Tan polémico e impredecible como siempre, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha vuelto a las andadas: Propone otra consulta, ahora para preguntar al “pueblo” sobre el desempeño de la Guardia Nacional y la permanencia hasta 2028 de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública en nuestro país.
Reza la vox populi: “Piensa mal y acertarás”. Por supuesto, no es la regla, pero las reflexiones en ocasiones son útiles para visualizar probables escenarios.
Y con los antecedentes, la pretendida nueva consulta parece una oportuna estrategia rumbo a las elecciones de gubernaturas 2023 en el Estado de México y en Coahuila, pero sobre todo hacia la sucesión presidencial 2024; año también de renovación de las cámaras del Congreso de la Unión y de diversos cargos en 30 entidades, entre éstos 8 gubernaturas.
Sería una estrategia inteligente.
La consulta serviría para medir aspectos de Morena y sus “corcholatas” locales y federales: Cómo anda la capacidad de movilización en las entidades federativas, empezando en las dos donde el próximo año renuevan gubernatura; cual es la situación de la unidad interna en el partido guinda en todo el territorio nacional tras su proceso de organización interna; y, entre otras cosas, cómo responden las personas beneficiarias de programas sociales.
(Ese “voto cautivo” que todos los partidos en el poder suelen tener. Y en nuestro país lo tuvo el PRI y el PAN; el primero los fue abandonando poco a poco hasta echarlo al olvido, y el segundo, no pudo sostenerlo.)
Algo así como las mediciones hechas a propósito del ejercicio de Revocación de Mandato realizado en abril del año en curso, pero cuyo proceso empezó en 2021; por cierto, en medio de polémicas e impugnaciones, estando entre los promoventes el propio Instituto Nacional Electoral (INE) por la falta de recursos para realizar dicho ejercicio de democracia directa.
La nueva consulta propuesta por el presidente AMLO, no la organizaría el INE, sino otra instancia. No lo dijo con claridad, pero refirió: “El Gobierno de México buscará mecanismos legales a través de la subsecretaría de Gobernación a fin de realizar esta consulta.”
Mmm…¿algún modelito como en la época cuando el Secretario de Gobernación presidía la Comisión Electoral, que era la institución que organizaba los procesos electorales?
En fin. Una consulta a realizarse a principios de 2023, según estima el mandatario nacional.
¿Y entonces, la aprobación en el Senado del dictamen avalado por la Cámara de Diputados para ampliar la permanencia de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública?
Pues el presidente López Obrador plantea la “libertad” de las personas legisladoras: “Que si () resuelven votar en diez días, quince días, que lo hagan”.
¿O sea que voten el dictamen o no, que alcance la mayoría calificada o no, de todos modos va la consulta? ¿O ésta se realizaría porque el mandatario intuye cierta dificultad en este momento en Senado para alcanzar la votación exigida por la normatividad?
Como sea si de todos va, entonces la consulta sería estrategia electiva. Y de ahí quizá la propuesta de promover la información necesaria sobre el ejercicio “en lo que resta del año.”
Evidentemente no se trataría de una Consulta Popular conforme a la Constitución Política y la ley secundaria, porque implicar todo un procedimiento largo, complejo y costoso.
De entrada, los tiempos planteados por el presidente AMLO no encajan con los plazos legales, además este ejercicio implica hacer la petición al órgano competente, la calificación de la pregunta por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la convocatoria, la difusión, la elaboración de documentación, la jornada de la consulta y los resultados en los parámetros legales para que sea vinculante.
Además, estaría en entredicho el tema de una Consulta Popular como el planteado por el mandatario nacional. Porque la Carta Magna prohíbe como objeto a consultar: “La seguridad nacional y la organización, funcionamiento y disciplina de la Fuerza Armada permanente.”
El presidente López Obrador lo sabe.
Quizá por eso plantea una “consulta ciudadana.” ¿En base a que normatividad? Pues ya se buscarán los mecanismos legales. Y aunque no existan o no los encuentren, si AMLO quiere se hará y los resultados de algún modo los hará vinculantes.
En ese tenor, encaja su declaración:
“Lo mejor es hacer una consulta a los ciudadanos, que no sea un asunto cupular. (…) Que la gente decida, claro, que tengamos tiempo para debatir, seguir dando información…Me gustaría que se difunda en todo el país, que no decidamos cupularmente, que sea el pueblo, todos, y que todas las dudas que haya se aclaren, se argumente a favor o en contra y luego ver cómo recogemos los sentimientos de la gente.”
¿Suena a proselitismo?
¿Y qué se preguntaría? En caso de ser necesario, según dijo, se formularían tres preguntas:
Una: ¿Estás de acuerdo con la creación de la Guardia Nacional y con su desempeño hasta ahora?
Dos: ¿Consideras que las Fuerzas Armadas, el Ejército y la Marina, deberían mantenerse haciendo labor de seguridad pública hasta 2028 o que regresen a sus cuarteles en marzo de 2024?
Tres: ¿Cuál es tu opinión; que la Guardia Nacional pase a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional o dependa de la Secretaría de Gobernación o de Seguridad Pública?
Las tres preguntas dan para debate. Claro, en su caso la ciudadanía acudiría a votar o respondería a encuestas exprofeso con un “sí” o con un “no”. Depende del procedimiento o mecanismo que implemente la instancia organizadora de la “consulta ciudadana”, incluido algún método electrónico.
¿Y el costo de dicha consulta? El presidente López Obrador dice que “no va a costar”. ¿Será?
En fin, de hecho el simple planteamiento de realizar la “consulta ciudadana” es ya debate. Y quizá es la pretensión del presidente AMLO.
Correo: [email protected]