Truss y la maldición del Brexit

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Liz Truss ya es la persona que menos tiempo ha durado en el 10 de Downing Street: 45 días. Los mercados financieros y en especial, la libra, no han querido concederle más tiempo, al final han fulminado a la joven primera ministra de 47 años de edad a pesar de todos sus méritos políticos.

La situación de Reino Unido encaja perfectamente dentro del espectro de inestabilidad política que tiene atrapada en la congoja al continente europeo. La nación insular lleva cuatro jefes de gobierno en seis años y así como va terminará pareciéndose a Italia.

Este año ha sido especialmente descarnado, los propios tories han echado a su compañero de filas del poder, el dicharachero Boris Johnson cuyos escándalos y mentiras terminaron hartando a sus propias huestes ante el desencanto de la ciudadanía.

La llegada de Truss no ha servido para calmar los ánimos. En especial la libra ha vivido sus peores días durante su cortísimo gobierno y a tal grado es su debilidad que está a niveles de hace 50 años. Una libra se cambia a 1.13 por un dólar y a 1.15 por un euro.

Los mercados bursátiles han sido un poco más condescendientes así mientras Truss se reunía de urgencia con Graham Brady, presidente del Comité Parlamentario de 1922, la Bolsa de Londres caía ligeramente. Luego se mantuvo plana tras el anuncio de su dimisión.

¿Qué está pasando en Reino Unido que ha perdido los mejores brillos de sus mejores días? Yo diría que se llama la maldición del Brexit, es más debería la Unión Europea (UE) abrirle los brazos para que volviese a sus filas, estoy segura que si hoy hicieran un referendo a los británicos para preguntarles si quisieran dar marcha atrás al Brexit. una mayoría diría que sí.

Y lo harían porque han sido víctimas de su propia soberbia y egoísmo. Ahora seguramente echarán de menos el caudal de fondos Next Generation que los Veintisiete obtendrán para sacar avante a sus respectivas economías en medio del peor de los vendavales con una doble crisis económica en tres años y un shock en los commodities. Volverían rogando por entrar para no sufrir la burocracia que están padeciendo en sus importaciones y exportaciones, la salida de mano de obra, de profesionistas; el no encontrar los anaqueles tan bien surtidos de mercancías baratas y frescas como antes.

Reino Unido está pagando sus cuitas y los británicos están asolados porque les prometieron que al salirse de la UE sus días serían soleados bajo el horizonte de una estabilidad y de un crecimiento envidiables. Lo único que tienen es una recesión a la vuelta de la esquina y están completamente solos para enfrentarla. Al final terminarán siendo lo que escribió Mario Vargas Llosa “un paisito”.

 

A COLACIÓN

Todos los pronósticos económicos apuntan a que la economía británica camina hacia una recesión que podría durar un año –se espera en 2023– ya el avance actual de cada trimestre económico va desnudando la ralentización del PIB.

La situación es muy particular en la economía británica porque experimenta una serie de afectaciones en su cadena de producción y de suministros, en parte alterada por el Brexit el flujo natural de mercancías, bienes y servicios que obtenía bajo el paraguas de la UE es un amasijo de papeles, burocracia y tiempo perdido.

A esta anomalía se le suma también la alteración en las cadenas de suministros por los efectos de la pandemia y luego, los daños colaterales provocados por la invasión de Rusia a Ucrania y la cascada de sanciones contra los rusos y bielorrusos. Los daños de una economía de guerra.

Bloomberg Economics avizora que en el cuarto trimestre de este año, el PIB británico caerá 1% y los mercados están nerviosos porque ven un escenario que empeora rápidamente.

Lo económico está salpicando a lo político porque la presión social se siente y será inmensa. A Truss no se le veía con la fortaleza para dirigir al Titanic, la realidad es que el Partido Conservador tiene que elegir con acierto porque ya lleva cuatro fiascos. Si no, las elecciones generales estarán a la vuelta de la esquina y los Laboristas se ven con enormes posibilidades.

@claudialunapale