La estrategia, si es que lo es, panista que va de tropiezo en tropiezo, desgastándose tan gratuitamente –de ridículo en ridículo con Kenia López y Lilly Téllez, pasando por Rementería (ya apodado “Rementiría”) y Cortés– y carente de propuesta, exhibe a un partido incapaz de estructurar mejor discurso, optando por Vox y por mientras, a ver si consigue algún día de estos encandilar mayorías para retornar al gobierno federal; siendo justo ahora cuando se requiere de toda su inteligencia, pero es cuando escoge apuntar a provocaciones y a exhibirse con tantas carencias y pobredumbres, pero ¡ojo! en tanto el PRI por el contrario, opta por quedarse callado y navega de a muertito haciéndose el tonto, que no haciéndole al tonto como sí le hace el PAN.
Los tropiezos y los asegunes con el PAN siempre llegan en momentos clave como el actual, que no lo dejan crecer ni ser opción por presentarse inmaduro y superado por la realidad que ni comprende ni atiende, porque lo más grave es que ya no la atiende. Ahora mismo tiene una reforma eléctrica interesante sobre la mesa, desmontadora de la otra que se pagó con maletines repletos de fajos de billetes a los panistas, según acusaciones que enlodan al mismísimo panista Anaya, y en vez de estudiarla se opone a mansalva y amaga al PRI con dejarlo solo en su indescifrable e impresentable alianza. Cuánta tontería. Una alianza que formaron para permitir que el PRI tuviera horas extras con tal de fastidiar a Morena. Qué bajeza del PAN. Qué falta de visión y carencia de liderazgo y de elemental ética política. Allá los panistas. Solitos enlodan el acrónimo PAN. Y encima, mientras endurecen sus insultos y su verborrea, le dan respiración artificial al PRI con esta errática manera de conducirse. No se les puede aplaudir. Y encima, los militantes panistas callan avalando tanta sandez de su partido y de su dirigencia. Patéticos.
En efecto, el PAN se desgasta y se aboya al aparecer más contestatario a López Obrador y parece así, apostarle a la confrontación para, supuestamente, debilitar al lopezobradorismo como un movimiento y a Morena como partido en el gobierno mexicano, que no en “el poder” como sería con los priistas, que es una expresión vetusta y antidemocrática muy propia usada de priistas y sus analistas afines, por ejemplo. El PAN no ha entendido que deberá renegar de sus pésimas acciones y propuestas del pasado reciente, para acercarse a las mayorías. ¿No puede? Así le va y no es precisamente, bien. Una panista pedía que otros hicieran “autocrítica” (sic), mientras ella calla todas las muchas que el PAN se merece desde adentro. Por sus pésimas gestiones. Así van. Ya explicar y entender que las candidaturas presidenciales se construyen, está por demás ante tanta sordera. Y optan por el circo de Anaya. Circo.
Que el PAN apuesta a sandeces y ridiculeces –¡ojo! mientras el PRI va calladito– que corona con el candidato único a presidirlo, y eso ya es grave. Ya parece PRI: y cada día más. Eso ya deja ver que las cosas no andan bien. Y los panistas son los únicos responsables. Lástima por los panistas sensatos, de cepa. Solo muestra hacia fuera folklorismos y desbarrancadas. Han convertido al PAN en un circo. Pan y circo, rima, sin duda. Es un espantajo de lo que fue. Sin democracia interna ni inteligencia discursiva. Su circo tipo La Contramañanera de la senadora López, circo también pagado por los contribuyentes, en todo caso. Mejor se van con Vox. Qué dicha, qué derroche de materia gris con esas decisiones, culmen de la tontería panista innegable. Por cierto, que la senadora nos diga porqué es mejor el PAN y no porqué es tan malo el “Malo”. No sabría qué decirnos. Así de sencillo visto lo que muestra el PAN.
