Austria mete el miedo en el cuerpo

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¿Cuándo puede suceder un gran apagón en Europa? En Austria no lo saben, pero por lo pronto ya implementaron una campaña titulada: “Qué hacer cuando todo se para” con la finalidad de que su población esté preparada en sus casas para afrontar –lo mejor posible– una situación de emergencia derivada  de la falta de suministro eléctrico ante lo que, aconseja, almacenar botellas con agua, radio con pilas, velas, comida enlatada y alguna batería portátil.

Karl Nehammer, ministro del Interior austriaco, también confirma que habrá constantes protocolos de actuación en el Ejército para capacitar a sus soldados de qué hacer ante una situación en que deban apoyar a la población ante la falta constante del suministro eléctrico.

Pero, ¿qué tan real puede ser un apagón generalizado en Europa? Al respecto hablé con el español Rafael Alcalá, socio director de Trebol Energía en el país ibérico,  y en su opinión “son alarmas” con un riesgo mínimo.

“Evidentemente hay una ruptura en las cadenas de suministro pero la alerta de Austria quizá sea entendible porque ellos están en una situación bastante delicada porque la única forma que tienen de tener gas es por tubo y viene de Rusia. En cambio, en España, el riesgo es mínimo. Lo  hemos contrastado con muchos de los profesionales del sector”, me dijo  el experto de una de las consultoras energéticas más prestigiosas del país ibérico.

Respecto de la situación particular de la economía española, Alcalá señaló que el 60% del suministro actual  en 2020, entró por barco y el restante lo hizo por tubería; ante lo que, remarcó, una falta de suministro eléctrico sería poco probable porque el gas sigue llegando y además se tienen reservas para 40 días sin recibir suministro de gas.

“Hay  la capacidad de regasificar y entendemos que el riesgo es mínimo, si bien pueden pasar muchas cosas en la cadena de suministro entendemos que no es una posibilidad real. Además, España recibe por puerto esos barcos para suministrar el gas a otros países europeos”, puntualizó.

A su juicio esto hace que la posición española sea más fuerte en comparación con otros países como la propia Austria o inclusive con más ventajas que Alemania.

En este final de 2021, ¿qué ha fallado verdaderamente  para que estemos ante nuevos nubarrones, es todo culpa del desequilibrio entre la oferta y la demanda provocado por la incapacidad de respuesta de la distribución? Según Alcalá hay un mix: “Tenemos una alta demanda energética en la parte asiática en China y en Japón que ha incrementado mucho la demanda de gas notablemente y se está viendo que enfrentan problemas para obtenerlo porque están teniendo apagones; por otro lado, sucedió  una ruptura de la producción de gas porque se ha reducido, tenemos a Rusia que  ha reducido su capacidad de enviar gas y ha hecho que suba el precio; y también el transporte se ha encarecido, los barcos disponibles han incrementado su costo… así es que el precio del gas ha subido en origen y ha subido para transportarlo… digamos que  es la tormenta perfecta.

 

A COLACIÓN

Le pregunté si estamos ante un riesgo de abastecimiento, a lo que el experto me respondió que “no, de ninguna forma”. En su postura, tenemos  un incremento en los precios por un desajuste entre oferta y demanda en la distribución del gas principalmente.

“Y digamos, que ante la menor oferta de gas, lo que sucede es que aumentan los precios porque los buques disponibles salen subastados más caros. El precio de la extracción de gas no ha aumentado pero si la logística y cuando China y Japón están dispuestos a pagar ese gas más caro, los productores de Nigeria, Estados Unidos o Argelia mandan sus barcos”, añadió Alcalá.

De la temporalidad de este desajuste que podría terminar provocando un shock en el mercado energético  si se extiende en el tiempo, Alcalá refirió que las previsiones que ellos tienen y lo que aventuran los futuros energéticos señalan que a mediados del año que viene empezará a revertir esta situación.

“A partir del segundo trimestre se irá revirtiendo y empezará a normalizarse a los datos anteriores… esas son las previsiones; bien sabemos que una decisión geopolítica sobre del gas  puede hacer  variar todo y está a la orden del día. El gas no es una variable clara es una multivariable que responde a varios factores”.

Entonces, ¿el mayor problema está  en el gas? Alcalá me señaló que así es: “Porque la producción de la energía en Europa, el que marca el precio es el gas. El fuel o el Brent no influyen tanto en el precio de la energía eléctrica porque es muy poco con el que se produce… el caso del gas es distinto. En España, hay más transporte público que funciona con gas natural que con Brent”.

@claudialunapale