Miguel Ángel

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Un personaje incómodo para AMLO, y lo demuestra, es Miguel Ángel Mancera aun cuando expedientes ya públicos señalan que le apoyaba económicamente en sus campañas a la presidencia. “Mancerita” le decía de manera despectiva y ofensiva que muchos identificaban erróneamente como muestra de aprecio.

Miguel Ángel Mancera decepcionó a muchos, pero más a su prestigio y honra por votar a favor de lo que llaman la militarización. Fue sorpresa o y más para el sello de institucionalidad que distingue a Mancera. Hoy para muchos representa una erosión, una descomposición de integridad política.

Manuel Camacho Solís y Marcelo Ebrard entonces priistas/salinistas desde el gobierno de la Ciudad de México acusaban que las peores manifestaciones de agresión las sufrieron por el PRD incluso las alas radicales de la izquierda manifestaban que “marcha que no haga daño no funciona”. Mancera no sufrió tantos desafíos de esa magnitud por su inclinación a la izquierda, su formación legal y su convencimiento a través del diálogo.

Su experiencia como Procurador le indicó que el camino no era resolver los conflictos urbanos con militares y ello me obligan a recordar una consigna del movimiento del 68 que dictaba “A México no se le presiona con motines”. Ahora se plantea la posibilidad de que el ejército mexicano tenga atribuciones para ejercer la supervisión y ejecución de las tareas de seguridad pública en las calles de nuestro país.

Mancera estaba seguro que eso no debía de ocurrir e incluso se manifestó por formar parte de un llamado “muro de contención”. Inexplicablemente se sumó a personajes de poca confianza como Manuel Añorve (priísta) y cambió su determinación. Con distintas estrategias, también otros legisladores del PRI hicieron lo mismo. Si prendió tanto que hasta sacudió a personajes como Jesús Zambrano.

Mancera sabe el enorme riesgo que significa que el Ejercito patrulle las calles y no solo porque cambiamos la macana policiaca por metrallas militares sino porque hay ya en circulación videos donde marinos mexicanos festejan y bailan en fiestones con narcos. Informes estadounidenses confirman y manifiestan que el 35% de la nación está controlada por los criminarles con o sin Ejército, es decir, el problema no está en las calles, sino en las decisiones desde Palacio Nacional.

Miguel Ángel Mancera habrá tenido sus razones para moverse políticamente de un extremo a otro. Mancera conoce y bien los oscuros rincones de la 4T empezando por lo que realmente ocurre en el Metro desde la planeación de la Línea 12 y sabe con detalle de donde cojean Ebrard y Mario Delgado.

Hoy Mancera está sujeto a la traición del grupo cercano al tabasqueño que le envían mensajeros con advertencias claras como también lo hicieron con Jorge Gaviño exdirector del

Metro que si se atrevió a enfrentar a Ebrard y retarlo públicamente a dar explicaciones.

Quien se mantiene atento y en alerta sin duda es Joel Ortega que recibió una puñalada de AMLO y Ebrard a razón del News Divine. Así que las votaciones y las decisiones no siempre son las correctas y si se atienden bajo amenazas muy claras como las que se le permiten ilícitamente a Layda Sansores para debilitar a miembros de la oposición que conservan músculo.

Aún queda la duda si AMLO le dice “Mancerita” a Miguel Ángel como si se tratase de una mascota consentida o como una forma de desprestigiarlo públicamente mostrando ese poder que domina y amenaza.

Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio.

@cramospadilla