- La inflación obligaría a elevar la tasa de interés
- Débil la conciencia financiera entre la población
El Banco de México deberá anunciar, hoy jueves 12 de mayo, si no ocurre ningún imponderable, un incremento de la tasa de interés interbancaria (TII), por lo menos en 50 puntos base, en congruencia con la presión que está ejerciendo la inflación sobre el lomo de los mercados locales y los agentes económicos.
El incremento de la TII es obligado ante el comportamiento alcista del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) el cual, impulsado por diversos factores inflacionarios internos, pero sobre todo externos, ha venido creciendo sustancialmente mes a mes, en lo que va de 2022. El objetivo es lograr el equilibrio entre la oferta y la demanda.
La TII es el tipo de interés cargado a los préstamos a corto plazo entre bancos. Estos prestan y toman prestado en el mercado interbancario para poder gestionar su liquidez y cumplir con regulaciones como el coeficiente de caja, también llamado “encaje legal”.
(El encaje legal es la porción de depósitos de un banco, que debe ser mantenido en reservas líquidas, en sus propias arcas o ante otras instituciones financieras.
En el primer cuarto del año, la inflación aumentó 7.68%. En tanto, el tipo de interés interbancario ha estado fijado en 6.5%, más de un punto porcentual alejado de la realidad inflacionaria. El objetivo original será que la inflación crecería en más o menos un 3 por ciento al terminar el año.
En unos días más, los actores de la economía podrán conocer la inflación ocurrida en la primera quincena de mayo, pero el banco central se ve obligado a tomar firmes decisiones de política monetaria para aplacar el crecimiento de los precios, con una política restrictiva que a mediano plazo creará condiciones para que el producto retome su ritmo de crecimiento sostenido.
Cuando la tasa de interés es baja, se estimula el consumo, pues las personas pueden gastar más; también los créditos y financiamientos son más bajos, por lo que se prevén más préstamos crediticios por parte de las instituciones bancarias, pero primero las autoridades monetarias se ven obligadas a enfriar la economía para controlar el crecimiento de los precios.
Cuando la tasa de interés sube, el dinero “es un poco más caro.” Por lo tanto, hay menos deseo de la población en pedir un préstamo a un banco y, al mismo tiempo, se fomenta el ahorro, además de que se ayuda a que se desaliente el crecimiento de los índices de precios.
EN OTRO ORDEN, el INEGI dio a conocer, en conferencia de prensa, la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), 2021. El objetivo de esta encuesta es generar información estadística e indicadores oficiales a nivel nacional, regional y por tamaño de localidad que les permita a las autoridades financieras hacer diagnósticos, diseñar políticas públicas y establecer metas en materia de inclusión y educación financiera.
Por ejemplo:
En 2021, 56.7 millones de personas de 18 a 70 años en México (67.8%) tenían algún tipo de producto financiero formal (cuenta de ahorro, crédito, seguro o Afore). En 2018, la cifra era de 54.0 millones de personas.
El 61.9% de las mujeres y 74.3% de los hombres en México contaban con al menos un producto financiero formal en 2021.
Considerando la tenencia de productos financieros formales y segmentando por regiones, la región noreste tuvo el porcentaje más alto de tenencia de estos productos en el país (77%), seguida de la noroeste (75.7%), la CDMX (74.2%) y la occidente y Bajío (69.3%). Los porcentajes más pequeños se registraron en la región centro sur y oriente (62.0%) y la sur (60.1%).
El 49.1% de la población de 18 a 70 años (41.1 millones de personas) en México tenía una cuenta en un banco o institución financiera. En 2018 dicha proporción era de 47.1%.