La Unión Europea (UE) lleva casi diez años alejada de América Latina, sin interesarse por escuchar de viva voz de sus respectivos gobernantes la situación por la que atraviesan y de repente, recobra un inusitado interés regional y quiere relanzar las relaciones UE-AL. A tal punto hacerlo que, analiza la posibilidad de instalar, una representación en la región.
Ha sido el avance inusitado de China en la región con sus inversiones y su apabullante capacidad comercial, lo que ahora preocupa a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Lo es a tal grado, que en los últimos once meses, en Bruselas los asesores de los órganos europeos, han puesto una y otra vez sobre de la mesa, la necesidad de que la UE vuelva a mirar al otro lado del Atlántico. No para incrementar el caudal de inversiones, sino para cambiar el tono de la estrategia, para una región que cada vez encuentra mayores afinidades ideológicas con las influencias chinas y rusas.
No en balde, en su discurso sobre el Estado de la Unión de 2022, Von der Leyen, insistió reiteradamente en llamar a la unidad a todos los socios comunitarios para crear una estrategia e invertir en “el poder de las democracias” y construir un bloque de afines.
Hay más de interés ideológico y político (que económico o comercial), aunque desde Bruselas ya adelantaron que habrá una serie de anuncios relevantes en el marco de la estrategia Global Gateway, en la gira que hoy inicia Von der Leyen en Brasil. La representante europea ha debido aguardar un cambio de tono político en el país carioca para no tener que reunirse con Jair Bolsonaro. En parte, también se ha dilatado el acercamiento por la pandemia.
La ejecutiva se verá las caras con un Luiz Inácio Lula da Silva que ha vuelto al poder en Brasil con la clara intención de convertirse en un líder regional e internacional. Ha sido de los pocos latinoamericanos que se han atrevido a proponer y consensuar un plan de paz entre Ucrania y Rusia.
Brasil es la décima economía del mundo por PIB y la primera de América Latina. No es de extrañar que Von der Leyen, lo elija como primer destino de arribo.
Para el martes 23 de junio, la presidenta de la CE, volará hacia Buenos Aires, para estrechar lazos con el presidente Alberto Fernández y participará en el Foro Empresarial UE-Argentina; y al día siguiente, arribará a Santiago de Chile, para un encuentro con el mandatario, Gabriel Boric y tendrá una visita a la empresa chilena Comberplast, dedicada al reciclaje de plástico.
El jueves 15 de junio, Von der Leyen, estará en Ciudad de México y según lo confirmado verá al presidente, Andrés Manuel López Obrador. Se trata de un encuentro muy esperado no solo porque México es la decimoquinta economía mundial y muchos países europeos tienen importantes inversiones en el país azteca. Lo es, porque sigue pendiente de aprobación el Acuerdo Global entre México y la UE.
Se antoja que el encuentro López Obrador y Von der Leyen sea todo un choque de visiones equidistantes; el primero ni siquiera habla inglés y ve a los europeos como explotadores y saqueadores históricos y reincidentes.
A COLACIÓN
A China le ayuda bastante en la región que no tiene un pasado colonialista con los latinoamericanos y en definitiva, la diplomacia de las vacunas antiCovid aplicada tanto por, Beijing como por Moscú, ha sido un picaporte para reconectar con varios gobiernos latinoamericanos. Esta región vio cómo Estados Unidos vacunaba primero a su gente con viales cuyo costo per cápita superaba las expectativas presupuestarias de las arcas latinas de muchos países.
Y, además, a la UE le perjudica la demora en su toma de decisiones. Se trata de un elefante pesadísimo y lento: han transcurrido veintitrés años de negociaciones de un acuerdo comercial UE-Mercosur que para Von der Leyen son un lastre a la hora de querer vender que a los europeos les importan sus socios latinos.
Al Mercosur le ha fallado reiteradamente Bruselas: el 28 de junio de 2019, la Unión Europea y Mercosur alcanzaron un acuerdo político para establecer un acuerdo comercial interregional como parte de un Acuerdo de Asociación más amplio entre las dos regiones. Y nunca ha entrado en vigor, porque no ha sido votado en el Parlamento Europeo, en parte porque se oponen a él más de una decena de países miembros de la UE.
Con México, desde 2016 lleva modernizando su acuerdo comercial y tampoco termina de cuajarlo, a pesar de que el 21 de abril de 2018, la UE y México lograron un Acuerdo de principio “sobre un pilar comercial modernizado” del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación entre la UE y México, también conocido como Acuerdo Global, vigente desde 2000.
Se supone que, dentro de la Presidencia del Consejo Europeo, que ostentará España en el segundo semestre del año serían discutidos ambos temas, tanto el destino del acuerdo Mercosur-UE; como el acuerdo modernizado entre la UE-México. Y además con la intención de destrabarlos.
Por si son peras o son manzanas. Lo que sí habrá en Bruselas, el 17 y 18 de julio, será la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y la UE. Bruselas quiere regresar a la época de las cumbres constantes y los intercambios de ideas y de propuestas; aunque, si quiere seducir a los mandatarios de turno, tendrá que abrir el bolsillo prometiendo generosas inversiones en la región.
@claudialunapale