Terminó la participación del grueso de la delegación olímpica mexicana en París 2024. Fue una delegación modesta, pero competitiva, tanto por los escalafones con los que llegaron sus componentes, tanto por el desempeño en la justa veraniega. 3 platas, 2 bronces y, ¡ojo! Los más importante, con otros 18 diplomas olímpicos más en finalistas; y luego sumemos la participación de otros tantos semifinalistas (7), los más bien posicionados, además, en su camino a las finales, que dejan un sabor más grato que en Tokio 2020.
No seamos desmemoriados: décadas atrás, nadie alzaba cabeza. Y en París 2024 el oro puede ser un espejismo si otras delegaciones salvo tal, meritorio, no figuraron en nada más. No se pierda de vista el papel desempeñado por México. No fue menor en conjunto. Y, desde luego, no todos llegaron a París por las mismas vías ni apoyos. Los apoyos. No tienen que ser solo de Conade y los reclamos tampoco solo a ella. Es un tema que en el nuevo ciclo olímpico debe plantearse y es trabajo conjunto. COM, Conade y demás instancias deportivas si deseamos continuidad en lo logrado, si vamos a más y por otras y todo lo que permita consolidar avanzando, de cara a Los Ángeles 2028.
Cuando se critica a la delegación olímpica mexicana, invariablemente y desde medios opositores al gobierno federal actual –en consecuencia, desde sus seguidores que replican la desinfrmación que propagan– se observa el dardo dirigido para mal contra Ana Gabriela Guevara, sin importar si se cae en infundio. Es interesante, porque renuevan su carencia de ética, mantienen la desinformación y la posverdad y su deshonestidad intelectual. Nada nuevo. Es una torpeza proceder así, pues olvidan que los apoyos ni tienen que ser solo de Conade ni Conade es la única que los brinda. Por otra parte, cuando oye uno a tanto atleta que sí estuvo en París en 2024, quejarse de falta de apoyos –nulos o pocos, hay de todo– nos recordamos que no existe una información pública detallada y visible al público sobre cómo se gestan tales apoyos, dados o negados. No hablamos de que sean consultables o que los facilite el INAI. No. Hablamos de datos claros y puntuales, transparentes. Se necesita transparentar los criterios de asignación de recurso público y lavar las manos y la cara que los reciben. La corrupción de ciertas federaciones indica lo correcto de negarles los apoyos. Aunque Nuria Diosdado se enojase.
Así, sin aportar los detalles de a quién sí y a quién no se apoyó y con cuánto, los opositores solo se quedan en París 2024 con la versión del señor que vendió fruta para ir o les sigue pagando mucho repetir que las nadadoras artísticas pelearon becas y les retuvieron ayudas –pese a que el tema dejó en claro las cosas y los causantes reales del galimatías– o arguyen que, simple y llanamente, no hubo ayuda, aunque las arqueras digan que sí y apenas. Han intentado medios opositores que los atletas espeten reclamos a Conade y digan que fue nulo el apoyo a como de lugar y no siempre consiguieron que lo hicieran. Normal, el tema no es parejo. Y si valoramos la delegación olímpica, hay que separar apoyos de desempeños. Pocas veces México se ha situado en tantas semifinales y finales y en posiciones loables. París 2024 no ha sido más de lo mismo, pues hasta en apoyos, los hubo más. Hay avances significativos y deben ponderarse. Debemos salir de una posverdad de fracasos y no apoyos y contemplar lo tanto conseguido por nuestros atletas en gran número en 2024. No seamos desmemoriados de ediciones donde pintábamos nada. Ser justos implica admitir donde hubo apoyos o los 18 diplomas olímpicos ganados y las preseas, mejores a Tokio 2020. Y que ello sirva para articular un programa deportivo de continuidad, reforzamiento y emprendimiento en nuestras disciplinas que merecen estar y/o apoyar a nuestros atletas.
Cada caso por atleta presente atiéndase y saberse que no son iguales si hay reclamo en los apoyos. Presentan circunstancias particulares, no lo neguemos. Así como hubo quejas, la judoca fue sensata y reconoció apoyos, hablando por ella, lo puntualizó. Los medios han explotado posibles medallas que acallarían el debate de fondo, y han manipulado resultados o los han ocultado o confundido para no saber exactamente cómo le fue a cada participante. Fue el caso grosero y manipulador de como se abordó a las nadadoras artísticas. Entre que decir que fueron muy ovacionadas (callando que por mexicanos y a grito pelado) y no bajarlas de sirenas mexicanas, no quedaba claro que no alcanzaron podio, sí diploma olímpico, por su séptima posición final muy plausible. Y hay casos tan peculiares como los ecuestres. La hípica, sí, apellidos caros, se financia de otra forma. Y si el fútbol ni calificó, póngase el acento en tantos que sí lo hicieron en deportes nunca antes jugados en nivel semifinales y finales en Juegos Olímpicos. Merecen más apoyo.
Lo que es insultante a México es el reclamo a manera de amago, del participante de bádminton que pide a Conade le reembolse los 5 millones que dice, invirtió en ir. Si los criterios de asignación de recursos fueran claros y justos, esto no pasaría. Suena a asalto a mano armada.
