Hacia fines de la semana anterior, Ricardo Monreal aceptó que los equilibrios internos en su bancada, la de Morena, habían cambiado.
Hablaba de que no tenía ya la certeza de una negociación interna clara para definir quién de los senadores de Morena podría ser el sucesor de la exministra y exsecretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero.
Desde hace al menos un mes el senador zacatecano José Narro dijo que iría por ese cargo, y desde entonces da conferencias de prensa y hace declaraciones temerarias, como la de que existe mal manejo de cursos en su fracción, que buscan ganar espacios en medios como primera parte de esa campaña.
Desde hace un año, se menciona entre morenistas que quien podría ser el siguiente presidente del Senado es el poblano Alejandro Armenta, quien todos saben es un legislador muy cercano a Monreal y quien buscará en la siguiente elección a gobernador de su Estado, ser el candidato de Morena a ese cargo.
En la semana anterior, “alguien” coló a su vez el nombre de Gabriel García -quien era el coordinador de delegados federales de AMLO-, como un fuerte prospecto de Palacio Nacional.
Sobre todos ellos Monreal afirmó que cualquiera de los integrantes de la bancada se puede apuntar y eventualmente obtener la muy ansiado presidencia del Senado.
El tema sin embargo es: ¿la designación del nuevo presidente del Senado es el fin del predominio político del zacatecano en la cámara alta? ¿viene ya su remoción de la coordinación de la bancada y de la presidencia de la Junta de Coordinación Política de la cámara alta?
Ayer esta interrogante fue respondida por el propio Monreal:
“… la “nomenclatura política” se opondrá que (yo) sea candidato de Morena a la Presidencia de la República en 2024 e intentará erigir una facción en el poder… pero (yo) confió en que la conciencia ciudadana logrará profundizar la vida democrática de nuestro país”.
Sin duda Monreal siente lo que en política se denomina: “pasos en la azotea”.
O un golpe de mando. Y el único que lo puede dar es, sí, adivinó Usted: Andrés Manuel López Obrador.
En un mensaje subido a sus redes sociales, el zacatecano no muestra ni desgano ni ansiedades.
Dice por el contrario tener el entusiasmo, la capacidad, salud y autonomía “para lograr, juntos y juntas, un México próspero y justo”.
O sea, sigue en su intención de irse a fondo por la candidatura presidencial de Morena.
E insistió en mostrar su perfil al recordarles a sus simpatizantes que procede de una familia campesina, pobre, y que ahora forma parte de la clase media: “soy académico y servidor público, amante de mi país y una vez que llegue el tiempo legal lucharé por suceder al presidente López Obrador”.
Igual insistió en asegurar que tiene claridad respecto a los grandes y enormes retos que enfrenta México en materia de seguridad, justicia, cambio climático, campo, bienestar, ingresos, reservas actuariales, empleo y recuperación económica, entre otros.
Y aceptó que lograr lo que quiere no será sencillo, “pero para quienes provienen de abajo, el camino nunca ha sido fácil y están acostumbrados a vencer adversidades y obstáculos. La gente es la que decide, y a ella me atengo”, afirmó.
“Entiendo mi realidad. La nomenclatura política (de Morena) se opondrá e intentará erigir una facción en el poder, pero confío en que la conciencia ciudadana logrará profundizar la vida democrática de nuestro país”, expresó el senador.
En fin que todo indica que Monreal está en la pelea.
DESPUÉS DE LA GOLPIZA, LA PAZ
El gobernador panista Mauricio Kuri ha logrado enfrentar con amplio respaldo social la crisis que le generó a su administración el vandalismo, salvajismo mostrado por la barra de aficionados de su equipo local en contra de los contrarios en un juego en el estadio de La Corregidora.
Hoy, a 8 meses de aquellos hechos, con gran parte de los vándalos en prisión, el gobernador Kuri emprende una campaña de tolerancia que, afirma, significa un nuevo comienzo para la restauración de la confianza de los queretanos en la realización de grandes eventos,
En la presentación del nuevo programa “Sociedad de Respeto, Somos Querétaro”, que busca reconstruir el tejido social para regresar los valores y corregir el rumbo del estado, el gobernador Mauricio Kuri, recordó lo sucedido el 5 de Marzo y señaló que “el primer paso para solucionar un problema es admitir que existe.
“Ese día vimos las más terribles imágenes de violencia, pero bien dicen que: los problemas en la vida tienen tres pasos: aceptarlos, trabajar en ellos, y superarlos”.
Sin duda un ejemplo de cómo sí hacer las cosas, pero sobre todo enfrentarlas y darles solución.
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