En solidaridad con la familia de Juan Arvizu; El Universal de Juan Francisco Ealy Ortiz

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Óscar tenía cuatro años y Fabián siete, cuando acompañaron a su padre Juan Arvizu a recibir de manos del presidente de la república el premio nacional de periodismo. Los dos pequeños, entonces, disfrutaban de una niñez feliz como la que evoca José Carbajal en su canción Chiquillada (más conocida como “pantalón cortito”). Juan vivía a plenitud su trabajo como reportero en el periódico al que entregaría más de la mitad de su vida. Siempre, y me consta, se entregó al trabajo con devoción. Los últimos ocho meses han sido los más tristes en la vida (si se le puede llamar así a la desdicha y la decepción con la que ha tenido que cargar la ahora viuda Micaela Ruiz) en la familia de Juan.

Gabriel García Márquez calificaba al trabajo del periodista como “el mejor oficio del mundo”. Eso lo supo Juan, como lo saben los periodistas de todo el mundo, aunque muchos como García Márquez y el propio Juan estaban conscientes también que se trataba al mismo tiempo de uno de los oficios más ingratos.

Juan fue un periodista honesto que vivió sin lujos y que trabajó para dejar mejores hijos para su país. Óscar, aquel niño que vestía un pantalón cortito y su hermano Fabián, son profesionistas. Óscar es ingeniero industrial y Fabián es licenciado en mercadotecnia. ¿Cuántos días y cuántas noches Juan se privó de disfrutar a sus pequeños hijos y de atender su casa por cumplir con su tarea de servir al periódico en el que trabaja sin tener un horario durante casi cuatro décadas?

Micaela ni siquiera ha tenido un mínimo espacio en las páginas de los medios para poder expresarse. Recurre ahora a las redes sociales para denunciar no solo el maltrato sino la indolencia de los dueños del periódico El Universal donde Juan trabajó hasta que su corazón dejó de latir a consecuencia del Covid.

Cuando falleció Juan (17 de febrero 2021), sus compañeros de la fuente legislativa y los líderes de los partidos representados en la Cámara de Diputados le rindieron tributo a su memoria. Años atrás (2014) el Senado de la República le hizo un reconocimiento por tres décadas ininterrumpidas como cronista político representando a El Universal.

Los dueños de “El Gran Diario de México”, Juan Francisco Ealy Ortiz (presidente ejecutivo y del consejo de administración) y su hijo Juan Francisco Ealy Lanz Duret (director general), “lamentaron” la muerte de Juan Arvizu:

“Es un día muy triste para su familia, para sus colegas y para El Universal, así como para todos aquellos que colaboran en esta casa editorial. Juan dedicó su vida por entero al ejercicio periodístico y fue uno de los pocos cronistas políticos que quedaban en el país”.

Lo lamentable, lo triste de esta historia que se repite en casi toda la prensa mexicana, es la conducta nefasta, extraordinariamente rapaz de los empresarios de los medios de comunicación. En la pandemia hemos atestiguado el despido de un número indeterminado de periodistas sin cumplir con las mínimas prestaciones legales, como en el caso de Juan.

Mi colega y amigo Mario Díaz Canchola le compartió un mensaje de la familia de Juan Arvizu. Dejemos que la señora Micaela Ruiz exponga la situación de su caso:

“Buen día Señor Díaz Canchola. Soy Micaela Ruiz, la ahora viuda de Juan Arvizu.
“El motivo de mi mensaje es, primeramente, ofrecerle una disculpa por la forma en la que lo traté cuando mi esposo estaba hospitalizado y usted, al igual que otros amigos reporteros, lo único que intentaban era apoyar para que las cosas tuvieran, tal vez, otro final.
“A manera de justificación he de comentarle que en esos días yo también tenía Covid y lamentablemente confié y puse en manos equivocadas la vida de mi amado esposo.

“Han pasado casi ocho meses desde la partida de Juan y he de decirle que en El Universal, el Periódico que fue su segundo hogar, muy pronto se olvidó él y en consecuencia de su familia.

“No me han pagado ni un peso de lo que ellos llaman ‘finiquito’ y yo le llamo liquidación pues Juan no solo le dio notas al Gran Diario de México, le dio mucho más, incluyendo su vida; esa vida que en El Universal le ha puesto un valor de cien mil pesos, lo cual, considero, es una falta de respeto para la memoria de Juan.

“Por supuesto no he tenido oportunidad de hablar con Juan Francisco Ealy Ortiz, no sé si está enterado de esta situación pues son muchas las barreras que me han puesto para llegar a él.

“En fin, este mensaje ya se convirtió, como diría Juan, en una crónica de lo vivido por mis hijos y por mí en lo que va del año. Pero considero que lo único que yo puedo hacer para honrar la memoria de Juan es dar las gracias por la preocupación que sus amigos, como usted, tuvieron en su debido momento, y que todos se enteren la forma en la que El Universal me cierra las puertas y me manda a un licenciado a decir que solo me darán una cantidad que omite conceptos que deben ser pagados.

“Una vez más gracias y consideré usted a la familia Arvizu Ruiz como sus amigos incondicionales”.