El 28 de abril inicio de manera formal la carrera presidencial del 2024. El presidente de la República incorporó al secretario de Gobernación, el gobernador tabasqueño Adán Augusto López Hernández, en una posición privilegiada de la lista de Morena, pero de paso perfiló la competencia presidencial con una oposición que es capaz de usar su minoría para impedir reformas constitucionales, pero no cuenta con los votos para imponer una candidatura competitiva.
Del lado gubernamental se presentan tres personalidades, en orden de importancia presidencial: López Hernández, la gobernante capitalina Claudia Sheinbaum y el canciller Marcelo Ebrard, aunque con el líder senatorial Ricardo Monreal Avila corriendo por fuera de la pista y con suficiente fuerza de votos cuando menos para disminuir la tendencia a Morena.
Del lado opositor la lista es tan larga como las expectativas personales de quien se quiera incorporar, pero con un dato político muy significativo: el único partido con base política y fuerza electoral es el PAN, aunque con precandidatos que provienen de las gubernaturas estatales, pero sin indicios de que alguno de ellos tuviera posibilidades reales de convertirse en una fuerza de competencia al aparato de propaganda de Morena.
En el arranque del proceso puede decirse que podrían verse cuando menos varias candidaturas formales: la de Morena, la de Movimiento Ciudadano, la alianza opositora PRI-PAN-PRD, la individual de cada uno de los partidos y el interés de Coparmex para correr por cuenta propia o para pactar dentro del grupo Va Por México. A diferencia del 2018, no se percibe ninguna intención de perfilar alguna candidatura ciudadana, sobre todo por el fracaso del modelo en 2018.
La elección presidencial correrá en dos carriles: el más importante es el que definirá Morena por decisión y voluntad del presidente de la República y el otro se moverá en una gran coalición opositora o en dos o tres candidaturas de alianzas. No se percibe el ánimo de una gran candidatura de toda la oposición contra el candidato de Morena y sus posibles aliados, el Partido Verde y el Partido del Trabajo. Las cifras de reparto electoral en la actualidad responden a competencias locales o legislativas federales, pero de ninguna manera pudieran considerarse en automático como la suma de las cifras electorales actuales.
En el ánimo de algunos grupos opositores prevalece la expectativa, más como deseo que como realidad, de que pudiera surgir una candidatura ciudadana de alguna personalidad que pudiera crecer en posicionamiento electoral, como por ejemplo la del actual consejero presidente del INE o alguna figura de similar expectativa ciudadana, aunque Morena ya presentó su capacidad de fuerza político electoral: los 15 millones de su voto duro que salieron a votar en la consulta, una cifra que en la actualidad ninguna suma de partidos la logra.
Juego de las sillas
- A partir del banderazo de salida presidencial, el aspirante más activo es el canciller Marcelo Ebrard, quien ha comenzado una etapa de mayor exposición político-electoral apoyando algunas candidaturas de Morena a las gubernaturas. La jefa de Gobierno Sheinbaum no se sale del guion presidencial para seguir manteniendo su figura de continuidad. Y el secretario de Gobernación aprovecha su experiencia como gobernador para moverse en los espacios mediáticos.
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