El segundo informe de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador merece un análisis más profundo, que los mensajes mediáticos que dedicó su alocución, aunque la mayoría de la información ha sido dada a conocer en sus conferencias matutinas.
En seguridad el Ejecutivo Federal reconoce un alza en el homicidio doloso, feminicidio y extorsión, destacó una disminución de los delitos de alto impacto y afirmó que la autoridad no se asocia con la delincuencia y no hay impunidad para nadie, aunque no mencionó la posibilidad de ajustar la estrategia de seguridad, que es necesario. Por ejemplo, omitió mencionar delitos como el robo de gasolina que todavía existen en el país.
Posteriormente destacó que gracias a sus políticas de austeridad, se ahorró un billón 300 mil millones de pesos, aunque no todo podría provenir de su austeridad, ya que la supresión de las actividades de los fideicomisos de ciencia y tecnología, principalmente, puede ser más costoso que el ahorro a que se refiere.
Al referirse a los migrantes mexicanos, dijo que las remesas llegaron a 40 mil millones de dólares, aunque esta referencia no viene al caso, debido a que no es el producto de una política pública.
Sobre la corrupción dijo que su principal legado será purificar la vida pública, pero no mencionó los escándalos por probables actos de corrupción de los funcionarios de primer nivel de su administración, como Ana Gabriela Guevara, o los bienes de Manuel Bartlett o de su secretaria de la Función Pública.
En el rubro de empleo afirmó que se han recuperado 55,600 empleos, del millón 117,584 empleos formales perdidos, como consecuencia del impacto de la pandemia por el COVID19 en nuestro país.
Recientemente sobre la pandemia la OMS pidió al Gobierno de México un manejo con seriedad, debido al incremento de casos y a la alta tasa de mortalidad con un 10%. De inmediato el subsecretario López Gatell desestimó el llamado a la autoridad y afirmó que la OMS se refería a toda la población mexicana, mientras que el presidente sigue sin poner el ejemplo en usar el cubrebocas.
También afirmó que no se han aumentado los impuestos ni los precios de los combustibles, no se ha endeudado al país, hay financiamiento a programas sociales y dijo que el salario mínimo ha tenido un incremento del 30% en términos reales.
Dijo que 7 de cada 10 familias son beneficiadas con algún programa social, pero se carece de un control directo y pareciera que se usa sólo para repartir dinero.
Casi al final de su mensaje, dijo que de los 100 compromisos que hizo en el Zócalo de la ciudad de México el 1 de diciembre de 2018, afirmó que ha cumplido 95 y solo están pendientes cinco compromisos o en proceso de que se cumplan.
Sobre la oposición dijo que existe en toda democracia y afirmó que la mayoría de los habitantes de México aprueban su gestión. Esta última afirmación es una verdad a medias y sin demostrar con sus datos.
Pero persiste en el presidente su actitud de denostar, descalificar y colocar adjetivos a quienes opinen distinto a él, sean apartidistas o sean militantes o simpatizantes de algún partido político.
El autor es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
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