Tabasco: Entra Sheinbaum al rescate vía Harfuch

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En la última semana de diciembre de 2023, en una de las últimas mañaneras del año, le preguntaron al entonces presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la violencia desenfrenada en Tabasco, su cuna, y el de Macuspana respondió que se trataba de un pleito entre bandas del crimen organizado por la plaza; agregó que ya había dado instrucciones a la Secretaría de Seguridad federal para resolver el problema.

          Esa afirmación del de Macuspana se dio a raíz de que, como se ha estado informando, el 22 de diciembre  de 2023 hubo un pleito a balazo limpio en el domicilio particular de quien era secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del estado, Hernán Bermúdez Requena.

         Una semana después, el 5 de enero de 2024, por otro brote de violencia como el de la Navidad anterior, finalmente fue cesado Bermúdez Requena y en su lugar quedó como encargado del despacho José del Carmen Castillo, quien era comisionado de la Policía Estatal, pero también hombre de todas las confianzas de Hernán.

         Casi un mes después, de la Ciudad de México llegó el relevo del destituido jefe policiaco: el general brigadier Víctor Hugo Chávez Martínez, quien venía con la aureola de especialista en el arte de la guerra en cualquier terreno.

           Ese es el antecedente del militar de altos vuelos que presentó su renuncia el sábado pasado a la SSPC, y que llegó a Villahermosa comisionado desde la capital del país por la propia Secretaría de la Defensa Nacional.

           Ahora se sabe que Chávez Martínez pertenecía al círculo del general Audomaro Martínez Zapata, tabasqueño director del Centro de Información y Seguridad Nacional (Cisen) en el gobierno de López Obrador, y –además– el militar más cercano al expresidente.

           Víctor Hugo fue la receta para Tabasco de los encargados de la estrategia de seguridad del gobierno de la llamada Cuarta Transformación resumida en la máxima Abrazos, no balazos.

           Pero la renuncia de Requena y la llegada del general Chávez no disminuyeron el fuego cruzado, que –al contrario– arreció justo cuando Javier May Rodríguez rindió protesta a principios de octubre como gobernador de Tabasco.

           El 27 de noviembre, tres días antes de ocupar la oficina de Plaza de ArmasMay ratificó al titular de la SSPC.

          Esto es, el mandatario tabasqueño estuvo de acuerdo en que la administración federal continuase al frente de la política contra los criminales en Tabasco.

            Asentado el régimen de Claudia Sheinbaum y  con un secretario de Seguridad bien posicionado como Omar García Harfuch, el segundo piso de la 4T removió al hombre de Audomaro Martínez y puso en su lugar a alguien del entorno del nieto del general Marcelino García Barragán.

          El nuevo jefe policiaco es Serafín Toledo Lazcano, un policía de carrera con una trayectoria de más de tres décadas en la antigua Procuraduría General de la República (PGR), hoy  Fiscalía  General, y que ya fue comandante de plaza en Villahermosa de la desaparecida Policía Judicial Federal (PJF).

          En los nombramientos dados a conocer el sábado por May Rodríguez también se cuenta a Jesús Anaya Guerrero como comisionado de la Policía Estatal de la SSPC, plaza que estaba en poder de un coronel del Ejército que se fue junto con el general Chávez; el nuevo funcionario también hizo carrera en la PGR y es parte del equipo de Toledo Lazcano.

          Acompañó a May en la conferencia de prensa  Francisco Javier Moreno Montaño, comisionado del Servicio de Protección Federal de la SSPC, quien llegó en representación de Harfuch.

      El segundo del secretario de Seguridad del gobierno de México reveló que la designación del curtido comandante de la temible PJF fue por instrucciones de la Presidenta, lo que viene a confirmar que la SSPC está supliendo a los militares de alto rango allegados al general Audomaro que en el sexenio de López Obrador se encargaban de aplicar los abrazos, no balazos.

      Para la oposición criolla, la caída de Chávez Martínez fue producto de la falta de resultados en la lucha contra la delincuencia, sin entrar en el detalle de que se trata de suplir al equipo del pasado gobierno por el de la nueva administración.