El PAN no está resolviendo una ecuación: ser un partido diferente, referente, un mejor propositivo para el votante. Así de sencillo y así de decepcionante, pues claudica de la inteligencia para caer en la bravuconada, el fraude (como el diputado migrante) o la mentira. Es mucha, entonces, su desesperación. Qué pena. Mientras el PRI es astuto en su silencio como si no tuviera nada qué ver con el desastre dejado en 2018 y exigiendo que no se hable del pasado que los incrimina; y hasta ahora perfilándose hacia 2024, pero no necesariamente solo como estrategia electoral, el PAN en cambio es el único que bravuconea, muestra presidenciables, se significa. ¿Y el PRI? Mustio, calladito. ¡Ahhh! a la mejor saca de la chistera un candidato sorpresa. ¿Quién quiere quemarse con las siglas priistas? Quienes apuntan a Enrique de la Madrid parece que no han tenido suficiente. Y Monreal ya amagó con que la quiere a cómo sea. Pero estamos hablando del PAN que, a diferencia del PRI, se evidencia.
Porque sí, que los panistas gritan mucho e insultan más. Ya luego mostrar inteligencia es otra cosa. Proponer y mostrar dotes de buenos gobernantes, ya es pedir imposibles. Hoy, el panorama en Tamaulipas hundida en el narco y encubriendo el PAN a su desgobernador, no es mejor que Guanajuato casi ya por las mismas; o se alían al PRI dándole entrada en la alianza Va por México, en sitios que tardaron para echar al PRI que ahora regresa apoyado por el PAN. Toda esa suma de errores abona contra el PAN, es al PAN al que desbaratan y desunen, no a los electores que no son panistas ni lo necesitan. Eso que lo entienda el panismo cuando se le externan estas críticas.
Y no han entendido que sus errores innegables, inocultables ayudan tanto más a un PRI mustio, callado, apostando a que regresará, incluso, sin el PAN, mientras el PAN se gasta pólvora en infiernitos. Cada vez que el PAN calla y deja que Lilly Téllez tome la iniciativa, enloda el nombre PAN. Cada vez que Marko Cortés o Kenia López abren la boca, enlodan al PAN. No en la mirada panista, condescendiente y agachona, no, sino en los ciudadanos que no tienen compromiso alguno con el PAN ni están obligados a tenerlo. Esos ciudadanos que sí son tantos más muy por encima del panismo. Esos ciudadanos a los que sí necesitan para ganar las elecciones con el timbre PAN. El PAN sin ellos por sí mismo, no gana las presidenciales y lo saben. Mas insisten en su circo y los ciudadanos no panistas observan y buscarán otras opciones.
¿Qué ganamos los ciudadanos con los circos de Julen Rementería? Clamando luchar contra el comunismo, alienado de los problemas reales de México. De cuando acabó la Guerra Fría, la liviandad de Rementería olvida que Fox sacó a México del TIAR, pues la realidad ya era otra, es decir, nada de luchar contra un comunismo exiguo. No se entera Rementería. ¿Qué las ocurrencias y ridiculeces de la senadora Kenia López –parece la mera verdad su pantomima– dan beneficios? Enloda al PAN. Si a los panistas no les importa, imagínese a los ciudadanos que no tienen compromiso alguno para darles ni un voto. El mesurado Romero Hicks, eterno suspirante a la candidatura presidencial, queda opacado por todos estos granujas. Pero tanta bajeza está lejos de ser la alta encomienda que encabezaron Luis H. Álvarez, Castillo Peraza, incluso, o Álvarez de Vicencio, que siempre supo tener el don del saber estar que hoy escasea. La cereza del pastel es el impresentable Anaya, perseguido por la Justicia y respondiendo a ella con videos de voz tremendista, impostada y cuajados de medias verdades lanzadas con su tuteo majadero e irreverente que solo lo exhibe, no lo hace ni cercano ni solidario con nadie. Un aspirante presidencial con sombras de persecución judicial difícilmente gana elecciones. Ya lo sabe desde 2018. Otro que no entiende ni atiende. Da el PAN muy pocos motivos para apoyarle y aplaudirle. Puestísimo para la faramalla y el pitorreo, ¿ese es el triste nivel que cabe esperarle? Pues entonces el PAN no aporta nada. Acaso alianzas con el PRI, a lo mucho. Lo que hay qué ver. Esas que sí valen, ¿verdad? porque las del PRI con otros, no. Ya se parece al PRI creyéndose que solo lo suyo es válido. Qué equivocados van en el PAN. En el PRI mientras tanto, se llaman listos en su silencio. En realidad, son desvergonzados. ¿Y las propuestas del PAN que lo hace mejor partido? ni idea, no venga usted con monsergas a pedirlas, que el PAN está para otra cosa.