Por eso, seamos claros: es temeario decir que no hay apoyos donde los hubo o que todo fue lo mismo de siempre. No es así. Merecemos una afición más comprometida a informarse de verdad antes de opinar. Tenemos la edad para recordar competidores que se quedaban en el lugar 23 de 22. Y delegaciones enormes sin resultados, eliminadas a la primera. Falta de equipo y accesorios, incluidos entre las causales. Ahora, van campeones del mundo mexicanos en deportes nuevos con números sobresalientes, lo que habla de apoyos y esfuerzos sostenidos desde distintos ámbitos. Insuficientes, desde luego, pero no son nulos ni ausentes y conviene tenerlo presente para proseguir en la tarea de alcanzar la excelencia y las medallas que todos deseamos que se obtengan. Y pudimos tener un mejor desempeño en París, que luego podemos hablar de triunfos robados y París se destacó por ello. Y errores de rutina, los hubo. Aceptémoslo. Critican a la Guevara por decir que, al menos, se perdieron 4 medallas. Yo conté de 6 a 10 por errores de rutina o caerse del caballo y no son atribuibles a ella. Hablemos con menos víscera y ligereza y con más sensatez. Habrá que mejorar cada participante. Se dijo habría 15 preseas. Era posible.
Es más, los dimes y diretes del COM y Conade, sobran. No porque Guevara sí fue medallista y Alcalá, no, que nadie lo olvide. Y Guevara ganó presea no en sus primeros Juegos. De ahí la importancia de que se mantenga la continuidad y se planifiquen los apoyos y es posible. Es mediocre la respuesta de Alcalá a Guevara diciendo que no perdimos lo que no tuvimos. Lo dirá por la medalla olímpica que jamás ganó (¿otra Rommel Pacheco?) pero en honor a la verdad, deberá trabajar más por el deporte mexicano. Alcalá sabe bien qué lidiar con federaciones no es sencillo. Ojalá que articule un programa amplio de trabajo con miras a 2028. Uno que incluya deportes de conjunto, impulso y apoyo a lo que acudió a París y reforzamiento de nuevas disciplinas del programa olímpico. No apostar solo a deportes de apreciación. Evitar las carencias de París 2024 y los errores de los propios atletas, que acarrearon desde truncar rutinas y descalificaciones a perder medallas. Pudieron ser más preseas, no lo olvidemos, y las dejaron ir por angas o mangas. Esta vez las dejaron ir, eso es lo llamativo. Otras veces ni de cerca las tenían. Hay mucha diferencia, no cabe duda. COM y Conade, ¡ojo! con eso.
El COM también tiene sus cositas. Una llamada al Comité Olímpico mexicano me llevó a preguntar a una persona de dentro en área de apoyo si el criterio del diploma olímpico seguía vigente para el 4º a 8vo. Lugar. Me respondió que no, que todos siempre reciben diploma. Todos. Si equivoca diploma de asistencia y participación con el olímpico, y así está de desinformado el personal del COM ¿también es culpa de Guevara? para saber.
A todo esto, ha sido desagradable enterarnos de que a los atletas se prohibió dar declaraciones a medios que no fueran Televisa o Claro Sports, dizque por haber comprado los derechos de transmisión. La delegación mexicana es eso, mexicana, no de empresas. Nadie debiera de acaparar sus palabras. Quizá debiéramos admitir que es hora ya de administradores del deporte y no de atletas metidos a administrar el deporte, al frente de las instancias deportivas. Y eso va para Guevara y para Alcalá. Como sea, si se mejoró lo hecho en Tokio, ¿la Guevara ya salvó el pellejo? A saber. Aguardemos la respuesta.
No podemos dejar pasar dos declaraciones muy desafortunadas. La tiradora arquera Vázquez que dice, tras afirmar que recibieron lo indispensable como apoyo: “Muchas veces vamos a evadir esa pregunta, pero, decir que es lo mínimo indispensable. No les diré que nos han dado más de lo que merecemos, pero tampoco menos. Es lo mínimo indispensable, no voy a agradecer por darnos de comer” y Nuria Diosdado nos dejó con la sonrisa congelada al advertir: “no venimos por medalla”. Se le cumplió. Decepcionante.
Interesante que una suerte desafortunada de Xóchitl Gállvez de la piscina –así usada como ariete contra la medallista olímpica Ana Gabriela Guevara– saliera con semejante comentario que empaña los gigantescos triunfos del conjunto mexicano que lidera. Un primer lugar mundial no puede hacer semejante declaración. Ojalá que haya más medallas y no solo en, otra vez, clavados y boxeo. Se demostró que México es competitivo en muchos más deportes. Esa debe de ser la lección de París 2024.
México se va de París con 3 platas, 2 bronces, 18 diplomas olímpicos de deportistas que llegaron a disputar el podio y 7 semifinales más, descatando en deportes novedosos o de primera ocasión en que se presentaba México y no frecuentes, como fueron piragüismo, gimnasia artística, natación artística y ecuestres, donde se llégó alto. No ha sido un mal desempeño y honor a quien honor merece. Felicidades a todos.