Sandeces opositoras alrededor del INE

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“INEcesarios” reproches, “INEcesarias” torceduras, “INEcesarias” trampas discursivas esgrime la oposición a Morena cuando aluden al INE. Sí, por supuesto que se escribe innecesarios, innecesarias y viene estupendo remarcarlo como al inicio para remachar la burda propaganda que desde el INE o coreada por opositores a Morena, vociferan para una defensa torpe del INE. E innecesarias consignas de que el INE no se toca.

Al lector, al ciudadano en consecuencia, debe quedarle claros algunos puntos: El INE ha sido un garante de democracia y también tiene sus impresentables capítulos. Tener credencial de elector es muy útil. Y, en efecto, un árbitro electoral es muy necesario. Sobre todo, si fuera imparcial. Lorenzo Córdova no lo es y pinta más para delincuente electoral que otra cosa. Y los defensores del INE como Claudio X. González, no ayudan.

Vamos, entonces, a las zarandajas opositoras, desencaminadoras de la opinión pública. Son varias y ameritan responderse: 1) Mi INE nos une, 2) Yo soy el INE, 3) antes el gobierno organizaba las elecciones, hoy existe el INE, y 4) El INE no se toca.

Y a estos cuatro mantras opositores, cargados de ceguera y odio, sancochados de amañadas maneras, sumemos una tontería mayúscula: El INE se hizo una encuesta que le salió negativa y la ocultó. Decir que estaba en Internet y, sin embargo, tenerla que pedir para consultarla no es estar a la mano ni disponible, como lo demostraron no estarlo Delgado y Páez Varela en Los periodistas y como lo denunció allí el representante de Morena ante el INE, quien hasta que exhibió a Córdova, fue que se subió  la semioculta encuesta que resultó negativa a las pretensiones facciosas del titular del INE; aunque Córdova ante tremendo machucón de dedos por ocultarla, salió a cuánto medio le dio espació a tratar de balbucear justificaciones tontas del ocultamiento. El sujeto es una verdadera vergüenza para la democracia mexicana. Ha hecho un papelón presidiendo el INE. Con esas cinco premisas tenemos para entretenernos.

Y no nos engañemos: Córdova no es el INE. Distingamos, sin equivocarnos. ¿El INE nos une? Quizá, pero no nos une Córdova, no podemos avalarlo y aplaudirle sus bribonadas. Así, vamos precisando: en democracia, las instituciones públicas han de estar sujetas a escrutinio público sin cortapisas. El INE es público y nada más faltaba que acallen críticas y nada impide que se formulen al INE. Las merece. Y desde luego, el impresentable Córdova.

El INE no existe como ninguna otra institución pública, para unir. Existe para dar uno o varios servicios. Debe de ser garante de la democracia. Por eso, las acciones facciosas de la impresentable dupla Córdova-Murayama son ilegales y contrarias a la Constitución federal, y ellos muy en primera persona hay violado todos los principios constitucionales previstos para el INE en el art. 41. La siguiente andanada opositora en pro de ese par guiando al INE hacia la ciudadanía es pretender que cada uno de nosotros es el INE. No, el INE es una cosa y todos nosotros, individualizados, somos otra. Cada cual tiene su personalidad jurídica y su identidad. No hay manera de mimetizarse. Miente el INE.

Ambos puntos, se han sostenido para decir finalmente que si Córdova y Murayama son señalados por algo, se ataca al INE, cosa por demás muy falsa, como si la desfachatez de ambos, los amparos de Lorenzo Córdova para soportar su sueldazo contra viento y marea, fueran el INE al completo y no lo son. Que no hable ni por ellos dos ni sus defensores por el INE. Por eso, el par de pillos amañadamente actuantes lo han sostenido el INE y son inatendibles y reprobables por mañosos. Igual de mañosos que clamar por salvar al INE. Será salvado ¿desde quiénes siempre han cobrado millonadas relacionados con tal?  ¡Ja!

El punto tres merece matizarse. Si, el “gobierno” era priista, organizaba elecciones y así es como las ganaba. En efecto, una vez que el PRI perdió el control de las elecciones que no quería soltar (no lo soltó el PRI por demócrata ni por graciosa concesión) perdió las elecciones y así le va. Ya no las tiene consigo. Peña Nieto intentó dinamitar al INE sin cambiarle nombres. No hay que ser desmemoriados. Los priistas sí que venían en 2012 para eternizarse y esta vez no los iban sacar. Por eso aún no tragan el 2018. Están, ellos sí,  en efecto, enfermos de poder, ellos sí y hay que remarcárselos porque son muy olvidadizos y desvergonzadillos los priiistas. Los Abiertos y los encubiertos. Acusan a los morenistas de estarlo, ellos, priistas, que han detentado 77 años el poder a base de fraudes.

