Sexta parte
Desde su llegada a Tabasco, Ignacio Cobo irrumpió en la política. Es identificado con un clan de exgobernadores priistas con los que ha compartido a lo largo de décadas las mieles del poder. Forma parte de una de las familias políticas más encumbradas del sureste del país. Y, donde hay poder y hay dinero, hay dinastía.
Su padrino político fue su suegro Mario Trujillo García quien llegó al poder de manera fortuita. Se desempeñaba como diputado federal y gozaba de un prestigio entre la clase política. En 1970 el candidato a la gubernatura Agapito Domínguez Canabal sufrió una muerte repentina. Mario Trujillo lo sustituyó como candidato y se hizo del poder (1971 – 1977).
Cuarenta años atrás el padre de Mario, Francisco Trujillo Gurría había gobernado el estado (1939 – 1942).
José Pagés Llergo –el mejor periodista que ha dado Tabasco– fue un acérrimo crítico de Francisco Trujillo. “No concibo a ningún mexicano, a ningún tabasqueño, que no prefiera a Tomás Garrido Canabal que quemaba santos y daba de comer al pueblo, que a Trujillo que lleva santos y mata de hambre a la gente”.
Nacho Cobo pertenece a la dinastía de los Trujillo. En su juventud contrajo nupcias con Graciela Trujillo Zentella, hija de Mario Trujillo.
De alguna manera Nacho fortaleció sus redes políticas con la amistad de su socio Manuel Bartlett Díaz, el inamovible director de la Comisión Federal de Electricidad en el equipo del presidente Obrador.
Bartlett Díaz es hijo de Manuel Bartlett Bautista, oriundo de Tenosique y llamado como uno de los “cultos” quien fue gobernador (1953 – 1955), y quien también se desempeñó por diez largos años como Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La de Nacho es una de las familias se enriquecieron a la sombra del poder.
La disputa por la gubernatura ha sido cíclica. Ahora esos grupos están confrontados con el gobierno del presidente Obrador. El actual gobernador Adán Augusto López Hernández llegó al poder con el respaldo de Morena, aunque proviene de las filas priistas.
En cuanto a la dinastía de los Trujillo, el fundador de ese clan Francisco Trujillo Gurría, se hizo de la gubernatura en 1939 en unas elecciones que fueron impugnadas por el general Ernesto Aguirre Colorado quien se dijo víctima de un fraude electoral. Para su desgracia, semanas después de los comicios, Colorado falleció en la Ciudad de México.
El gobernador Francisco Trujillo a quien apodaban “El Intocable”, y a Florisel Pérez Nieto fueron señalados por Carlos Alberto Madrazo Becerra de traficar con la expedición de las tarjetas para los braceros.
En esos años los presidentes Manuel Ávila Camacho firmó y Franklin Delano Roosevelt firmaron el Programa que patrocinó el cruce legal y temporal de alrededor de 4.5 millones de trabajadores migrantes. Comenzó en 1942 y terminó en 1964.
Según Madrazo, en Tabasco y otros estados del sureste Trujillo y Florisel ellos “jefaturaban la banda” dedicada al tráfico de tarjetas, que en ese año se vendieron a 200 pesos cada una. Dos de los encargados de operar la venta de las tarjetas eran el excoronel Carlos Escudero, a quien señalaban como un pistolero de confianza de Trujillo, y el sirio libanés Barquet.
A Madrazo se le revirtió la denuncia por presiones políticas del presidente Ávila Camacho.
Madrazo fue castigado por apoyar la precandidatura presidencial de Javier Rojo Gómez, pues Ávila Camacho apoyaba como su sucesor a Miguel Alemán Valdés.
Madrazo había sido electo en 1943 diputado federal por el II Distrito del Distrito Federal, y llegó a ser presidente de la Cámara de Diputados en septiembre de 1944. Sin embargo, tuvo que abandonar su curul temporalmente debido a que en 1945 fue desaforado al involucrársele en la contratación fraudulenta de braceros, que muchos atribuyeron, no sin razón por apoyar a Rojo Gómez. Finalmente, Madrazo fue reinstalado después al ser exonerado de los cargos que se le imputaban.
Hijo del poder y nieto de la Revolución, Mario Trujillo fue el continuador de la dinastía. El suegro de Nacho Cobo, nació en 1920 y antes de cumplir los veinte años su padre había comenzado a despachar como gobernador constitucional. Cuatro años antes fungió por breve tiempo como gobernador interino en sustitución temporal de Tomás Garrido Canabal, quien se caracterizó por endurecer la persecución religiosa expulsando a los pocos sacerdotes que quedaban, al tiempo que ordenó destruir las imágenes religiosas y derribar muchas de las iglesias de Tabasco.
Mario Trujillo fue un político de claroscuros, donde pesaban más las sombras que la luz sobre el personaje.
Mitad político – mitad empresario, Mario Trujillo fue socio lo mismo del profesor Carlos Hank González que de Carlos Cabal Peniche quienes fueron encumbrados por el poder presidencial.
Y, Nacho Cobo vivió años de esplendor con ambos personajes de la verdadera mafia del poder.
Continuará…