A veintidós años de distancia, el PAN sigue sin entender lo ocurrido en julio de 2000 con la victoria de su candidato presidencial Vicente Fox Quesada. Quizá estén comprendiendo el triunfo de Calderón en el 2006 por el pánico elitista provocado por la candidatura de López Obrador. Y fueron a las presidenciales de 2012 con la confianza de ganar, para darse un estrepitoso choque con la realidad.
La revista semanal digital Palacio Nacional 2024 (https://indicadorpolitico.com.mx/?page_id=12227) realiza una primera exploración del escenario sucesorio en el PAN a partir de la presentación de la pasarela de precandidatos que realizó el viernes 25 el dirigente partidista Marko Cortés. La lista abarca una veintena de nombres conocidos en las élites y en espacios regionales, pero ninguno con el perfil de Fox desde su autodestape en 1997.
El texto central de la revista, preparado por el analista Armando Reyes Vigueras, juega desde el título con los escenarios realistas presidenciales del PAN: “de caballadas flacas y pasarelas anoréxicas”. Parte del criterio de que Fox no fue el candidato presidencial del PAN, sino que se trató de un político personalista, ejecutivo –no empresario– de una empresa refresquera y sobre todo un personaje ranchero con botas incluidas, y que en los hechos Fox escogió al PAN, pero construyó su propio bloque de poder no panista.
EL PAN gobernó dos sexenios sin modificar el sistema/régimen/Estado priísta; al contrario, por su baja presencia legislativa se vio obligado a pactar la gobernabilidad con el PRI de Elba Esther Gordillo y de Manlio Fabio Beltrones. Pero poco le duró el gusto: en el primer aniversario de la victoria, en julio de 2001, Fox posó en fotografías con el presidente conservador de España José María Aznar y la fiesta no fue por la democracia sino para celebrar su boda con su colaboradora Marta Sahagún.
El análisis de Reyes Vigueras revisa el listado de aspirantes panistas, más que precandidatos, y destaca figuras del pasado y sobre todo gobernadores y exgobernadores con saldos magros en resultados de gobierno. Pero en todos ellos falta alguna figura que pudiera competir con la aprobación y liderazgo popular de López Obrador, que rompiera con la expansión territorial de Morena vía más de dos tercios de gobernadores y que se enfrentara a los cuatro consolidados precandidatos morenistas: Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Ricardo Monreal y Adán Augusto López Hernández.
La columna de Tapados y Destapados recuerda el estrepitoso fracaso de Ricardo Anaya Cortés en 2012 y su alianza con el PRD que le ahuyentó votos ante la figura mediática de Peña Nieto y el mensaje nada subliminal de que llegaría a corregir los errores de gobierno de Fox y Calderón. Gerardo Lozada recoge el fenómeno político de la votación por revocación/ratificación de mandato como estrategia lopezobradorista de movilización ciudadana.
Patricia Campos hace una referencia interesante al presentar al actor Eugenio Derbez en la lista de figuras ciudadanas, pero jugando con la apreciación de que pudiera ser una especie del Zelenski mexicano, a partir del hecho de que el actual presidente de Ucrania ganó la presidencia desde un programa cómico de contenido político y construyó un liderazgo que rompió con los escenarios tradicionales de los partidos en baja situación de prestigio.
Samuel Schmidt hace una pregunta ingenua pero maliciosa al indagar dónde están los obreros como clase productiva con suficiente representatividad como para inclinar la balanza electoral, pero la respuesta se percibe en una izquierda populista sin clase obrera y un PRI con una CTM como geriátrico. Diego Velázquez analiza el “pacto conservador” AMLO-Puebla y José Luis Camacho Acevedo reproduce la lista de presidenciales de la revista extranjera Campaigns & Elections donde incluye a personajes nuevos como Enrique de la Madrid, Ulises Ruiz Ortiz, Gerardo Fernández Noroña, el empresario Coparmex Gustavo de Hoyos y Margarita Zavala, estos dos dentro de la lista de panistas.
Francisco Gómez Maza analiza las rupturas internas en las principales formaciones partidistas y las asume como fragilidades a la hora de concitar votos que sumen la mayoría necesaria para ganar las elecciones. Y el investigador Rafael Abascal revisa las tendencias de votos para Oaxaca, con la crisis de Morena por la disputa en tribunales por la candidatura.
El panorama para el PAN es pobre, y empeora por su alianza con el PRI, el PRD, la Coparmex y el activista ultraderechista Claudio X. González.
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