En Hidalgo el Consejo Estatal de Morena seleccionó cuatro perfiles para la candidatura a la gubernatura: El diputado local Francisco Xavier Berganza; Abraham Mendoza Zenteno, delegado federal de Programas Sociales; la senadora María Merced González y la diputada local Liset Marcelino.
Faltan las otras cinco entidades donde renovará gubernatura en 2022: Aguascalientes, Durango, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. Precisamente, este miércoles el Consejo Nacional de Morena sesionará para analizar y, en su caso aprobar, las propuestas hechas por los Consejos Estatales.
La interna empieza a ponerse más interesante, además color de hormiga como en el mismo Hidalgo donde el delegado del Comité Nacional advirtió: “Si hay pugnas internas, si hay golpes bajos entre compañeras y compañeros, se puede complicar, de todos modos, vamos a ganar, pero se puede complicar la elección…”
Lo mismo puede ocurrir en la mayoría de las seis entidades: A Morena se le puede complicar la elección constitucional por una desafortunada selección interna. Habrá entidades donde será mejor que los órganos nacionales competentes de este partido (o AMLO como jefe político) tomen una decisión salomónica: La tercería.
En cuanto a las propuestas de los Consejos Estatales de Morena, es un secreto a voces que en buena parte de las seis entidades la militancia morenista actúa de manera tribal porque proviene del perredismo: La tribu con más consejeros pone, dispone y quita.
En ocasiones son mafias internas que no permiten el acceso de nadie más que de los suyos. Y quien sabe si éstos representan las mejores opciones para gobernar la entidad de qué se trate. El proyecto de la Cuarta Transformación puede abortar por las entidades federativas que gobiernan o que pretenden gobernar.
EN MORENA OAXACA, COMO GALLOS DE PELEA
Qué triste que dos grandes amigos, hoy proyecten la viva imagen de la rivalidad: El senador Salomón Jara Cruz, aspirante a la candidatura a la gubernatura de Oaxaca, y Flavio Sosa Villavicencio, quien apoya a la senadora Susana Harp Iturribarría rumbo a la sucesión oaxaqueña.
Lo dicho: En política no hay amistades, sino conveniencias y complicidades.
Resulta que Salomón en rueda de prensa acusó a Flavio de ser artífice de una guerra sucia en su contra, y de apoyar así a “una candidata”; o sea, a Susana. Sosa Villavicencio salió desmentirlo, incluso reiterándole sus respetos y su mano amiga.
Parecen gallos de pelea.
Imagínense cómo viene la pelea durante periodo de la encuesta interna: ¡Se van a despedazar! ¿Y luego qué pasará en la campaña? ¿La parte perdedora se quedará cruzada de brazos? La división del grupo parlamentario de Morena en el Congreso Local, es un signo a considerarse.
¿Se imaginan qué gobierno le espera a los oaxaqueños con tanto pleito morenista? Uno tantito peor que el de Gabino Cué Monteagudo, donde participaron los hoy examigos (uno en el gabinete y otro en la Legislatura). El gran error de Cué fue haber compartido el poder no solo con las tribus entonces perredistas, sino también con petistas.
Definitivamente en Oaxaca procede una tercería. Porque las personas aspirantes que supuestamente son punteros, desbarrancarán a Morena en la sucesión oaxaqueña.
Y digo supuestamente porque si bien Salomón Jara ha forjado una candidatura por el camino de la lucha social, también es cierto que en ese mismo caminar se olvidó del buen prestigio. Caminar atropellando tienen sus costos políticos.
En contra parte, Susana Harp no tiene base social ni estructura electoral. En todo caso se la prestarían militantes de Morena como Flavio Sosa y grupos económicos afines solo al poder. Ella posee la ventaja de no tener antecedentes negativos, porque nunca ha estado en la administración pública y por lo tanto no se ha expuesto.
Sí es conocida, pero su fama obedece a su profesión de cantante. Ello sin poner en tela de juicio su capacidad y su talento como para acceder a un cargo de elección popular de la envergadura de la gubernatura de una entidad tan compleja como Oaxaca, pero donde por lo mismo la experiencia es necesaria.
Claro, nadie nace sabiendo y tampoco es la regla, ni requisito de elegibilidad. Sin embargo, Oaxaca ya no aguantaría otro sexenio perdido, ni otra gubernatura bicéfala o tricéfala.
Ayer un amigo me dijo: “AMLO no soltará la Gubernatura de su amado Oaxaca. Ya lo verás, la tomará a sangre y fuego”.
Coincido. Y en ese tenor, López Obrador difícilmente permitirá que la candidatura a la gubernatura quede en manos de alguien que no le garantice su proyecto en la entidad. Es más, también coincido con el planteamiento sobre una primera intención del mandatario: Limpiar Oaxaca de grupos inconfesables.
Por eso mismo, en el ámbito local no parece mera casualidad la detención del diputado electo Gustavo Díaz Sánchez, del PRI, quien fue a buscar a su hijo a Veracruz y la agarraron en flagrancia por el delito de portación de arma prohibida de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas mexicanas. Y lo investigan por vínculos con organizaciones criminales.
En fin. Retomando el tema, el pleito Salomón-Susana o Salomón-Flavio (como quiera verse), y diversos factores, abren la posibilidad de la tercería: Para Luis Antonio Ramírez Pineda o para Raúl Bolaños Cacho Cué. O quizá para un as bajo la manga de AMLO.
Luis Antonio parece el perfil que más encuadra en las pretensiones de López Obrador. De entrada conoce más su trabajo e interactúa más con él al formar parte de su gabinete como director general del ISSSTE.
Luego, Luis Antonio trae la escuela de un pensamiento muy parecido al de AMLO: El de don Heladio Ramírez López, quien fue gobernador de Oaxaca hace 29 años y todavía le recuerdan con cariño, sobre todo en pueblos y comunidades indígenas. Gobernó para todos los estratos sociales, pero con acciones específicas para los sectores más vulnerables.
Por eso, Luis Antonio quizá haría un gobierno de la “4-T” basado en una simbiosis de dos modelos de gobierno muy parecidos: El de AMLO y el de don Heladio. Y tal vez con un toque personal y novedoso dado su perfil de economista.
Raúl Bolaños Cacho Cué tiene lo suyo: Es un joven político muy preparado, con la escuela de don Raúl Bolaños Cacho Guzmán, amigo de AMLO. Pero quien sabe hasta dónde le ayude su cercanía con el gobernador saliente. López Obrador, según se sabe, pretende impulsar una generación de políticos ajena a los grupos tradicionales en las entidades federativas.
Así lo hizo en algunos estados donde en 2021 renovaron gubernatura.
En fin, quizá la tercería sea Adelfo Regino, aunque no se inscribió en el proceso interno. ¿O sí? ¿O lo puede proponer el órgano competente de Morena? ¿O iría por la vía independiente indígena?
En fin, aun es impredecible. Sin embargo, Luis Antonio parece el perfil más completo por el momento.
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