Cuitláhuac y Murat en el caso del ‘Gato’ encerrado 

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El diputado oaxaqueño Gustavo Díaz Sánchez ha metido en gran lío al PRI y al gobernador Alejandro Murat Hinojosa; su detención pone contra la pared al partido y al mandatario.

Porque el Gobierno de Veracruz investiga al legislador oaxaqueño no solo por portación ilegal de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército Mexicano, sino por otros delitos relacionados con bandas criminales que actúan en zona limítrofe entre Oaxaca y Veracruz.

Lo detuvieron por el primer delito presuntamente en flagrancia cuando entró a las instalaciones de la Delegación de Fuerza Civil en Fortín de Las Flores, Veracruz, en busca de su hijo José Alberto Díaz López, quien horas antes había sido detenido.

El gobernador veracruzano Cuitláhuac García Jiménez (Morena) tiene fama de “duro”. Y así se mostró cuando informó de la detención del priista Gustavo Díaz, y sostuvo: “Aquí (en Veracruz) se aplica la ley parejo…no hay privilegios”. 

Incluso, a pregunta expresa de reporteros de la fuente dijo tener buena relación con su homólogo oaxaqueño Alejandro Murat (PRI), pero en el caso del diputado detenido “no tendrían por qué comunicarse a ese nivel” porque se trata de delitos.

Y dio a entender que entre ambos gobiernos hay coordinación y acuerdos para combatir la delincuencia en la zona limítrofe entre Oaxaca y Veracruz, caracterizada por alta incidencia delictiva y afectación por el crimen organizado.

Ups. Pues entonces con qué cara Alejandro Murat puede interceder por Gustavo Díaz (conocido como El Gato). El mandatario de Oaxaca se arriegaría a resultar hasta involucrado, en caso de que las investigaciones arrojen la resonsabilidad del diputado en la comisión de diversos delitos relacionados con bandas delictivas.

Por la portación ilegal de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército Mexicano, no habría vuelta de hoja al haber sido detenido en flagrancia, presuntamente.

Y si Cuitláhuac García en verdad es duro, no se prestará a negociar la libertad de Gustavo Díaz por encima de la ley, a menos de que interceda el mismo Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a petición de su amigo Alejandro Murat.

Pero difícilmente.

Imagínense como quedaría Murat Hinojosa si de la investigación judicial le resulta relación al diputado con las bandas que el día de su detención cerraron carreteras y quemaron llantas como medida de presión para pedir su libertad; bandas presuntamente vinculadas a la comisión de diversos delitos de palabras mayores.

En fin. Y ni se diga como quedaría el PRI. Vaya, el caso “El Gato” ya le dio bandera a Morena para llamar a votar en contra de la candidatura priista a la gubernatura de Oaxaca, a propósito de su “lucha” contra la corrupción.

Y la gente empezará a sacar conclusiones del por qué la cúpula priista local por años ha sostenido en el poder a Gustavo Díaz Sánchez, quien ha sido tres veces presidente municipal de Cosolapa (municipio oaxaqueño limítrofe con Tezonapa, Veracruz): 2005- 2008, 2011- 2013, 2017- 2018; dos veces diputado local y estaba por entrar a su tercera Legislatura en releección a la anterior.

O sea, aún es diputado en funciones y al mismo tiempo diputado electo. Y ahí está otro lío. Porque estando detenido, no podrá asumir el cargo. A menos que lo intente como lo hizo el diputado federal del PRD, Rogelio Franco Castán, encarcelado desde el pasado 13 de marzo, por “ultrajes a la autoridad”, por cierto en el estado de Veracruz.

Pero al final de cuentas la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión llamó al suplente de Franco, Jesús Alberto Velázquez Flores a asumir el cargo. Y es éste quien aparece en funciones en el directorio cameral.

En el caso del oaxaqueño Gustavo Díaz Sánchez, su suplente, Miguel Lucas Jacobo, murió hace dos meses a causa de un paro cárdiaco. Y como la fórmula fue electa por el principio de mayoría relativa, tendría que haber elecciones extraordinarias en el distrito de Acatlán de Pérez Figueroa, en caso de que el legislador electo finalmente no pueda asumir el cargo.

Las autoridades oaxaqueñas competentes decidirán conforme a los plazos legislativos. Y la autoridad veracruzana decidirá sobre la responsabilidad de Díaz Sánchez, quien por el momento se encuentra en prisión preventiva.

Mala suerte del priismo local.

Tan contenta que estaba la militancia priista porque la semana pasada la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación modificó la asignación de las diputaciones oaxaqueñas de representación proporcional, asignándole una más al PRI para crecer a 9 por ambos principios.

Y ahora, ¡zaz!, viene el golpe por el caso Gustavo Díaz, en el cual, por cierto, no ha dicho ni pío el gobernador Alejandro Murat. Y ni le conviene, salvo que tenga la plena seguridad de la inocencia del legislador en los delitos que se le imputan. Claro, conforme al procedimiento penal, existe el principio de presunción de inocencia.

Por lo pronto, a la próxima bancada priista le hace falta un diputado. Y quizá hasta pierdan la curul. Porque si llega a haber elección extraordinaria en el distrito de Gustavo Díaz, quien sabe si el PRI pueda volver a ganar. Porque “El Gato” siempre hizo posible el triunfo priista cuando él competía.

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