Entiendo que para forjar una trayectoria personal en el ámbito emocional y racional debe existir un equilibrio, un eje motor congruente, estable. No obstante, las variaciones radicales podrían ocasionar trastornos de personalidad que con poder sobre los demás procurarían daños y malestar.
Pregunto, solamente pregunto: ¿qué trastornos puede presentar un hombre que dice vivir en un departamento de interés social, sin percibir salario ni prestaciones y luego se apropia de un Palacio y oculta que goza de lujo y ostentación?
¿Qué trastorno presenta aquel que asegura que su fundamento es la honestidad y todo aquel que le rodea es señalado por ilícitos y corrupción?
¿Qué variaciones deja en evidencia quién dice trabajar para los pobres y permite que sus hijos ostenten abundancia y riqueza?
¿Qué de aquel que promete respetar el ejercicio libre de la expresión y “cerca” su domicilio con vallas y se protege con guardias de seguridad?
¿Qué de quién ha vivido políticamente del reclamo callejero alentando plantones, marchas, bloqueos, secuestro de instalaciones y luego evita la libre manifestación de las ideas mal calificando a los demandantes o bloqueando su domicilio con vallas y soldados para evitar el roce con los inconformes?
¿Qué de quién evita planear a futuro, pero guarda escandaloso rencor al pasado?
¿En qué sitio se valora a quien desprecia a todo aquel que no coincide con sus ocurrencias y lo exhibe públicamente como herederos del mal?
El mismo que pretende toda su vida llegar a la presidencia de su país, toda vez que pierde grita fraude, ¿se auto nombra legítimo y cuando finalmente logra llegar al poder atacar a la Institución que avaló su triunfo y promueve una consulta para revocarlo del cargo?
¿Qué mención merece aquel que menosprecia al éxito de los demás, pero asegura que los suyos destacan por sus propiedades y empresas porque han heredado o porque “la señora (esposa) es la del dinero?
¿Aquel que no se preocupa por el crimen de 7 periodistas porque en el país hay cinco mil más asesinados? ¿Qué lugar merece quién destina recursos abundantes para favorecer a su deporte favorito (el béisbol) sabiendo qué hay niños muriendo de cáncer sin medicamentos?
¿Qué decir de un personaje que no quiere ver su nombre en placas, plazas públicas, calles y avenidas, pero empeña su gobierno a tres obras faraónicas que, en épocas de crisis sanitaria, económica y de salud merecen bajo perfil y una suspensión provisional para atender emergencias?
¿Qué decir de un sujeto que se niega a aplicar protocolos de salud frente a una pandemia y que siendo el jefe Supremo del Ejército libera a delincuentes y asegura que las torturas, mutilaciones, secuestros y muertes se acabarán por intermediación de “abuelitas”?
¿Un gobernante que se autoproclamando pacifista “abrazos no balazos” pero que es aliado de dictadores, tiranos y líderes que procuran crimen y guerra?
¿Qué pensar de quién acusa a España de ladrones e invasores, pero se muestra empático con un gobernante antidemocrático, generador de violencia, invasor de Ucrania y criminal de guerra? ¿El mismo personaje que dice acabar con vicios del pasado de cuotas, cuates y cotos, pero promociona a sus incondicionales y consentidos?
¿Qué hablar de quién fundamenta su liderazgo promoviendo acusaciones públicas a adversarios sin comprobación y justificando que se entera de manera anónima por “gente buena”?
¿Qué de aquel que destruye el patrimonio ambiental y ecológico del sureste mexicano, pero decreta protección al Lago de Texcoco con el propósito de evitar la construcción de una terminal aérea?
Toc, toc, toc ¿habrá algún especialista en psicología que nos pueda contestar?
Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2 izzi 135
@cramospadilla