Desde siempre una de las preocupaciones del gobierno norteamericano en la relación con nuestro país lo constituye, además de los temas económicos, los temas de la agenda de seguridad.
En los temas económicos, el acuerdo entre Estados Unidos y Canadá, que substituye al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), abre una nueva etapa en las relaciones con nuestro vecino país del norte, pero es posible que con la reforma al sector eléctrico toque intereses.
La economía va muy de la mano con los temas de seguridad, agenda prioritaria del gobierno norteamericano, en el que ambos gobiernos han cometido excesos en seguridad.
Esto viene a propósito por la nueva visita del presidente López Obrador a Badiraguato en Sinaloa y que el periodista Sergio Sarmiento señaló en su cuenta de Twitter que esta fue la cuarta ocasión que visitó dicho municipio, junto visitas en febrero de 2019, marzo de 2020 y julio o agosto de 2022.
Pareciera que el gobierno norteamericano no quiere comprometerse a reducir la importación ilegal de armas a nuestro país. Le cuesta mucho trabajo someter a la poderosa Asociación Nacional del Rifle (RNA, por sus siglas en inglés) y que, tal y como podría suceder en México, patrocina las campañas de Representantes o Senadores norteamericanos para que protejan sus intereses.
Pero de este lado el problema no es sencillo. El saludo que hizo el presidente López Obrador a la madre de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” y el reconocimiento a la liberación del hijo de El Chapo, Ovidio Guzmán no será pasado de largo en las pláticas sobre la preocupación de la seguridad mexicana.
Tampoco la liberación de la madre y la hermana de José Antonio Yépez Ortíz “El Marro”, así como el soborno al Poder Judicial para liberar a José Ángel Casarrubias “El Mochomo”, junto con el intento de asesinato del secretario de seguridad de la ciudad de México, presuntamente realizado por el CJNG.
En concreto, el gobierno norteamericano reclamaría la poca acción de las autoridades mexicanas para combatir al narcotráfico o las insistentes visitas del presidente a Badiraguato, mientras que el gobierno del presidente López Obrador tiene el tráfico ilegal de armas. Reclamos mutuos, pues.
La deliberada intercepción de la información contenida en las computadoras de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) hecha por el grupo Guacamaya Leaks, es un asunto que seguramente preocupa el vecino del norte, a menos que este grupo haya sido patrocinado por intereses específicos gubernamentales, debido a que resulta curioso que sólo fue interceptada la información de las computadoras de los ministerios de Defensa de Colombia, Chile y México, principalmente.
En fin, que algunos son sucesos tienen su origen en la corrupción sistémica en algunas dependencias de los órganos del Estado mexicano, pero que su impacto puede ser determinante para la permanencia de las inversiones extranjeras.
Pero con acuerdos o sin acuerdos, la seguridad mexicana depende de un gran encuentro de voluntades para superar los terribles dramas que provoca, que van más allá de frecuentes visitas a Palacio Nacional que parece que no son temas de discusión.
El autor es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
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