El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, recalcó que su país está de regreso en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un órgano que repudió durante la Administración de Donald Trump, pero advirtió de que usará ese foro para condenar las violaciones de estados como China o Rusia.
“Pedimos humildemente el apoyo de todos los estados miembros de la ONU en nuestro intento por volver a ocupar un puesto en este organismo”.
Luego del anuncio, mencionó que EEUU “seguirá denunciando abusos en países como Venezuela, Nicaragua, Cuba o Irán”, subrayó en su primera intervención ante el Consejo el secretario de Estado, quien también anunció que su país presentará su candidatura a ser miembro de este órgano (formado por 47 Estados) para el trienio 2022-24.
Blinken recalcó asimismo que la vuelta de EEUU al Consejo no significa reconocer que éste sea perfecto, y subrayó al respecto que el órgano de la ONU debe reconsiderar “su desproporcionado enfoque contra Israel” o el hecho de que entre sus miembros haya frecuentemente regímenes autoritarios.
Estados Unidos anunció a principios de este mes que volver a comprometerse con el consejo de 47 miembros después de la administración de Trump sacó al país en junio de 2018.
“Instamos al Consejo de Derechos Humanos a analizar cómo lleva a cabo sus negocios. Eso incluye su enfoque desproporcionado en Israel”, dijo en su momento Blinken.
“Además, nos centraremos en garantizar que la membresía del consejo refleje altos estándares para la defensa de los derechos humanos”, agregó.
En el discurso de regreso, Antony Blinken aseguró que “Los que tienen peores registros de derechos humanos no deberían ser miembros de este Consejo”, defendió ante un órgano que actualmente tiene en su composición a países como Cuba, Venezuela, Rusia o China.
Incluso, lanzó la indirecta de que “Aquellos con el peor historial de derechos humanos no deberían ser miembros de este consejo”.
De ahí que Blinken aseguró que EEUU usará su voz en el Consejo para denunciar “las atrocidades cometidas en Xinjiang” (región del noroeste chino donde es reprimida la minoría musulmana uigur) o “cuando las libertades fundamentales son atacadas en Hong Kong”.
Al Gobierno ruso le exigió una vez más que “libere inmediatamente y sin condiciones a Alexei Navalni y otros cientos de ciudadanos rusos erróneamente detenidos por ejercer sus derechos”, y también recordó los ataques a las libertades fundamentales en Birmania (Myanmar), Siria o Corea del Norte.
“Esperamos trabajar con nuestros socios en este órgano y con las ONG de todo el mundo para garantizar que el Consejo cumple su función y efectivamente contribuye a la mejora de los derechos humanos en el mundo”, resumió el jefe de la diplomacia norteamericana.
Blinken aseguró que la nueva Administración de Joe Biden ha puesto la democracia y los derechos humanos en el centro de su política, algo que empieza por “luchar por ellos en casa”, abordando problemas como el “sistemático racismo” de la población negra en EEUU, entre otros.
Añadió al respecto que EEUU está comprometido a avanzar en la igualdad de género y en líneas generales “perseguirá una política que acabe con la violencia y la discriminación de todo tipo, incluyendo por razones de orientación sexual, identidad de género o sexo”.
“EEUU no es perfecta, pero trabajamos cada día para mejorar y rendir cuentas”, recalcó el secretario de Estado, quien argumentó que lo hace con una apertura que no puede observarse en regímenes autoritarios “que violan los derechos humanos con impunidad”.
EEUU lanza advertencia directa sobre Rusia
El gobierno de Joe Biden está preparando sanciones y otras medidas para castigar a Moscú por un ciberhackeo masivo contra el gobierno y entidades privadas del país y el envenenamiento casi fatal del líder de la oposición rusa, Alexei Navalny.
De acuerdo a publicaciones de Washington Post, las acciones principales tendrían como objetivo responder a la operación conocida como SolarWinds, en la que agentes que la inteligencia estadounidense cree que fueron rusos piratearon sitios de agencias gubernamentales y empresas privadas.
Los funcionarios creen que las acciones pueden ser consideradas como “indiscriminadas” y potencialmente “disruptivas”. De efectivamente encajar en esa definición, podría distinguirse a la operación de aquellas de similar naturaleza que realiza cualquier país, incluido Estados Unidos, y por lo tanto sería posible imponer sanciones como consecuencia de ellas.
El Gobierno también está trabajando en medidas defensivas destinadas a dificultar que Rusia y otros adversarios comprometan las redes del gobierno federal y del sector privado, de acuerdo con el rotativo.