De repente, muchos actores en Tabasco parecieron ver “luz al final del túnel” en las acusaciones por corrupción en contra del exgobernador Arturo Núñez Jiménez, luego de que el pasado domingo, en la entrega del tercer informe de Gobierno, el mandatario sustituto Carlos Manuel Merino Campos aseguró que durante la administración de aquel “desapareció” un helicóptero cotizado en más de 45 millones de pesos.
¿Se acerca el momento de que el marido de Martha Lilia López Aguilera sea llamado a declarar por el quebranto en que dejó al estado, de acuerdo con acusaciones que le hizo Adán Augusto López Hernández al arrancar su gestión?
Que el responsable del Ejecutivo a la partida de Adán Augusto haya revelado que tras revisar “todos los cajones” de Palacio de Gobierno no se encontró la nota que ampara la compra del aparato, debería entenderse como que no tardan en ser detenidos los primeros involucrados en lo que se conoce como “el peor saqueo de la historia de Tabasco”, que supera incluso el latrocinio atribuido al priísta Andrés Granier Melo.
Por si fuera menor la revelación de Merino Campos, el fiscal general Nicolás Ovando Bautista aseveró el mismo domingo del informe que ya se ha girado la primera orden de aprehensión en torno al caso.
Pero no. En realidad no hay señales de que el exdirector general del IFE vaya a ser citado para que responda por la grave crisis financiera heredada al nuevo gobierno.
De acuerdo con analistas, el “recordatorio” a Núñez, que leyó Merino, fue una respuesta ante su aparición pública de hace unas semanas al participar en una conferencia virtual realizada por el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT).
Según esa versión, al secretario de Gobernación le molestó que su antecesor haya regresado muy orondo a la escena pública trasgrediendo el acuerdo no escrito de “el respeto al sexenio ajeno es la paz”.
Fue al inicio de su mandato que Adán Augusto empezó a ventilar públicamente la presunta corrupción en el gobierno de su antecesor, pero los señalamientos terminaron abruptamente en agosto de 2019 que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en la 30 Zona Militar de Villahermosa, durante su conferencia de prensa mañanera, que no se iba investigar a Núñez porque él no era afecto a las venganzas.
A partir de ahí todo quedó en silencio: hay visos de un pacto de impunidad entre el presidente y el exgobernador.
Por eso se entiende que la declaración de Merino haya sido una respuesta al activismo que ha empezado a tener Núñez, quien, según fuentes enteradas, estaría buscando una entrevista en una estación de radio para responder a las imputaciones que le ha hecho Adán Augusto.
Aunque el fiscal Ovando Bautista reveló que ya hay una orden de aprehensión por el caso del helicóptero “esfumado”, eso no significa que se vaya a encausar a Núñez y a su esposa, quien –por modificaciones a la ley que hizo su cónyuge– fue funcionaria en su condición de directora del DIF, cargo que hasta antes de ella había sido honorífico para las primeras damas del estado; esa institución es donde más irregularidades administrativas se encontraron.
Un colaborador de Núñez confió a este columnista que legalmente no hay elementos para proceder en su contra: “fue muy cuidadoso” y a veces hasta cada tres meses hacía que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) revisara los recursos federales enviados a la entidad.
@RodulfoReyes