Para Elvira García, por su merecido premio.
Hoy es un día para de reflexión para los periodistas.
Lo es un tanto por el significado que tiene la entrega del premio nacional de periodismo a cargo de un consejo ciudadano.
México, todo lo sabemos, es el país más mortífero para los periodistas. Pero el gobierno actual ha sido el más letal y el que menos garantías dispone para la protección a los periodistas.
Por lo tanto, en el contexto actual el trabajo de los periodistas adquiere una relevancia y un significado muy especial frente al gobierno de un presidente que todas las mañanas se encarga de denostar y hasta criminalizar el papel de la prensa.
Como testimonio de ello, ahí está la ejecución de casi una veintena de periodistas en lo que va del régimen de la cuarta transformación. La gran mayoría de todos estos casos están impunes.
El último de ellos fue el del reportero Israel Vázquez Rangel ocurrido recientemente (9/11/2020) en Salamanca, Guanajuato.
De este gobierno un periodista no puede esperar absolutamente nada, los mecanismos de protección no funcionan. Las propias autoridades de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ignoran que existan periodistas asesinados. (https://politica.expansion.mx/mexico/2019/11/13/rosario-piedra-sobre-asesinatos-periodistas-indignacion)
Las “mañaneras”, como se conoce a las conferencias –que todos los días se convierten en un espectáculo deleznable– a cargo del huésped de Palacio, son una prueba irrefutable del odio y el rencor que destila por los poros de su delicada piel el presidente Obrador.
Para él, los periodistas son unos “buitres”, en cambio sus testaferros y aduladores con el apoyo de su gobierno han sido “premiados” con “doctorados” de una mezquina organización cuyo membrete es el Colegio Internacional de Profesionistas que en complicidad con legisladores y empleados del Congreso (Senado y Cámara de Diputados) se la pasan todo el año entregando cartulinas con falsos “doctorados” lo mismo a youtubers que a luchadores, estrellas del espectáculo y periodistas ávidos de reconocimientos.
En el contexto de la guerra de odio y descalificaciones del presidente Obrador contra la prensa, la entrega de los premios que otorga hoy el Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo adquiere una relevancia. Son premio al talento, al esfuerzo y a la dedicación de toda una vida al periodismo.
Es el caso de la periodista Elvira García quien con devoción ha entregado su vida al periodismo. Su prolífica trayectoria comenzó como reportera y como escritora ha dado cuenta de una media docena de libros sobre perfiles biográficos y cuatro documentales de investigación periodística sobre importantes personajes de la prensa: Miguel Angel Granados Chapa, Julio Scherer García, Jacobo Zabludovsky y Virgilio Caballero, éste último galardonado con el Premio Nacional de Periodismo.
Pero ahora, una veintena de periodistas no podrán atestiguar la entrega de los reconocimientos a sus pares, porque fueron ejecutados y ya no están con nosotros.
En medio de los ataques cada vez más mortales y virulentos contra la prensa, el reconocimiento a nuestros colegas con el premio Nacional de Periodismo es un oasis que merece ser aplaudido frente a un gobierno que asume a los periodistas como sus “enemigos”.
Tan es así que tres organizaciones internacionales han hecho un llamado al presidente Obrador para que deje de estigmatizar a los periodistas, cuyo discurso se replica en todos los niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) provocando ataque por parte de funcionarios.
En una carta suscrita (22/10/2020) por Artículo 19, Reporteros Sin Fronteras (RSF) y el Comité de Protección de Periodistas (CPJ), solicitaron al presidente Obrador que reconozca la labor periodística como un elemento vital para la democracia, formar un debate respetuoso con la prensa y hacer un llamado público a la ciudadanía a no agredir ni amenazar periodistas que cubren las conferencias matutinas de Presidencia.
La actitud pendenciera y ruin del tabasqueño ha conllevado a que se cometieran 406 agresiones contra medios y periodistas, “la mayoría de los ataques con causados por funcionarios públicos” en apenas los primeros seis meses del año en curso.
Por desgracia, desde la llegada de Obrador al poder, los periodistas no solamente tienen que desempeñar sus tareas profesionales bajo un escenario violento, sino ante el acoso y el estigma de un presidente que siente un odio por la prensa y que no respeta la libertad de expresión.