Hacia 2024. El PRI caduco removiendo sedimentos

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Han circulado en las últimas semanas los nombres que parecieran barajarse para ser la propuesta del PRI –solitario o en alianza frankeinsteniana– para las elecciones de 2024. El extravío de analistas y opinólogos es tan brutal, que mueve a la conmiseración. Si va en alianza, no pasarían el tamiz de su filtro bajo la lupa de los demás partidos. La razón es muy sencilla y alejada de posturas de exquisitos que creen dominar el arte del análisis y de la política, en exclusiva: son nombres de puro impresentable. Lo sencillo ayuda a entender.

De momento sin candidato y como una tarea imposible de obtenerlo, se le ve al PRI o a sus simpatizantes, removiendo sedimentos –sí, el restante, lo del fondo–  para extraer a alguien presentable. Tarea imposible. Lo que quede, si es que queda. Ya tenemos el antecedente de 2018: no le alcanzó presumir de 6 millones de miembros para tener que ir a buscar un externo como Meade, para jugársela. Pues tenía puro impresentable. Nada de que fue así porque se le ocurrió el candidato ciudadano. Por favor, más seriedad. Así de impresentable el PRI. Y no ha cambiado. Como en el interregno 2000-2012, tampoco ahora se ha renovado ni quienes lo analizan. Imposibilitado de cambiar, solo le resta ir dando tumbos. Y echar la culpa a los demás. Por ejemplo: hay quien sostiene sin apenas pestañear, que en Hidalgo Fayad “entregará el estado” cual traidor, a un gobierno de Morena.  No. Fayad no puede entregar lo que no le pertenece, eso es un lenguaje muy priista y por ende, a todas luces inadecuado para cualquier análisis si pretende ser serio. Entrega nada, los ciudadanos castigarían su pésimo gobierno, suma de los todos los anteriores, arrebatándoselo al PRI. Suena y es distinto a decir que por sus calzones entregará o dispondrá de lo que no le pertenece.

Por supuesto que sí es tiempo de destape, porque, a diferencia de los tiempos de esplendor priista (que no de esplendor de México, que no son sinónimo) hoy las candidaturas sí se construyen si es que pretenden ganar (la otra es imponerse, a lo Ricardo Anaya, y ya se sabe cómo terminan) y no se imponen a lo Insurgentes Norte de toda la vida, siempre negado a la democracia. Que lo entienda ya quien pueda. Quien quiera que la busque y eso implica no las trapacerías entre aspirantes (que sí, pero no es lo único) sino demostrar a los electores (recuerde, el elector al centro de los análisis, no los políticos) que merece la pena darles el voto. Y tal cual, que merece la pena y más dan pena los priistas.

Para calar en los ciudadanos en pro, el PRI tendría que demostrar que es honrado. La tiene muy difícil. Que no ha desfalcado a México, impunemente. A diario se constata que sí lo hizo y además, tendría que demostrar que sabe gobernar. ¡Huy! pues todavía la tiene más difícil. No solo por el mal recuerdo del sexenio inmediato, el peor de todos y bajo el PRI. También se le complica con el panorama ofrecido en la actualidad. No tiene remedio.

En efecto, poniendo el acento en este punto, no le ayuda haber perdido 15 gubernaturas en 2021 y habérsele echado de 8 de ellas, que es la mejor muestra de su pésimo gobierno. No le ayuda al PRI invocar a Alfredo del Mazo, por los despistados que persisten en proponerlo  –a Alito con la fama de haber desfalcado Campeche, se le descalifica ya como opción o ejemplo de futuro– ya que Del Mazo ocupa el punto medio de la lista de productividad nacional estatal. Igual que el gris de su primo, tampoco era ni este es, el mejor gobernador priista, así que por ahí el PRI la tiene difícil si pretende decirnos que los inoperantes son estupendos como partido y el sujeto como candidato. Y son resultados de gobierno y no verborrea, lo que te hace ganar elecciones, digan lo que digan. Y apostar por el guapo pero inútil, como en 2012, ya es una carta quemada.

Pasársela 3 años entregando tarjetas rosas y sin ninguna otra aportación, demostrando porqué el PRI ha vivido horas extras en Edomex hace ya rato, hundiendo cada vez más y más a ese estado e imposibilitando los urgentes relevos partidistas en Toluca, no son su mejor carta de presentación. El PRI ha tragado más de lo que podía masticar. Si le preguntan a los mexiquenses, rechazan el desempeño priista que los tiene sumidos en el atraso hace décadas. Dicho para que no se nos adornen tanto los priistas. Son un desastre.

No faltan despistados que han invocado a Beltrones (tantito de ¡por favor!) y al menos ya se sacudieron a Gamboa Patrón. Otros, nostálgicos del PRI nefasto y autoritario ven en  Enrique de la Madrid a un gallo. Como si este país no hubiera ya tenido bastante con los De la Madrid. Y no ha faltado el que vio recientemente en Osorio Chong al mesías que le encanta tener al PRI, partido que siempre va tras santones e iluminados. Solo porque lanzó unas palabras balbuceadas por ahí, como el burro que tocó la flauta. De risa.

Y lo más llamativo es que haya quien o no se entera o juega al cándido y propone a Luis Donaldo Riojas como candidato del PRI, cuando es un recién llegado a la alcaldía de Monterrey. Van muy rápido y no reparan  primero, en que habría que ver su desempeño y no es nada prometedor. No se entera quien lo propone que México no le debe nada a su padre y a él, tampoco. Y no se recuerdan grandes acciones en pro de México provenientes del candidato truncado arteramente. ¡¡Ahhhh!! Sí, que servía al PRI, sí, pero eso no quiere decir grandes acciones en pro de México. Son dos cosas diferentes. Así que con Colosio Riojas solo valdrá el aquí y el ahora y entonces….ya no está tan fácil.

Si el PRI le debe algo, allá el PRI. Lo que es bueno para el PRI dudosamente es bueno para México y es el caso que no. No reparan, además, en que el novato político al frente de Monterrey –los regios pagarán caro su elección, dando un lamborghini a quien no sabe conducir, mismo caso de Samuel García– no reparan, reiteramos, en que él mismo se ha deslindado del PRI, tantas veces. ¿Qué no? entonces ¿se la ha pasado engañando a la opinión pública? Digo…para saber.

Así que el PRI está en un laberinto, anquilosado y putrefacto ya hace mucho rato. Carece de figuras por todo lo expuesto y de liderazgos; va con baraja trucada, ajada, desgastada. No tiene remedio. Tendría que reconocer la bola de ladrones que lo distinguen y los ha solapado hasta la saciedad y todo ello lo descalifica como opción. Las bravuconadas de Alito y sus gracejadas pendencieras causan peña ajena y orilla a preguntarse ¿de qué se ríe? ¿qué le sostiene esa sonrisa socarrona en el rostro? La situación presente y futura de su partido es como para arrebatársela.

@marcosmarindice