El INE que propone López Obrador renovado, no necesariamente favorecería a Morena. De entrada, porque en las calles el mapachismo es priista, el de siempre y al servicio del PRI y sus todavía aliados, que lo saben y lo han padecido. Que no sean tan desmemoriados los panistas al aliarse con el adversario PRI. Tienen cara. Ahí están los fraudes en Edomex en 2017, las mañas de las elecciones federales de 2012 y 2006 y había INE o IFE y no garantizaban que no hubiera las trampas. El mapachismo priista es lo que es. Contra eso nació el IFE. Así que ahora el INE renovado la tendrá complicada con o sin más dinero, porque el putrefacto PRI no ha muerto, sigue como el PRI actuando y dispuesto siempre a secuestrar las instituciones viéndolas con ese enfermizo patrimonialismo diciendo o escribiendo cosas tales como que “no entregaremos”, o “fulano le entregó a Morena como si el cargo público le perteneciera al PRI y fuera su derecho desfalcar. Como si los cargos públicos le pertenecieran al PRI y omitiendo la voluntad ciudadana que siempre le ha estorbado al PRI. Siempre será mucho más fácil que el PRI se robe elecciones. Lo ha hecho con o sin INE.

¿El INE no se toca? ¿dicho por quién? ¿por Claudio X. González, que no es un monumento a la democracia? Por favor. Así que su espuria marcha, es eso. El INE se cuestiona porque toca, se le señala porque toca, se le reclama la chulería de Lencho, porque toca. Claro que toca. Sí toca. Se toca. ¡Ahh! es que Morena controlaría las elecciones, lloriquea y los secuaces de ambos. Y entonces los que las han controlado ¿ya no deben? O sea ¿PRI y PAN y sus afines en el INE como Ugalde y Córdova? ¿Por qué apelan a conservar su privilegio? ¿qué le asiste ese derecho, en exclusiva? Van muy equivocados en su análisis.

Decir que no se toca es decir que no se cuestiona, es decir tanto como un ¡a callar todo mundo! Que es lo que quieren aquellos que ven en él la coartada para drenar a Morena en 2024. Y eso es inadmisible en democracia. Callar no es opción. Reformar una casta dorada, lo es. Hay malos manejos en el INE, hay conductas reprobables en la dupla Córdova-Murayama que una democracia no debe permitirse y son perfectamente cuestionables. Por supuesto, que hay que proceder y por supuesto, que no debe callarse. ¿Qué a alguien no le cuadra que se toque al INE? Ese es su problema si desea, sobre todo, callar al resto y mirar para otro lado. Es un órgano dispendioso y está presidido por alguien impresentable. Desde luego, sí que toca señalarlo una vez más. Y sí, la casta dorada del INE es insultante mantenerla ante la miseria del pueblo de México. Se requiere un INE no costoso a niveles insultantes como lo es el actual. Replantear cómo hacemos elecciones más baratas sí es necesario. Eso debieron ir a preguntar a Europa.

Una encuesta promovida por el INE solo entre 400 personas –como no queriendo preguntar, un muestreo muy pobre– que demuestra que la gente sí quiere una reforma, avala reducción de dinero, elecciones de consejeros y magistrados, desmiente todo lo Córdova denuesta y niega. Todo lo que señala que la gente no quiere. La encuesta dice otra cosa y la de Reforma que sí exhibió, estaba plagada de preguntas amañadas propias de encuestas a modo y de respuestas inducidas. Y dígase: López Obrador no le debe al INE su triunfo. El INE no lo puso. Los ciudadanos y la Constitución, sí. No se equivoquen. El INE cordovista hizo más por no ponerlo que por ponerlo, en dado caso.

Que los opositores a López recuerden que lo que le pasó al INE, una encuesta que clama por renovarlo, aunque Córdova se oponga, pese a que se marchará el 4 de abril de 2023, es contraria a sus deseos y acorde con lo que quieren las mayorías. Y hay más. Que recuerden esos opositores amigos de esa dupla, que Peña Nieto hizo 3 encuestas en su sexenio preguntando si ganaría el PRI en 2018 y en todas perdió. No es nuevo.

Proponer el INEC clama por desaparecer lo que debió desaparecer en 2014: los Ines locales, duplicación de funciones. Caros, cobran haya o no elecciones y sus tribunales electorales estatales. Y sí, en cuanto a los plurinominales, merecería mejor redistrizarse el país para que hubiera 400 diputados de distrito, pero desde luego los pluris merecen desparecer. Llevan más tufo que los elegidos por el voto y hasta generan análisis tontos como el comparar a Carmen Salinas con Sergio Mayer. Ella, plurinominal, aportó nada como priista. Él, distrital, morenista, les gustara o no, impulsó medidas desde la Comisión de Cultura. Algún priista extraviado lo negó, exaltado a la Salinas que nada hizo y todos lo sabíamos. Desde INE dicen, además: es que debe haber siempre 300 distritos. ¿Por? ¿debe?

Fue un robo duplicar el Senado en 1994. Más, inventarse plurinominales senatoriales cuando es una representación territorial, no poblacional. Que desaparezcan esos senadores es un merecido ahorro que da más certeza a la verdadera representatividad.

Así que mejor a cambiar lo que sí se requiera y la dupla vergonzante que se marche.