Vayamos ahora a la tercera entrega de este riquísimo tema. Sigamos pues hablando del –Gubernamentalismo-; nunca sobra recordar; la piedra angular de nuestro Tanque de Ideas es la Agenda de la Seguridad Nacional; entonces, recordar la importancia vital del TERRITORIO, el verdadero control de nuestra SOBERANÍA, el cabal goce de nuestra INDEPENDENCIA y el manejo patriótico de la GOBERNABILIDAD nos va a permitir entrar a tópicos como este del Gubernamentalismo. Y claro, para eso tuvimos la necesidad de dejar totalmente fijo que ya no es el asunto de la SEGURIDAD la materia central, nos fuimos una raya más arriba; ahora desarrollaremos las tesis de “protección a la patria”. Incluso, si nos metemos al espíritu de ese ser (patria) encontraremos, dentro de ese mismo, la tierra de nuestros padres, el celo de nuestra independencia, el alma de soberanía y la proyección de la gobernabilidad dentro de esa PATRIA. Antes de que vuestras mercedes me imagines envuelto en un pendón casi por lanzarme de un torreón doy paso a los comentarios de quienes ocupan las cabeceras de nuestra mesa de trabajo.
Paul von Hindenburg comienza diciendo.
– ¡El choque de frente en el tema de la seguridad, no deja lugar a dudas! – el General prusiano se pone de pie y dice.
-Somos los ciudadanos los responsables de toda acción que se tome, o que no se lleve a cabo, para garantizar nuestra propia seguridad-. El germano comienza a caminar y va hablando.
-Aquella que tanto exigimos al gobierno, pero para la que no estamos dispuestos a transigir, ni ceder, si de acatar se trata.
Pero todavía llega más lejos nuestra falta de respeto a la norma y al conciudadano, y hasta a la autoridad facultada -acá ya todos seguíamos al Mariscal, él seguía hablando y caminando.
-Paradójico el círculo vicioso que hacemos rodar. Me explico: – Paul se detiene frente al Pintarrón y desde ahí dice.
-Los sistemas político, económico y social están concebidos para alcanzar el bien común.
O …. ¿Me equivoco? – agrega
-en una República, como es el caso de la de México -Somos nosotros mismos los mandantes, porque el titular del ejecutivo es electo para poner en ejecución los intereses de la población. No puede erigirse- dice Hindenburg -en patrón o dueño del país. Los dueños somos los ciudadanos. -Los ojos que observaban la exposición del Mariscal hacían veces de semilla entrando en buena tierra, él continúa
-Las leyes que no respetamos, las hacen aquellos a quienes elegimos para que nos representen-. Y sigue.
-Tampoco ellos son autoridad sin el mandato de la población a quien se deben.
El poder judicial vigila el cumplimiento de la constitución política, y resuelve las controversias. Pero igual, son propuestos por nuestro primer mandatario, es decir, nuestro ejecutante, y ratificado por nuestros representantes-. Paul despliega un largo silencio, parecido a aquel que el guerrero hace antes de sacar la espada y entonces, después de ese dice
– ¿Es que no nos damos cuenta del poder que el ciudadano tiene?
¿Es tanta la indolencia, apatía, displicencia y falta de interés, que preferimos dejar a otros la responsabilidad de señalar el sendero por el que debería transitar nuestra democracia? – y cambia de crescendo a un adagio.
-Yo sostengo que la inseguridad está en función de las facilidades que damos los ciudadanos.
El primer peldaño de la escalinata comienza con nosotros, como el fin y el medio de consecución.
El segundo es el legislativo, quien establece la normatividad que acordamos y aceptamos nosotros;
El tercero lo constituye el ejecutivo, quien implementa y opera el aparato administrativo de gobierno, para alcanzar las metas y objetivos planteados.
El cuarto peldaño es el poder judicial, que vigila y atiende el cumplimiento de los preceptos constitucionales.
El quinto es toda la estructura que hemos construido, como lo dice Faucolt, para vigilar y castigar a quienes, desde uno de los poderes, abuse de sus facultades.
El sexto son las instancias internacionales ante quienes, en acuerdos y tratados, hemos convenido acudir, para convenir la mejor forma de resolver controversias internas y externas.
El séptimo escalón, otra vez, somos nosotros, a fin de cerrar el círculo virtuoso de la unión que como una fuerte cadena nos permite generar esa sinergia indispensable para vivir en condiciones de seguridad-. Sin cambiar el ritmo Paul entra en su TEMPO.
– ¿Les parece significativo que señale siete escalones?… cruce de miradas, más Paul las interrumpe diciendo – ¡Lo es! -. Acá Hindenburg lanza una pregunta.
-¿Se percataron cómo, desde el individuo o ciudadano escálamos hasta la globalización?- y se responde.
– ¡Es porque la seguridad de las personas, instituciones, países y el mundo en general, requieren ya, evolucionar y reconocer que nuestro concepto está tocando los terrenos de la seguridad humana!
Y, aun así, el hombre continúa siendo el factor determinante.
