El G-20, en esta cita del pasado 21 y 22 de noviembre, propuso otra extensión en la moratoria de pagos con los organismos acreedores internacionales al menos hasta junio de 2021.
En dicho foro se acordó solicitar otra prórroga de seis meses a favor de los países deudores de organismos acreedores como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París entre otros, para que continúen con una suspensión en el pago de los intereses por el servicio de su respectiva deuda.
Hasta el momento, cerca de 46 países han solicitado acogerse a esta suspensión temporal, que ha evitado el pago en su conjunto de 5.7 billones de dólares.
La atención inminente de la urgencia sanitaria ha presionado de forma extraordinaria los presupuestos públicos confrontando a muchas naciones sobre todo de África a distraer sus recursos para dar respuesta inmediata al tema de la salud.
De hecho, el propio FMI se ha visto abrumado por más de 80 economías que han tocado a su puerta con la emergencia de obtener préstamos para usarlos para atender el golpe de la pandemia, tanto en el ámbito sanitario, como en lo económico.
El organismo presidido por Kristalina Georgieva dio a conocer en su momento la disponibilidad de hasta un billón de dólares, tope máximo de su capacidad prestable.
Hay un escenario desgarrador con mucha preocupación por la salud y el impacto económico, se coincidió en el G-20 formado por México, Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea.
A COLACIÓN
En su intervención telemática, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, propuso a bocajarro quitar montos y pagos del servicio de la deuda a países pobres.
“También debe garantizarse que los países de ingresos medios puedan tener acceso a créditos con tasas de interés equivalentes a las que están vigentes en países desarrollados”, dijo.
López Obrador aprovechó la ocasión para recalcar lo positivo para México de abandonar “las recetas económicas aplicadas durante el período neoliberal” que tenían consecuencias “de endeudar el pueblo para rescatar a los de arriba”.
Acerca del golpe de la pandemia en el mundo, el dignatario azteca confió en que la fraternidad universal logre unir a los países para hacer frente a una crisis sanitaria y una grave crisis económica.
Por su parte, el presidente de China, Xi Jinping, convertido en adalid del multilateralismo, la globalización y el libre comercio está dispuesto a arrebatarle a Francia la bandera para liderar la acción para frenar el cambio climático convirtiéndose en eje de una economía verde.
El líder asiático pidió a los países del G-20 cumplir con los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París y para ello adelantó que China llegará a 2030 con una reducción en su pico de emisiones de CO2.
Hace unos días, en su participación en otra cumbre, esta vez de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) el propio Jinping refrendó que solo una economía verde generará progreso y por eso, China arribará a 2060 cumpliendo con una neutralidad del carbono.
En lo personal, no me queda duda de que esta pandemia será no solo un revulsivo, sino un acelerador neto de cambios… esperemos que todo sea para mejor.
