Alito, el priista. Entre bufonadas y dislates

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Incombustible, incansable en enlodar las siglas del PRI –lo cual se denuncia más desde fuera que desde adentro, donde una pringa de lodo más, ya no cabe a esas siglas– Alito se erige ahora en un verdadero bufón. Alito un día sí y otro también, la riega, y la corbata no oculta esa notable carencia de liderazgo y evidencia una incapacidad brutal para entender por sí en dónde está parado. Se ampara contra ser exhibido el personaje público por actos públicos. Aquellos cometidos ejerciendo cargos públicos (de gobernador en su día), a menos que admita lo usa para fines privados. Quiere acallar a sus opositores, justo como el PRI ha reprimido la libertad de expresión en este país. Y otra vez lo hace. Él, además, siendo un diputado federal que debería de haberse separado del cargo, pues no conociéndosele mayor aporte a la Patria, pretende tocar las campanas y andar en la procesión y, al final, ni lo uno ni lo otro. Esa esa es la realidad. Si al PRI no le importa y lo sostiene, imagínese al resto lo que importe ver cómo pierde el PRI.

La bufonada no termina allí.  Las recientes bufonadas de Alito son de órdago: denuncia a la gobernadora de Campeche, como si ella fuera la desfalcadora, la acusada de proxeneta y llamara brothers a “periodistas” que han sido señalados antes como receptores de coimas. Los ha quemado y embarrado a todos los enunciados. Aunque ellos se defiendan con tanta torpeza. Los conocemos. Dedicados a callar, a hacer “periodismo” por encargo, ya se sabe y ya desvergonzados, durante el sexenio pasado priista para halagar, no cuestionar o callar las acciones del PRI y las trapacerías de Peña Nieto y, ya se ve, atender los encargos de Alito, dicho por él, aunque se deslinden o traten inútilmente de engañar a una opinión pública que bien los conoce, sabe sus nombres y corrobora su actuar; por eso muchos han perdido rating. Y hasta eso, uno que otro, muy poquiteros.

Las bufonadas incluyen sus cuentas extrañas de un PRI ganador que es perdedor. Alito habla de tales, pero sin reparar en que va en alianzas, que si no solo está moribundo el PRI. La bufonada incluye decir que lo importante es ganar Edomex y Coahuila. ¡Ojo! no gobernándolos mejor, sino anticipando el fraude mapachero priista de siempre, que para eso ya se atrajo a los más impresentables a su alrededor. Solo así. Y ¿para qué ganar? pues para endilgarles otros 6 años de podredumbre y atraso. Otros 6 a lo Del Mazo y su grisura y mediocridad en Edomex. Solo para eso. Qué cara saldría la bufonada de Alito y que innecesaria la continuidad priista tan perjudicial para México. Los pésimos desgobiernos priistas merecen cesar ya. Total, la endeudada Coahuila por un Moreira, cuyo hermano aparece siempre junto a Alito, allá ella si lo permite de nuevo.

Y luego, esa ramplonería de visita a Washington. Esa sí fue de vergoña. Otra bufonada. Esa sí fue ridiculez. Claro, se trata del priista y eso ya era garantía de fracaso. Y no decepcionó, pues lo fue. Ir al Congreso yanqui a solo asomarse, qué puerta más equivocada fue a tocar. Máxime ahora que está integrado por ciudadanos anti-statu quo y no de los que Alito representa, privilegiados y corruptos. ¿Qué si lo recibirán algunos? otra pregunta ¿Alito está, entonces, cabildeando contra México y su gobierno? Eso sí lo coloca en la posición de traidor a la Patria. Y su acción enloda al PRI, otra vez. Y lo representa.

¿Alito y Almagro? ¿sabrá Alito del desprestigio que define y encorseta de golpista a Almagro al servicio de los yanquis? ¿sabría que no es la persona más indicada para usarla de paño de lágrimas y de ariete contra México? No cabe duda de que la bufonada de Alito contra México desde el extranjero no es patriótica y el sujeto no se halla ni adentro ni en el exterior. Va trastabillando, siempre está fuera de sitio. Y va solo para repetir las gracejadas que fue a balbucear a Europa. Verdaderas mentiras propias de un priista.

Y volvamos a su amparo… bufonada como buen priista y describe al PRI acallando actos que exhiben presuntos delitos electorales, fiscales, peculado y, al final de cuentas, mostrando al sujeto de los pies a la cabeza: dirige al PRI y su conducta deplorable enloda a ese partido, que lo avala. Brothers y desfalcos, incluidos. ¿No mencionar a un sujeto público, diputado de la nación? ¿y quién nos ampara para que Alito calle y deje de decir tanta bobería y memez, tantas gracejadas un día sí y otro también? Dentro y fuera de México. Cada vez que abre la boca lo menos que genera es peña ajena. Así, peña ajena.

Y a todo esto, el PAN ya extraviado como lo apuntamos la semana anterior, prefiere atacar a Sansores antes que cuestionar a Alito, abiertamente. Pudre así a la democracia mexicana, otra vez. Otra vez, PAN. Ya es lo común y vergonzoso y denigrante en el PAN.