ejército federal formado por Porfirio Díaz ya que ese tuvo una formación y desarrollo digno de estudiarse.

Ah, y que decir del definitivo evento de la creación del Ejército Constitucional derivado ese del Plan de Guadalupe y la firma de los tratados de Teoloyucan?

Y aquí se cierra el círculo trazado para dar los antecedentes históricos de nuestro Ejército Mexicano, pues es en ese “Ejército Constitucional” donde se formó el General al que le reconocemos el diseño e institucionalización del Ejército Mexicano, ahí, como soldado del Ejército Constitucional inició su carrera Joaquín Amaro. Sea entonces.

    Para ir cerrando; este patrullamiento no puede ser ni académico ni objetivo, eso porque mi pluma está movida por la emoción, el recordar como empezó todo allá en el 1978, cuando desde las escuelas militares acudimos y formamos parte de un Curso Básico de Infantería (CABI) y ahí ser tratados todos como “!CADETES DEL HEROICO COLEGIO MILITAR!” quita el pragmatismo a mi apunte. Como sea va un triple abrazo fraterno a la generación 1978-1982 egresada (!forjada!) en aquel yunque generador de hombres y mujeres de guerra.

    Último patrullaje.- sitos ya en el DESPUES del extraordinario evento natural del huracán Otis Acapulco está siendo recuperado en su estructura de Seguridad y movilidad gracias al despliegue del plan “Defensa Nacional/3/E” …diría algún Venerable Maestro…”sin prisa pero, sin pausa”.

Balazo al aire.- lo que es… es; y es imposible que no sea.

Greguería.- había perdido mi fe en la humanidad lectora, más, cuando en “el pueblito mágico” de Taxco vi, sentado en el piso a Mateo Arturo Lima Cortés degustando un libro de pasta dura dejándome ver con eso que en este mundo aun existen sibaritas de la lectura en vivo (es decir que disfrutan tocar las hojas y catar su tinta) mi esperanza regresó, ah, Mateo es un señor chiquito de seis años.

Oximoron.- patria sin padre.

Haiku.- de ti río, es merced,

vivir para ti,

y soñar siempre en ti.