Esto sigue en 2021, no baje la guardia

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Una de las preocupaciones que a todos nos quita el sueño es saber si terminando 2020 se acabará mágicamente esta maldita pandemia y sus efectos nocivos en la economía. Tome previsiones porque esto no ha terminado.

La etapa difícil de la pandemia no ha sido superada y con todo y la promesa de las vacunas a punto de lograrse, la inmunización no será tan rápida como lo quisiéramos.

Estamos en la frontera de las 100 mil personas fallecidas por el Covid-19, al menos las reconocidas oficialmente, las previsiones son que de seguir como vamos en los primeros meses de 2021 podríamos estar hablando de 110 mil a 120 mil fallecidos por la pandemia, solo en México.

El reconocido economista y periodista Enrique Quintana, director de El Financiero, ofreció una conferencia magistral en el espacio de EF Meet Point, en la que compartió información dura que nos ayudará a darnos una idea de lo que viene. Retomamos algunos elementos de este interesante y revelador diagnóstico.

Los peores pronósticos de la pandemia para 2020 se han cumplido y para 2021 las cosas podrían mejorar, pero hasta el segundo semestre del año.

Pese a la crisis brutal que enfrentamos, en lo económico, dice Quintana, estamos frente a perspectivas razonablemente optimistas.

Factores clave que no deben perderse de vista: el cómo nos vaya en lo económico dependerá de la transición política y económica de EU, de cómo se desenvuelva el gobierno de Jo Biden y del reforzamiento de las relaciones México-EU.

Si no hay más sorpresas la economía mexicana cerrará el 2020 con una caída promedio de entre el -8.8 al -9.0 por ciento del PIB. Y si no se tropieza la economía de Estados Unidos de la que seguimos dependiendo enormemente, México podría crecer en 2021 alrededor de 3.5 por ciento, pero ojo este rango de recuperación no se acercaría aún a los niveles de crecimiento del año 2018. En el primer trimestre de 2021 se espera se mantenga la caída económica aunque moderada, tendencia que se revertiría en el 2T.

Es muy posible que sea hasta 2024 -subraya Quintana- cuando nuestra economía recupere los niveles de crecimiento de 2018. En todo el sexenio el crecimiento promedio podría ser de entre 0.0 y 0.5 por ciento.

En nuestra libreta de apuntes tenemos registrado que el empleo formal ha caído -4.2 por ciento; no se crearon los 2 millones de empleos prometidos para 2020 y el INEGI dio a conocer la semana pasada un dato escalofriante, que la Población Económicamente Activa (PEA) se redujo 3.6 millones de personas, en tanto que la tasa de desocupación ronda el 5.1 por ciento.

Aunque no tenemos una crisis financiera, la caída de la inversión productiva ha sido drástica y el ambiente en el que se desenvuelve sigue siendo de desconfianza y dudas en los próximos años. El gasto público no será motor de la economía lo que deja a la inversión privada como única alternativa.

Los sectores turismo, de entretenimiento y manufacturas seguirán castigados, en cambio, tecnología, salud y servicios financieros serán los más dinámicos.

Con este razonable optimismo, 2021 nos indica que no hay que bajar la guardia.

 

Columnómetro de Aquiles Baeza

1.- Buscan corregir reforma contra el outsourcing.

En un intento por evitar otra catástrofe, la bancada del PAN presentó una iniciativa alternativa sobre la Subcontratación laboral de reformas y adiciones a diversas disposiciones a los artículos 15 A, 15 B, 15 C, 15 D y 1004-C de la LFT y 28 de la LISR.

Contra corriente a la idea prohibir el outsourcing y considerarlo una actividad criminal, los diputados hacen ver que la subcontratación es una actividad legal en México que genera empleos formales y promueve el desarrollo económico, además de ser compatible con nuestros principales socios comerciales de Canadá y Estados Unidos.

El sector privado se ha pronunciado contra la eliminación de esta figura, como lo propone la iniciativa AMLO, ya que tendría un impacto directo en la economía nacional y generaría mayor incertidumbre para la inversión productiva.

En México existen al menos 4 millones de trabajadores bajo esta modalidad, equivalente al 17 por ciento del empleo formal y que estarían condenados al desempleo de no corregirse la propuesta gubernamental.

Los legisladores esperan sensibilizar a sus contrapartes.

2.- Equidad de género en Banxico.

Seguramente en Palacio Nacional ya tienen muy avanzada la propuesta que enviará al Senado para formalizar el relevo del vicegobernador del Banco de México, Javier Guzmán Calafell quien termina su gestión el 31 de diciembre.

El sector financiero espera que sea una mujer la que ocupe esta importante cartera, una buena señal en términos de género pues Irene Espinosa Cantellano, es la primera y única mujer con cargo de vice gobernadora en la historia del banco central.

Un sondeo realizado por Max de Haldevang, para Bloomberg, situó entre las mejores prospectos a Galia Borja -considerada gente de Arturo Herrera- y Claudia Álvarez, la mejor opción en el medio financiero y bancario y con amplia experiencia en el Banxico.

Pero también aparece la empresaria Patricia Armendáriz @PatyArmendariz, una sorpresa para muchos, aunque considerada una “opción arriesgada”, pues se cree que sería más leal a AMLO que al Banxico. ¡Zaz!

3.- Las reservas internacionales no son pila de agua bendita.

Por estas fechas de noviembre, pero de hace dos años, Carlos Urzúa tuvo que salir a enfriar los ánimos toreros de quienes sacaron las uñas para intentar romper candados y usar las reservas internacionales del Banco de México para financiar el gasto público de la recién encumbrada 4T.

En aquel entonces un diputado del PT vio burro y se le antojó el viaje, pues creyó que los 175 mil millones de dólares de las reservas eran como pila de agua bendita, para meterle mano.

Esta vez un consejero independiente repitió la maroma, pues quiso usar esos dineros (194.3 mil mdd) para financiar la deuda de Pemex, lo que sería equivalente a echarle dinero bueno al malo.

Gerardo Esquivel @esquivelgerardo pidió a los interesados informarse y leer los artículos 19 y 20 de la Ley del Banco de México, que no permiten disponer el dinero del país para ocurrencias.