Los planes de “Alito”…¿sigue funcionando el “dedazo” en el PRI?

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Los audios dados a conocer por la Gobernadora de Campeche, Layda Sansores, donde habla Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito”) están haciendo pedazos la imagen del actual presidente del PRI nacional, por las revelaciones en boca de este sobre presuntas actividades irregulares y hasta ninguneo de la propia militancia del tricolor.

Por lo mismo, los audios también minan la frágil unidad interna del PRI.

Obviamente, pueden ser los objetivos de Morena por las razones que sean: Venganza porque “Alito” promovió en la Cámara de Diputados Federal el voto en contra de la reforma eléctrica del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador; porque no quita el dedo del renglón de continuar con la alianza electoral y legislativa “Va por México”, etc.

Sean o no objetivos de Morena, sea o no venganza, Layda Sansores viene jugando un papel determinante en destrozar la imagen de su paisano y la unidad priista; amén de que tanto Moreno Cárdenas como el propio PRI se defiendan y nieguen las versiones de los audios.

Y el nuevo audio, pone a “Alito” en contra de la militancia priista, sobre todo ahora cuando exdirigentes nacionales y cuadros representativos del PRI le han pedido cuentas sobre los resultados electorales, porque desde el 2019 (en que asumió la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional) al 2022 el partido ha perdido 11 gubernaturas.

Además de congresos locales, ayuntamientos, diputaciones federales y senadurías.

Lo pone contra la militancia priista (salvo la estructura que él ha conformado a base de favores y candidaturas) porque su plan es quedarse hasta el 2024, como claramente se revela en el nuevo audio, en el cual se escucha una voz idéntica a la de “Alito” diciendo:

“¿Cuál es la ventaja que tengo? Hay tiempo para impulsar. Yo “Yo, primero Dios, si me da vida, seguiré aquí en el PRI hasta el 2024. O sea, a mí me va a tocar decidir la lista porque todos esos pendejos que andan allá afuera: ‘No, que si no hay resultados’, se van a la verga”. 

“Yo fui electo por 4 años, yo me quedo aquí; me vale madres lo que digan. Entonces, al final del camino, me toca la que viene, o sea, me toca construir la que viene…Viene la sucesión en Tamaulipas también. Y es el otro año, entonces vamos a construir…” 

Pero si fue electo en 2019 para un periodo de cuatro años, éste termina en 2023. Aunque pululan los priistas, empezando por ex presidentes del CEN, que quisieran la renuncia inmediata de Moreno Cárdenas, quien le ha dado largas al tema; incluso, planteando que toda petición puede llevarse a discusión del Consejo Político.

O sea, como reza la vox populi: “Está montado en su macho”. O como él dice: ‘Le vale m…’

Y ese plan lo tiene desde antes de las elecciones locales de junio de 2022 de gubernatura en seis entidades federativas: Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas; de las cuales el PRI (en alianza con el PAN y el PRD) solamente ganó Durango.

Ahí está su “construcción”, que más bien resultó destrucción.

¿Y si así va a “construir” las candidaturas para las elecciones concurrentes de 2024? Uf, el PRI corre el riesgo hasta de perder el registro nacional por no alcanzar la votación mínima exigida por la ley; y si le va bien, conservaría éste, pero puede perder el financiamiento público estatal en diversas entidades federativas por no alcanzar el umbral.

Tantito peor si se empeña en ser el candidato del Revolucionario Institucional a la Presidencia de la República; o, además, del PAN y del PRD en la alianza “Va por México”.

Nada más imagínense si “Alito” decide la “lista” de candidaturas plurinominales a las diputaciones federales y senadurías; las postulaciones recaerán en la otra mitad de quienes integran el Comité Ejecutivo Nacional y en líderes de sectores y organizaciones; o sea, en la cúpula priista.

Mientras, los militantes de base, los de tierra, a partirse el alma en la campaña para conseguir el mayor número de votos a fin de posibilitar la entrada al Congreso de la Unión de la crema y nata de la cúpula priista junto con la parentela de ésta.

Así como se decidieron las candidaturas de 2021 a la Cámara de Diputados Federal.

¿SIGUE FUNCIONANDO EL “DEDAZO”? 

Quizá en algún tiempo al Partido Revolucionario Institucional le resultó confeccionar por “dedazo” las “listas” de candidaturas.

Sobre todo en aquella época de partido hegemónico, en que el Presidente de la República en su papel de jefe político del PRI decidía quiénes iban y quiénes no como candidatas y candidatos a las senadurías, diputaciones federales, diputaciones locales y gubernaturas.

Es más, casi siempre resultaban candidatos; también eran tiempos en que las mujeres no contaban más que para votar y para llenar auditorios en respaldo de varones a los cargos de elección popular. Si mucho, había candidaturas femeninas en los últimos lugares de las listas plurinominales, sin posibilidad alguna de entrar.

Las candidaturas a las concejalías municipales las dejaba a decisión de los gobernadores en turno, salvo se tratase de algún municipio de importancia política o económica, o de interés personal del mandatario nacional.

Y ni quien revirará; el priismo aceptaba las candidaturas por “dedazo” sin chistar. Nadie se atrevía a rebelarse en contra del jefe político del priismo nacional, ni de los estatales. Las famosas convenciones de delegados o consejos políticos salían como mantequilla.

Pero además las personas designadas a las candidaturas en su mayoría eran buenos cuadros políticos, con formación en las filas priistas, con preparación, con doctrina, con talento y con vocación de servicio; así también, amables, respetuosos, educados.

¿Y ahora?

Ahora pululan los advenedizos. Y al parecer las candidaturas por “dedazo” ya no le funcionan al PRI; ahí están los resultados electorales, amén de la falta de trabajo político y social del partido.

Ahora necesita recurrir a procedimientos democráticos. Por ejemplo: La consulta a la base. Pero real, porque la simulación lo llevará al mismo resultado: La derrota en las urnas electorales.

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