Dicen que las primeras revelaciones de Miguel Ángel Vásquez Reyes, subsecretario de Capital Humano en la anterior administración capitalina, fueron sobre supuestos comprobantes de la millonada que repartió a diversos líderes políticos de la ciudad.
El excolaborador de Miguel Ángel Mancera se acogió al criterio de oportunidad, que no es otra cosa que delatar a sus cómplices a cambio de que lo dejaran salir del Reclusorio Norte, donde llevaba más de un año preso.
Todo mundo sabe que quien se encargaba de meter a la nómina del gobierno a integrantes de los equipos políticos —especialmente del PRD—, era Vásquez Reyes, que llegó a manejar cantidades estratosféricas de dinero para mantener a cientos de aviadores.
Hasta aquí ningún líder territorial tendría problemas, pues aunque se demostrara que sus allegados cobraban en el Antiguo Ayuntamiento, sin trabajar en ninguna dependencia, técnicamente sería responsabilidad de quien los contrató y les pagó.
Si algo de eso saliera a la luz pública, no pasaría del quemón para los implicados, entre los que —por cierto— también hay varios morenos, pues incluso ellos abrevaban del mismo charco para financiar sus aventuras.
Pero lo que en realidad preocupa a más de uno, son las decenas de millones de pesos que recibieron ilegalmente de la administración mancerista, de lo cual el exfuncionario —arropado ahora por el gobierno de Claudia Sheinbaum—, asegura tener las pruebas.
Y no sólo tiene documentos firmados por perredistas, sino también de otros partidos, incluyendo a morenistas, pues es todo mundo sabe que el gobierno de Mancera financió la consolidación de Morena.
Los líderes amarillos confiaban en que retendrían el gobierno de la ciudad en 2018, por lo que todo quedaría entre cuates, pero que en caso de perder —como ocurrió—, Morena no se atrevería a perseguirlos, pues sería como darse un tiro en el pie.
Además, contaban con que Vásquez Reyes jamás diría nada, y mucho menos los echaría de cabeza, toda vez que si los delataba se estaría delatando él mismo. No imaginaron lo vengativos que resultarían los nuevos gobernantes.
Tampoco imaginaron que se pondría de moda el llamado criterio de oportunidad, que da chance a los imputados de evitar la prisión, a cambio de delatar a quienes fueron sus cómplices; sobre todo a los que se convirtieron en enemigos del nuevo régimen.
Las carpetas de investigación no se han hecho públicas —ni se van a hacer— a fin de que quienes están implicados no sepan hasta dónde fueron empinados y qué tan grave es lo que la autoridad les puede armar.
Además, eso le da oportunidad al gobierno de guardar cualquier prueba que pudiera involucrar en esa sucia acción a los hoy aliados de la 4-T.
Por lo pronto, opositores que habían andado muy gallitos ya le bajaron, por aquello de “copelas o cuello”.
CENTAVITOS
Las giras presidenciales por la CDMX van en serio y llegaron para quedarse un buen rato, pues la Presidencia de la República ya avisó que, si el Presidente les cae bien, pues qué bueno porque lo verán seguido por las calles de la Gran Ciudad; si no, pues también, ya que de todos modos las recorrerá. Por supuesto que en Palacio Nacional quieren, con ello, ayudar a levantar la imagen de Sheinbaum, que se vio disminuida tras la derrota en las elecciones de junio, pero también reposicionar la del Presidente, por aquello de que sí se vaya a hacer la consulta de revocación de mandato, y no quieren sorpresas en la capital del país.