En un documento de despedida como magistrado presidente de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, difundida en redes sociales, Reyes Rodríguez Mondragón anotó:
“Es esencial que el TEPJF consolide, en los meses siguientes, su independencia y dé muestras de ello al garantizar el cumplimiento de la ley y los derechos políticos de todas las personas en la elección más grande de la historia de México”.
¿Se trata del normal anhelo de un jurista en el contexto de las elecciones concurrentes del 2024? ¿O se trata de un mensaje frente a riesgos de subordinación política y de lesión a los derechos políticos con resoluciones a favor de intereses diversos?
Si no hubiera diferencias entre las magistradas y los magistrados de la Sala Superior, las palabras de Reyes Rodríguez se entenderían solamente como un simple y lógico anhelo democrático. Pero como las diferencias persisten, la expresión genera suspicacias.
Ojalá se trate del mero anhelo democrático en torno a la tarea jurisdiccional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que a partir del uno de enero será presidido por la magistrada Mónica Aralí Soto Fregoso quien llegó con el respaldo de los magistrados Felipe de la Mata Pizaña y Felipe Fuentes Barrera tras la renuncia posfechada de Reyes Rodríguez, prácticamente obligado a dimitir como magistrado presidente.
Relevo forzado para superar la crisis en el TEPJF. Sin embargo, parece que el conflicto interno no ha quedado del todo superado, lo cual se evidencia con el documento publicado por Reyes Mondragón en sus redes sociales donde da cuenta de su gestión cuando pudo difundirlo por los canales institucionales.
Además con el señalamiento del magistrado Reyes Rodríguez (también en redes) de no haber sido invitado a la reunión que Soto Fregosos, de la Mata Pizaña y Fuentes Barrera sostuvieron con la precandidata presidencial de la coalición “Fuerza y Corazón por México”, Xóchitl Gálvez Ruiz.
Rodríguez Mondragón posteó: “En sesión con las cinco magistraturas que integramos el @TEPJF_informamanifesté que desempeñaré mis funciones en la presidencia y atendería los compromisos institucionales hasta el 31 de diciembre de 2023, pero a este encuentro de tres magistraturas con @XochitlGalvez no fui convocado y me enteré que se llevó a cabo por este comunicado.”
Ups. Francamente qué falta de respeto. Porque estando Reyes Rodríguez aún en funciones como magistrado presidente, correspondía a él recibir a Xóchitl Gálvez, junto con sus pares. Es más, en una relación cordial, respetuosa y comprometida con la institucionalidad y la democracia, Reyes y Mónica hubiesen encabezado el encuentro con la precandidata.
Salvo que Xóchitl hubiese pedido excluir a Rodríguez Mondragón y a la magistrada Janine Otálora Malassis, quien tampoco aparece en la fotografía del comunicado oficial del TEPJF donde se informa de la reunión.
Da la impresión que el bloque de las tres magistraturas opuestas a Reyes, ya manda en el Tribunal sin esperar al primer minuto del uno de enero del 2024.
Imagínense que en el año eminentemente electoral continúen las diferencias entre magistrados y magistradas de la Sala Superior, ¿cómo van a resolver las impugnaciones? ¿En base a Derecho? ¿O en base a intereses de bloques? Ni para reunirse a comentar entre sí asuntos escabrosos porque se nota que no se pueden ver ni en pintura.
Por lo pronto, el bloque de tres puede mayoritear a Reyes y a Janine, hasta que el Senado de la República nombre las dos magistraturas vacantes.
SENADO, ¿PARA CUÁNDO?
Ese es otro tema. El Senado de la República le ha dado largas a la elección de las dos magistraturas para sustituir a José Luis Vargas Valdez e Indalfer Infante Gonzales, quienes el 31 de octubre concluyeron su periodo como magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
¿Para cuándo?
Los procesos electorales, federal y local, con el Año Nuevo entrarán en procedimientos neurálgicos que seguramente provocarán impugnaciones, entonces se hace necesario contar con un Tribunal completo.
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