La dicotomía que forma él mismo, al ser el beneficiario y el benefactor de la multicitada seguridad-. Los que estaban sentados del lado norte de la mesa hicieron gestos como queriendo aplaudir, los que estaban frente a ellos, es decir, los del lado sur, con la mirada les ataron las manos- Hindenburg siguió.
-Complicado?
No lo es tanto.
Cedo la palabra a los expertos, para que nos ilustren con el concepto de: la seguridad humana.
Sigo aprendiendo-.
Y como si se tratará de una coreografía todos en uno volteamos a ver el otro lado de la mesa para encontrarnos con la avispada imagen de Fibronio Limón, entonces el sargento habló.
-Considero que uno de los factores de las condiciones de inseguridad está muy relacionado con la desigualdad social; es decir, es producto de esa enorme brecha que existe entre los que poseen mucho y los que prácticamente no tienen nada-; acomodo de sillas y carraspeos propios de un cambio de ritmo en la conversación, Limón continuó -es ahí donde empieza a aparecer esa condición de inseguridad, cuando se está en la parte más baja de la pirámide de Maslow, y en los ojos de esos “sin fortuna”, surge un sentimiento de rencor social hacia sus semejantes que lo lleva a aspirar a tener mejores condiciones sociales, aun a costa de violentar la ley o a sus semejantes-. Y sí, las máscaras de “ahchinga” aparecieron sobre los rostros de los que escuchábamos. Limón siguió.
-Ese rencor social inicia con ligeras manifestaciones de odio hacia quienes tienen más, y se fomenta mediante el discurso de líderes mesiánicos que los convencen de que la sociedad a que pertenecen es injusta y que tanto las leyes como gobernantes son causa de su pobreza, invitándolos a desafiar a la autoridad, primero mediante marchas y manifestaciones y después por medio de la ejecución de actos constitutivos de delitos (que para su entender son un derecho), y que incluso es su derecho realizar este tipo de acciones (como la toma de casetas, bloqueo de carreteras y la pinta de edificios e instalaciones)-. Y como los presentes dentro de ese Tanque de Ideas de menos son master’s en eso de la axiología todo quedó más que comprendido.
-Todo lo anterior- dice Limón, -está relacionado con la seguridad humana, porque siendo el estado el regulador y/o administrador de las fuerzas del orden, se ve en la obligación de aplicar el imperio de la ley con su consecuente desprestigio y rechazo por ese sector de la sociedad; sin embargo, rara vez hace un ejercicio de autocrítica (sigue hablando del Estado) para ver si esas manifestaciones de rechazo o violencia, no son producto de una errada política publica, la ineficiencia de un servidor público o una autoridad, uno o varios actos de corrupción o impunidad, o simplemente la desatención de los servicios básicos a un sector, como lo sería de agua, energía eléctrica, drenaje, educación y salud (necesidades básicas de acuerdo a Maslow).
Por lo tanto- enfatiza el sargento, -la aplicación de la fuerza del estado ante esa manifestación de la sociedad, se convierte en un círculo vicioso en el que se repiten uno y otro acto, hasta generar un ambiente de hartazgo en el que los actos de rechazo a la autoridad, violación de la ley y su consecuente represión por parte del estado explotan en un movimiento social más generalizado y violento como en su momento fue la “primavera árabe”;… Fibronio Limón hace silencio, espera que ese silencio se comprenda y entonces dice -concluyo esta intervención, poniendo sobre la mesa una pregunta: ¿En México existen condiciones de inseguridad (alimentaria, jurídica, publica y social) que puedan producir un estallido social en el breve plazo?…- y también él se responde -considero que no, pero no se debe desatender los actuales problemas de inseguridad porque entonces si se va a generar el caldo para el sancocho-. Una elegante línea muy parecida a una sonrisa se dibujó en más de uno.
Ahora, las miradas están tocando mi rostro y así entraremos el espacio de la Seguridad Humana, seguramente nuestro laboratorio de ideas y maquila de comentarios estará trabajando horas extras, eso sí, reconozco algo, “cuando un señor coronel, maestro en Seguridad y Defensa Nacional desarrolla ensayos donde la materia prima es la Seguridad Humana, sin duda habrán de leerse con toda la atención”
Ultimo patrullaje. – bien por aquellos que lo proyectan; Michoacán, Zacatecas, San Luis Potosí y Guerrero entran a una fase intensa para el asunto de la Seguridad Interior; aunque ya en el Tanque de Ideas esperamos al Húser que trae información de su reconocimiento podemos adelantar, Ortega desde Morelia, Guzmar en San Luis y la Fiscal en Chilpancingo, despliegan proyectos de futuras estrategias; eso sí, de que saben explotar inteligencia no hay ninguna duda.
Balazo al aire. – explosión de estrellas.
Greguería. – de 1978 a 1982, excelente temporada para hacerse forjar sobre el yunque… ¿capito?
Oxímoron. – caí pa’rriba.
Haikú. – ah, ganas de tocarte,
abrazar tú piel.
Mujer luna, ¡mi mujer!