He leído y releído el comunicado, mensaje, proclama, boletín, lo que sea de Porfirio Muñoz Ledo titulado “llamado a restaurar la República”. ¿Restaurar? (Poner una cosa en el estado o estimación que antes tenía, dicta el diccionario), es decir, ¿Porfirio nos invita a regresar al sistema que él alguna vez defendió como priista? ¿O al que dirigió como perredista? ¿O al de Morena? ¿O al del PT o PARM? Corrientes políticas que no sólo avaló sino dirigió. ¿A cuál de todas se refiere, cuál fue la mejor, a cuál regresar? Porfirio es un hombre muy inteligente y capaz es un referente en la política nacional, en la academia y en la diplomacia. Formado en la UNAM y cincelado en el poder.
Pero considero está a destiempo y quizá en un momento de reacomodo de sus ideas más no ideales. Su manifiesto es sensato y acusatorio “UNA GUERRA INTERNA PACTADA POR EL GOBIERNO CON EL CRIMEN” señala y no es la primera vez. Sabe y conoce cómo catedrático el peso de las palabras, las que adulan y las que hieren. Lo mismo ha interpelado a un presidente (De la Madrid) que colocado la banda presidencial a otro (AMLO).
Ha convidado alimentos con los más altos dignatarios, funcionarios, políticos, gobernantes y reyes. Su roce ha sido privilegiado y eso ameritaba haber podido seleccionar, elegir mejor. Me explico: de lo que hoy crítica y desea sanar fue cómplice y constructor.
Apoyo la demagogia y ocurrencias de AMLO, guardó silencio ante las sospechas de corrupción de varios cercanos al presidente como Bartlett, Ebrard, Delgado (del que fue objeto de una grosera traición para no permitirle dirigir a Morena), Sheinbaum, Romero Deschamps, Gómez Urrutia y otros tantos más distinguidos por AMLO para ejercer el poder. Porfirio fue secretario de Educación y únicamente desde la barandilla registró el nombramiento de Esteban Moctezuma, Delfina Gómez y ahora “Lety” Ramírez sin denunciar la estafa, ignorancia, inexperiencia y acomodos de intereses que esto esconde.
Fue secretario del Trabajo y ve ahora cómo se oculta información sobre la tragedia de una mina en Coahuila que parece no tener dueños. Ha sido Senador y se enteró como Trump “dobló” a AMLO y Ebrard y calló cuando festinaron un “misión cumplida, señor presidente” en Tijuana.
¿Entonces qué “restaurar”, sus errores, su ejercicio en cargos con dispares ideologías? Ya, como sociedad, nos cansamos de refundaciones, reconstrucciones, restauraciones, reacomodos. México necesita otra cosa que es verticalidad, honorabilidad, congruencia, honradez y valentía.
Porfirio enfático escribe “El primer deber de las y los ciudadanos mexicanos, es HOY denunciar y combatir por todos los medios legítimos el sórdido propósito de militarizar el país al termino de este sexenio” y pregunto, ¿por qué no es el primer deber de los políticos hacer eso? ¿Volveremos a “la renovación moral de la sociedad” (fundamento de campaña de De la Madrid) y no del gobierno? “¡Repudio total al fraude electoral!”, gritaron desde sus asientos los legisladores de la oposición, entre los que estaban Porfirio Muñoz Ledo, Pablo Gómez y Leonel Godoy, partidarios de Cárdenas.
Y tiene razón Porfirio cuando reclama que “Nuestros heroicos soldados y marinos no son “CORCHOLATAS” al servicio de caciques tropicales, sino el último reducto de la soberanía nacional y de las libertades públicas”, pero no se mostró con esa fuerza cuando a razón de chantajes se empleó a los soldados como escudo humano para frenar caravanas de ilegales en el Suchiate.
En materia de redacción el documento de Muñoz Ledo goza de una excelencia indiscutible, pero en su contenido el llamado resulta fuera de tono para quien acompañó a AMLO a sabotear a la democracia, a aceptarlo con el disfraz de “presidente legítimo” y en el bloqueo a Pasea de la Reforma.
De los delitos en seguridad nacional por los ataques a zonas federales como pozos petroleros parece fue mero anecdotario de un activista provocador, por cierto, hoy presidente.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio
@cramospadilla