No, presiente, no es asunto moral

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Se equivoca intencionalmente el presidente cuando justifica la impunidad de la que goza Emilio Lozoya. Asegura que el caso es moral y que el exdirector de Pemex goza de un trato preferencial por estar ofreciendo información sobre casos de corrupción en la administración de Peña Nieto. No somos retrasados ni iletrados presidente, este no es un asunto moral.

A México le ha costado muchísimo los sobornos y actos ilícitos de los funcionarios, buscado en el mundo y traerlo también nos costó, protegerlo tiene su precio. Cuando se aplica la ley no hay actos “preferenciales”.

Lozoya de prófugo pasó a confesó. Y en el archivo de Odebrecht hay involucrados muchos personajes que a amlo no le gustaría exhibir. Lozoya representa una afrenta presidente.

Un reo, porque lo es, porque está bajo arraigo no debe estar comiendo en restaurantes de lujo ni gozando de libertad con o sin brazalete. Lozoya representa lo ridículo de su discurso, presidente, cuando todos los días nos habla del combate a la corrupción. Lozoya nos muestra, presidente, lo reducido de su gobierno y la necia arenga populista contra todos. Lozoya, presidente, según sus palabras viene siendo la tapa de la cloaca que usted no ha podido comprobar. Lozoya, dicho en su gobierno, es la estampa misma de la degradación política.

No mienta presidente, a Lozoya y a los involucrados se les debe aplicar la ley y las sanciones correspondientes. Lozoya, presidente, es el segundo escándalo de su administración, el primero fue Ovidio y hasta el momento no ha ocurrió nada. Ese criminal se burló de la sociedad, humilló al Ejército y dobló a su gobierno y la respuesta, presidente, es que fue a saludar a la mamá del chapo y a comer con su círculo de sicarios. No nos ofenda presidente, no se debe dar trato preferencial a los saqueadores, aunque sirvan de soplones porque la información que se ata obteniendo no es para platicar la ley sino para vengarse y usar la escenografía para procesos electorales.

Hemos aprendido, presidente, a anticipar sus declaraciones, se ha vuelto muy previsible. Lozoya es una moneda de cambio para mantener viva la supuesta credibilidad en lo que llama la 4AT. Por menos Gertz, por menos López Gatell y por menos Bartlett deberían de astas inhabilitados, ¿investigados y con brazalete como Lozoya o qué el director de CFE no tiene información conveniente?

Su administración ha dejado pasar muchas sospechas como la de Ackerman e Irma Eréndira. ¿Y no decían que “estaríamos mejor con López Obrador”? Seguro sus seguidores estarán convencidos también de defender a Lozoya total pobres o no con sus impuestos están patrocinando estas “preferencias”.

Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2