Sin población sumida en la pobreza no habría respaldo popular para Morena. Al menos así se desprende de lo dicho por el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en una de sus recientes conferencias matutinas, en la cual expresó:
“No hay nada que compense o que se equipare con la satisfacción que produce, la dicha que produce ayudar a la gente humilde, a la gente pobre, ni todo el oro del mundo vale eso.
“Pero, además, ayudando a los pobres va uno a la segura…
“Porque ya sabe de que cuando se necesite defender, en este caso, la transformación, se cuenta con el apoyo de ellos…
“No así con sectores de clase media, ni con los de arriba, ni con los medios, ni con la intelectualidad, entonces no es un asunto personal, es un asunto de estrategia política…”
Efectivamente, no hay nada que compense la satisfacción de ayudar a la población en situación de pobreza. Incluso, como el mismo mandatario lo dijo, es obligación del gobierno atenderla. Qué bueno que en nuestro país exista un Presidente preocupado por cumplir con tal deber.
Y aquí cabe formular las siguientes preguntas:
¿La ayuda es completamente desinteresada o tiene un interés político-electoral?
¿La “Cuarta Transformación” encabezada por el tabasqueño pretende mejorar las condiciones de la gente pobre hasta insertarla cuando menos en la clase media? ¿O prefiere mantenerla en situación de pobreza ligeramente aliviada mediante beneficios sociales?
Vaya, porque AMLO prácticamente da por hecho que la ‘clase media’ no defendería su proyecto de transformación del país. Entonces, en esa lógica, si los ‘pobres’ se acaban, se acabaría el respaldo para él, para el proyecto y para Morena.
¡Qué ideas las del presidente López Obrador! Miren que conformarse nada más con el respaldo de los ‘pobres’, cuando él, la “4-T” y el partido guinda podrían contar con un respaldo más amplio como en el 2018, cuando electores de la clase media, intelectuales, artistas y hasta empresarios votaron por él para Presidente de la República y por la mayoría de las candidaturas de la coalición “Juntos Hacemos Historia”.
Pero cuando llegó al poder, se quedó solamente con los ‘pobres’. Un sector que no le reclama, no lo cuestiona, no lo critica; en cambio, sí apoya a la “4-T” cuando es necesario. Por ejemplo, en las elecciones a los distintos cargos populares cada vez que lo marca el calendario electoral, así como en ejercicios de participación ciudadana.
¿O no es así?
Además, en todo lo indispensable para la transformación del país concebida por AMLO.
Por lo tanto, la ayuda a la “gente humilde, a la gente pobre”, no es desinteresada, y mucho menos una casualidad. Es un asunto de “estrategia política”.
En su época de partido hegemónico, el Revolucionario Institucional (PRI), también se sostuvo del respaldo de los ‘pobres’, con la particularidad de enfocarse a los campesinos; era el denominado “voto verde”. ¿Y qué pasó? El campo no floreció, ni los campesinos salieron de la pobreza, ni llegaron a cargos de elección popular.
LO PREOCUPANTE
Es cierta la existencia de una élite privilegiada en y por los gobiernos del PRI y del PAN, pero tampoco pueden pagar justos por pecadores. La clase media y la clase alta también necesitan atención institucional, y en esa medida sola llega la reciprocidad.
Es como dice AMLO: “Amor con amor se paga”.
Lo preocupante de las palabras del presidente López Obrador, de su “estrategia política”, es que nuestro país se termine de sumir en la pobreza en vez de que en su sexenio al menos se sienten las bases para alcanzar un desaarrollo económico imparable.
Porque sin ‘pobres’, ¿quién defenderá a la “4-T”?
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