- Presidente volvió a jactarse de las últimas armas desarrolladas por Rusia, como los misiles supersónicos “Avangard”.
- La advertencia llega justo cuando las relaciones entre Rusia y los países occidentales atraviesan uno de sus peores momentos.
En un contexto de tensiones persistentes con los países occidentales, pero sin dar nombres, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que le “rompería los dientes” a quienes arremetan contra Rusia.
“Todo el mundo quiere mordernos y quitarnos algo. Pero deben saber, quienes intenten hacerlo, que les romperemos los dientes para que no puedan mordernos más”, lanzó Putin, durante una reunión con organizaciones patrióticas.
“Incluso después de que se perdiera un tercio de su potencial, para algunos Rusia todavía es demasiado grande. En efecto, el potencial es colosal y su territorio sigue siendo el más vasto del mundo”, agregó, según unas imágenes retransmitidas por televisión.
Además, volvió a jactarse de las últimas armas desarrolladas por Rusia, como los misiles supersónicos “Avangard” que, según las autoridades rusas, pueden superar a cualquier sistema de defensa antimisiles.
En 2016, bromeó al decir en televisión que “las fronteras de Rusia no terminan en ningún lado”, tras haber anexionado la península ucraniana de Crimea y haber enviado a su ejército a apoyar al presidente Bashar al Asad en Siria.
Las relaciones entre Rusia y los países occidentales atraviesan uno de sus peores momentos, a raíz de varios desacuerdos suscitados por la situación en Ucrania y en Siria y de las acusaciones contra Moscú de injerencia electoral, espionaje y ciberataques.
Rusia presume músculo militar en el Ártico
Con la cumbre del Consejo del Ártico como contexto, del cual Rusia asumirá la presidencia rotatoria, el ejército ruso permitió el acceso a un grupo de medios de comunicación a su base “Trébol del Ártico” en el archipiélago de Francisco José.
El Consejo Ártico es una entidad intergubernamental creada mediante la Declaración de Ottawa de 1996 y está conformado por Canadá, Estados Unidos, Finlandia, Islandia, Rusia, Noruega, Dinamarca y Suecia. Cada dos años la presidencia pasa a otro Estado del Ártico.
Dicho por distintas agencias internacionales, se trata de la base militar más al norte que Rusia, apenas a 600 kilómetros del Polo Norte, que está llena de misiles y radares, y cuenta con una amplia pista capaz de recibir todo tipo de aeronaves, incluidos bombarderos estratégicos con capacidad nuclear, que proyectan el poderío y la influencia de Moscú en el Ártico.
En esta instalación, con forma de trébol, los aproximadamente 150 soldados de Moscú tienen la intención de quedarse para siempre. En un territorio de más de 14 mil metros cuadrados han construido, sobre las ruinas de antiguas instalaciones soviéticas, un complejo que puede funcionar de forma autosuficiente durante casi año y medio.
Para especialistas, que la base se situé en el Ártico no es coincidencia, pues se trata de una región estratégica, rica en hidrocarburos y que se espera que desempeñe un papel creciente en el comercio mundial debido al cambio climático y al deshielo, los intereses de Rusia son contrapuestos a los de otros países, como Estados Unidos.
Ártico, un territorio en disputa
Se trata de una región más que apetecible: según el viceprimer ministro ruso Alexandr Novak, alberga ingentes reservas de hidrocarburos estimadas en “miles de millones de toneladas de crudo y billones de metros cúbicos de gas”.
En opinión de diversos expertos, en el círculo polar ártico se encuentra en torno al 25 % de las reservas mundiales de hidrocarburos y, de ellas, el 84 % se encuentra en la plataforma continental del océano Ártico.
“En los próximos decenios Rusia va a crecer en el Ártico y los territorio boreales”, pronosticó Putin en diciembre del año pasado, poco después de aprobar la estrategia de desarrollo del Ártico hasta 2035.
Además, el calentamiento global es un factor que favorece los planes de Rusia, no solo porque facilita la explotación de los recursos, sino también porque el repliegue y adelgazamiento de los hielos potencia la navegación por la Ruta Marítima del Norte (RMN), que según Moscú es una alternativa viable al canal de Suez, mucho más corta y segura.
Como muestra, en agosto de 2017, el buque cisterna rompehielos Christophe de Margerie efectuó una travesía entre Noruega y Corea del Sur por esa ruta en apenas 19 días, un 30 % más rápido de lo que habría hecho por el canal de Suez.
Para Rusia, que posee la única flota de rompehielos nucleares del mundo, el acompañamiento de mercantes por la RMN puede ser un negocio muy rentable.